Alas de fuego

•¡Sky! ¡Atrápala!•

Luego de que mis padres...Murieron...Yo no sabía qué hacer...

Así que llamé a una funeraria y pregunté el costo de...eso...

Me han dicho que es muy caro...

Así que no sé qué haré...

Me he quedado toda la noche despierta, pensando y observando a mis padres...

Queriendo que en algún momento se despierten y me digan "Cariño, no llores, estamos bien"

Pero eso no sucedió...

(...)

No he ido a casa...

Ellos merecen que me quede aquí...Junto a ellos...

Después de todo...Fué mi culpa...

A mí me tendría que haber atacado la criatura, no a ellos...

Mis padres merecían vivir...

Ellos merecían lo mejor del mundo

Ellos brindaban amor, felicidad, risas, sonrisas, momentos lindos...Ellos mejoraban tu vida y a cambio recibieron que una criatura los ataque...

Lágrimas caen por mis mejillas

Me niego a separarme de ellos

Lloro hasta que escucho ramas rompiéndose...

Mi corazón se acelera pero no me muevo, no me separaré de mis padres.

Me importa una mierda si es una criatura de esas. De todas maneras, no serviría de nada correr...

Además, no tengo un propósito por el que correr.

—¿Hola? — escucho una voz masculina

No respondo

De pronto veo varias figuras

Son todos hombres, la mayoría se ven de más de 20 años

Uno de los hombres se me acerca y yo atraigo hacia mí a mis padres

—¿Iris Whindhound?

Abro mis ojos sorprendida

—¿Quién eres? —pregunto asustada

—Somos de la academia Fénix — frunzo mi ceño confundida

—¿Academia... qué?

—Academia Fénix.

—¿Y qué es eso? —pregunto irritada

—Te lo diremos después. Necesitamos que vengas con nosotros. —dice el señor

—¡¿Qué?! No. — digo bruscamente

—Iris. — amenaza él —Tus padres han muerto, no tienes nada que hacer aquí

Me levanto enojada

—Cierra la boca. — amenazo

—Iris...Tienes que admitirlo...Tus padres han mu-

No lo escucho más porque me concentro en que la sensación extraña que anoche me recorrió ha vuelto a aparecer

De pronto los árboles comienzan a incendiarse

Mi cabeza duele...

—Iris...Tienes que tranquilizarte... — pide el señor

— ¡¿Cómo mierda quieres que me tranquilice?! ¡MIS PADRES HAN MUERTO! — digo con voz quebrada... — Mis padres han muerto y tú vienes aquí a recordármelo... —repito en un susurro