𝙴𝚛𝚎𝚜 𝚖𝚒𝚘 ︙𝚈𝚞𝚖𝚊𝚛𝚔 - 𝙰𝚍𝚊𝚙𝚝𝚊𝚌𝚒𝚘𝚗

꒰ 𝙿𝚊𝚛𝚝𝚎 𝟸 ꒱

Yuta estaciono su auto según las indicaciones de Johnny, su amigo y el viajaron en un mismo auto después de que este lo obligara a llevarlo a traerlo a su casa, pues le confeso que pensaba tomarse la vida entera en la boda.

La decoración era preciosa, los arreglos de flores blancas lucían carísimos y los invitados lucían muy elegantes, todo parecía prolija e intensamente pensado, desde las letras JN & MK en la entrada hasta los pequeños lazos blancos en cada uno de los cubiertos.

La envidia le brotaba por los poros

Karina, una compañera de la oficina, se sorprendió al verlo allí, pues según ella Jeno era un celoso de su compañía con Mark, el por su parte no hizo más que reír y pensar que a lo mejor al tipo le daría un ataque de culo de tan solo verlo en su boda, aunque el ataque de el sería peor, pues Jeno era el que se casaría con el rubio.

En la entrada de los novios, Yuta trató de disolver sus pensamientos con la idea de que el rubio odiaba a su esposo y que tarde o temprano esta sería su boda, pero mucho no le duro la ilusión con los gritos de borracho de Johnny, quien ya llevaba hasta el Champagne encima, y eso que ni siquiera habían brindado.

Yuta pudo observar el leve atisbo de Mark al observarlo.

Tras las palabras de los familiares de los casados, Yuta tuvo la oportunidad de hablar con el rubio, quien lucia tan brillante como una luna llena, este le invito de su bebida y lo convenció de que un traguito no haría nada, de seguro Yuta tenía un fuerte sistema inmune contra las bebidas.

Entre, tal vez, algunos coqueteos, llego el esposo de Mark.

- Buenas tardes - saludó sin más haciendo a Mark encogerse ante su tacto y repentina voz.

- Ey Marckkk, te felicito, las tortas esas tres leches están buenísimas, tu prima también - Escupí la bebida con la ultima declaración, Mark que era encarcelado en los brazos de su esposo volteó el rostro para no reírse en la cara de Jeno, quien no reflejaba más que desconcierto.

Todo sucumbió en una situación verdaderamente incomoda, pero Johnny, el causante de todo, no interpreto absolutamente nada y solo soltó un - ¿Qué paso? -

- Eeh... no no, nada John, ¿viniste manejando? -  trató de persuadir Mark.

- Yo lo llevo - interrumpí.

- Ah, perfecto, ya me estaba preocupando, Yuta, siempre cuidas mucho de todos, más cuando alguno esta borracho - el rubio tenia esa magia que hacia que todo lo que dijera sonara tan sincero y amable que lograba que mi corazón se agitara.

Totalmente ajeno a todo un buen sentimiento esparcido de aquella conversación, Mark rodeó la cintura de Jeno y lo atrajo para sí en un susurro audible, diciéndole que su madre lo estaba buscando para hablar sobre los centros de mesa.

Claramente una excusa idiota de parte de un idiota.

Mark carraspeó en irse, pues parecía preocupado por algo que no podía descifrar con exactitud, a lo mejor era la cercanía entre Jeno y yo.

De un instante a otro, sus compañías se esfumaron y ambos rivales estuvieron solos, a Yuta no le atemorizaba, es más, esperaba este momento. Siempre resulto curioso de encontrarse así con el otro tipo, el otro tipo que gozaba de levantarse, convivir y dormir con Mark, en la misma cama, mismo piso, mismo edificio.

Más curioso se encontraba de saber que pasaba por la mente de Jeno al estar con una persona con la cual discutía todas las mañanas.

El tipo era dueño de la injusticia que el sentía todos los días, porque el deseaba más al chico de cabellos rubios con luces en los ojos que su mismo esposo.

- Yuta, realmente no pensé que ibas a parecer - el bullicio del salón pareció cesar, pero solo era porque estaba enfocado en el, no mentoría si dijera que el tipo podía reflotar por toda el área por sus fuertes aires de grandeza.

- Mark me ha invitado, lo aprecio mucho - coloqué mi bebida en la mesa, que estaba detrás de mi. - No pude negarme cuando me lo pidió personalmente - me sentí tan gustoso de presumir la poca pero intensa cercanía que tenía con su marido.

- Puede ser, aún así, si fuera tu, no me daría la cara - Jeno metió sus manos en el prolijo saco negro - No se que pretendes Nakamoto, se como observas a mi esposo, no soy estúpido - 

Yo pensé que si.

- Me alegro que lo hayas notado - respondí ironicamente alzando mi barbilla - Notas como me llevo con Mark que al mismo Mark. -

- No te deberías meter en las relaciones ajenas, menos las recién casadas. -

- Solo me meto en las relaciones donde se que el marido es un inservible desconfiado. - Un tipo escuchó nuestra conversación.

- No creas que todos los años que estuvimos juntos se romperán por un tipo que apareció hace unos meses, mi marido esta profundamente atado a mi tanto como yo a el, es un hilo que no puedes cortar, Mark Lee es mío. -

Yuta juraría que le partiría la cabeza sobre la torre de copas que estaba allí si no fuera por el hombre de cabellos destellantes que se colocó entre medio de ellos.

- Hermano, ¿qué haces? -

Ambos con la vena del cuello saltada, volvieron a escuchar el bullicio del salón.

- Nada, Jungwoo - el extraño se quedó observándome sin entender verdaderamente quien era.

- Mark me dijo que te llamará, van a cortar el pastel. -

Jeno observo su reloj reluciente de oro sin antes embrujarlo con la mirada.

Tenia toda la pinta de brujo.

Se fue dejando a Yuta con la comisura tan apretada que le rechinaban los dientes, ese "es mío" hizo de Yuta un hombre distinto, del cual se adueñaría de esas palabras que eran solo para el.

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Dice tu amiguita que es celoso
Que no quiere que sea tu amigo
Sospecha que soy un pirata y que robare su flor.