EPILOGO

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Nick miró a Emily mientras estaba acurrucada junto a su niña. Dios, ¿qué habría hecho sin ellos? Después de salir de ese lugar enfermo, el trastorno de estrés postraumático de Emily empeoró. Me asustaba cada vez que en medio de la noche me despertaba con sus horribles gritos que rompían sus oídos. Trataría de despertarla, pero ella nunca se despertaría, tardaría una hora o menos en despertarla. La mayoría de los días lloraba con ella, otros días me quedaba despierto hasta tarde para asegurarme de que durmiera cómodamente.

Ella me lloraba por hacerme daño y hacerme esto, pero no me importaba. Ella es mi todo y yo haría todo por ella. Cuando Emily estaba dando a luz, mi corazón casi se rompió cuando dejó de respirar después de que llegara el bebé, pero pudieron revivirla.

Después de eso nunca la dejaría salir de mi sitio, y hasta el día de hoy todavía no lo hago.

Las manos suaves frotándome el pecho me sacaron de mis pensamientos

"¿De qué estás pensando, cariño?"

Los preciosos ojos de Emily me atraviesan

"Nada mucho, cariño, solo a lo lejos que llegamos", cuando dije que miro el hermoso paquete de alegría en mi cama que está jugando con sus propias manos diminutas

"Lo hicimos increíble, cariño", le susurré en los oídos mientras sonreía y me abrazaba

"Te quiero, Nick", me besó profundamente

"Y Dios, te quiero, Emily Jones", digo besándola mientras miramos a nuestra niña.

Nuestras vidas acaban de mejorar. Gracias a Dios podemos seguir adelante y no mirar hacia atrás. ¡Nuestra vida, nuestra alma es ahora libre!

CASA DE CERA Where stories live. Discover now