"—Cinco, seis, siete y ocho, ¡y un...!
Los gritos de Jiwoo sunbae se escuchaban en todo el cuarto de práctica.
Gotas de sudor caían por mi frente, y se esparcían por mi cuello y patillas. Respiraba con la nariz, intentando que el aire no entrara por mi boca, así no me doliera el músculo recto, según nuestra sunbae. Movía mis pies al ritmo de la música junto a mis brazos.
Finalizamos el baile y Jiwoo sunbae anunció nuestro descanso.
—A-Al fin... —suspiró Yunjin Unnie, limpiando su frente con el dorso de su mano.
—Ahora bailamos más... maldita Jiwoo —maldijo Hanni, mirando la puerta por la que salió la mencionada.
Yo reí a lo bajo, limpiando mi bigote por el sudor. Me senté en el suelo cerca del ventilador, sintiendo el aire correr por mi blusa sudada. Un sentimiento satisfactorio recorrió mi cuerpo y sonreí ampliamente. Recargué mis brazos en el suelo para tener una mejor posición, disfrutando del aire fresco.
—Hola, Minji Unnie —saludó Hyeinie, acercándose y sentándose al lado mío.
Sonreí.
—Hola, Hyein-ah —cerré mis ojos, mirando hacia el frente, y disfruté del aire—. ¿Cansada? —le pregunté.
—Bastante... la coreografía es más difícil de lo que pensé —comentó, mirándome, sentada en una posición de mariposa, con las piernas cruzadas.
—Lo es, en verdad lo es —reí—. Deberías ir a descansar, ustedes las niñas deben descansar más —le dije, abriendo mis ojos para mirarla y para remover su fleco sudado, haciéndola soltar una risita. Arrugué mi nariz al hacerlo y al terminar la acción, le sonreí.
—Necesito perfeccionar la coreo, ¿me ayudarías? —preguntó con timidez.
—Soy pésima bailando, podrías preguntarle a Haerinie; ella es mucho mejor —le ofrecí.
—Lo sé, pero —se acercó a mi oreja—, me gusta más tu estilo de baile —susurró, haciéndome carcajear.
—¿Mi estilo? Parezco un espagueti bailarín —moví mis brazos escandalosamente como fideos, haciendo reír a Lee fuertemente, dando al descubierto sus brackets.
—¡Hablo en serio! —rió, pegándome en el hombro, juguetona.
Reí de nuevo a lo bajo, mirándola con adoración.
—¿Sabes?
—Mm? —me miró.
—Te me haces muy parecida a una amiga mía de Canadá —le confesé, haciéndola poner un dedo en su babilla.
—¿Se parecía a mí? ¿Era asiática?
—No, pero tienen facciones similares. Ella... —suspiré—, falleció un mes antes de irme de vuelta a Corea —bajé mi mirada y ella puso una mano en mi espalda.
—Lo siento mucho, Minji Unnie —se acercó, extendiendo sus brazos, preguntando con la mirada si quería un abrazo.
—No te preocupes, Hyein-ah —me acerqué con una sonrisa, aceptando el abrazo.
—¿Te molesta si pregunto como falleció?
—Em... —me separé del abrazo y rasqué mi nuca—. Creo que me soltaría llorando —le dije, riendo.
—Oh, de acuerdo —sostuvo mi mano—. Puedes decirme cuando estés lis--
—¡Bien, hora de seguir ensayando! —anunció Jiwoo, entrando al cuarto, azotando la puerta.
