Capitulo XXII

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Maximiliam

Creo que realmente nací para joder todo lo que me rodea, mi hermano tiene razón, inicié con mi madre, ella fue el punto de partida para toda la mierda que vendría después.

Mi padre nunca demostró señales de tener algún sentimiento cariñoso para mí o para mi hermano, pero creo que conmigo era más atento solo que Nicholas cree que eso era lo más increíble del mundo, él no sabe por todas las cosas que ese hombre infernal me hizo pasar, a los trece fue que lo inició todo, recordar ese día me pone más desquiciado de lo que ya me encuentro, pero no solo fue eso, antes de mandarme a la Fosa el bastardo me llevó a uno de los prostíbulos que antes formaban parte del negocio y le pagó a una de las prostitutas que frecuentaba para que me desvirgara.

Fue el momento más repulsivo de mi vida, en ese instante solo me quedé completamente quieto mientras la mujer hacia lo que mi padre le ordenó. Puedo asegurar que desde ese día las voces que al día de hoy suenan en mi cabeza se desencadenaron con ese desagradable suceso, lo bueno fue que lo hicimos pagar.

Luego de eso se le ocurrió que el entrenamiento que me estaba impartiendo para llevar su legado no era suficiente, así que tomó la decisión de mandarme a un "internado", ese fue el nombre que dio en la mansión para el infierno en la tierra que es la Fosa.

Tengo que admitir que ser pariente de ese malnacido tuvo un poco de ventajas en ese lugar, los lunáticos que lo dirigen no eran tan despiadados con las pruebas o los castigos conmigo, luego que conocí a Jennifer y a Diff lo poco que pude hacer con ellos fue que no los lastimaran tanto, aunque no fue mucha la diferencia.

Los castigos de la Fosa es un verdadero milagro sobrevivirlos y más una purga, creo que el deseo de querer liberar a mis nuevos hermanos de ese lugar fue lo que me dio las fuerzas para salir victorioso de la Purga Anual.

¿Pero de que sirvió? Cuando salí lo único que encontré a mi regreso con la "familia" fue odio, rechazo, repulsión e incluso ganas de deshacerse de mí, que bella familia tenemos.

Pasaba mis días metido de lleno en el trabajo, porque si mi familia ya me consideraba un psicópata ¿Para que querer tener su afecto? Me concentré en expandir mejor el negocio y con todos las dificultades que enfrentamos mis hermanos y yo logramos lo que deseábamos, dominamos el más grande territorio de tráfico de armas y drogas, también eliminamos de la zona todo tipo de prostíbulos o trata de blancas en los clubes que antes estaban presentes.

Creía que podía ser feliz con estar con Jennifer y Diff, trabajando en las empresas en el día y en las noches encargarme de los pendientes del Zorro, algunas noches liberar el estrés con alguna mujer y seguir haciendo buenos socios como Sergei,  nos agrada el viejo.

Aparte de esa rutina que llevaba en mi día a día también existía otra actividad que las voces disfrutan mucho, muerte, cada vez que tengo una emoción que me resulte confusa  o ira incontrolable las voces en mi cabeza desean sangre.

Antes disfrutábamos mucho matando a bastardos que eran lo bastante idiotas para tratar de levantar el negocio de los prostíbulos, vaya recuerdos.

Y digo recuerdos porque las voces han estado calladas, todo gracias a una italiana, no sé que les hizo pero con solo verla mi cabeza está en completo silencio, no suelo escuchar música pero desde que la vi por primera vez y se desmayó en mis brazos en mi mente en lugar de escuchar las voces de siempre lo único que se escucha es Every breath you take de The Police.

Maldición, creo que cada vez que la lograba ver en la mansión esa canción se programaba para sonar en mi mente, tengo esta sensación de paz y tranquilidad cuando puedo estar a su alrededor, cuando Fiorella me deja ver su sonrisa de labios rosados mi mente solo puede pensar en tallar sus gestos permanentemente en mi cabeza.

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