Capítulo 1

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Estaba lloviendo. Las gotas chocaban con fuerza contra la ventana y el viento soplaba cada vez más fuerte. Lo que había empezado como una pequeña llovizna se estaba convirtiendo en una estruendosa tormenta, la cual hacía juego con los arremolinados pensamientos de Takeomi... Estaba completamente solo en aquella casa que alguna vez llamó su hogar, pero que ahora no era más que una prisión sofocante para él, cuando notó que ya empezaba a oscurecerse, por lo que, tomando un pesado suspiro, se levantó del sofá para cerrar las cortinas y encender las luces cuando pudo distinguir una silueta familiar al otro lado del cristal

- Shin? – preguntó en voz alta y rápidamente abrió la puerta – Qué crees que haces aquí? – le cuestionó con voz tranquila, pero no obtuvo respuesta – Dame un momento – el adolescente corrió hasta el baño y tomó una toalla, volviendo con esta a la entrada, poniéndola sobre la cabeza de su amigo – Déjame secarte – pero antes de poder hacerlo, el de corto cabello azabache tomó sus muñecas con fuerza y le miró directamente con sus profundos ojos negros – ...Shin?

Fue silenciado por un beso, uno cálido y tembloroso. No lo apartó, se dejó llevar, después de todo, no era la primera vez que el mayor actuaba de esa forma... El beso cada vez se tornó más apasionado y profundo, tanto que al de la cicatriz en su rostro le costaba respirar, pero decidió no interrumpirlo, sabía que Shinichiro lo necesitaba. Una vez sus labios se separaron, Takeomi esperaba que el más alto se fuera como siempre hacía, pero se vio sorprendido cuando este pateó la puerta, cerrándola en el proceso, para luego empujarlo al sofá hasta quedar encima de él

- ...Quieres... que lo hagamos? – preguntó el de ojos aguamarina al otro adolescente, quien sólo asintió temblando; el menor alzó sus manos y anidó el rostro ajeno entre éstas, dándole un pequeño beso, el que apenas podía ser considerado un roce de labios – Vayamos a mi cuarto, sí? – ambos se pusieron de pie y subieron las escaleras rumbo a aquella habitación en la que compartirían una cama por primera vez...

"Sano Shinichiro no ama a Akashi Takeomi y jamás lo hará" es lo que el joven de larga cabellera azabache se repetía una y otra vez desde que era un niño. Siempre lo amó, pero este sólo podía verle como un amigo. Hubo una época en la que se ilusionó cuando Shin empezó a besarlo cada vez que una chica lo rechazaba, pero al final siempre terminaba olvidándolo y él se resignó a no ser más que un silencioso consuelo... La cama seguía caliente y él observaba el techo con su cuerpo adolorido, había sido rudo, descuidado y se fue apenas se sintió satisfecho; Takeomi llevó su mano a su pecho y sintió como el nudo en su garganta dolía cada vez más, negándole incluso el oxígeno que necesitaba para vivir... Ese fue el momento en que decidió que ya no quería más migajas de su amor, que si jamás vería su amor correspondido, de qué le servía seguir conservándolo? Sólo estaba saliendo lastimado, lo mejor sería dejarlo ir...


Habían pasado 10 años desde aquello y muchas cosas habían cambiado. Shinichiro finalmente, a sus 23, conoció a la mujer de sus sueños, un preciosa joven de cabellera castaña llamada Sayaka, y ahora a sus 27, su primer hijo venía en camino... Takeomi estaba feliz por él, pero no podía evitar sentirse como la mierda, pensando en como le hubiera gustado nacer mujer sólo para poder estar a su lado y poder darle una familia; una lágrimas se le escapó y se golpeó el rostro con el puño cerrado, espantando a todos los presentes

- Qué crees que haces, idiota?! – le gritó Wakasa enojado mientras el novio de este intentaba contener su risa

- Lo siento, es que odio ponerme sentimental – sonrió guardando las apariencias – Bueno, me alegra mucho la noticia, pero tengo que ir a trabajar. Mis deudas no se pagarán solas

- Espera! – lo detuvo su amigo de la infancia – Te hice venir por algo

- ...qué cosa?

- Me gustaría que fueras el padrino de mi hijo – dicha petición dejó atónitos a todos los presentes, especialmente al de la cicatriz, quien rió un poco por lo bajo

- Bromeas, verdad?

- No, realmente creo que eres el indicado

- Shin, no lo soy. Soy un alcohólico en rehabilitación y no tengo ni donde caerme muerto, tengo problemas con el juego y-

- Omi, por favor – se quedó callado, no había oído ese apodo en años... Suspiró

- Está bien, acepto – apartó la mirada – A ella no le molesta? – preguntó señalando a la embarazada, pero esta negó

- Para nada. Si es lo que Shinichiro quiere, yo respetaré su deseo – Takeomi se sintió como basura. Sayaka era muy buena y comprensiva con él, y aún así, la detestaba con todo su corazón... No merecía aquel voto de confianza, ni siquiera merecía que le dirigieran la palabra, pero ya había aceptado y no podía retractarse

- ...Haré mi mejor esfuerzo – sonrió genuinamente, pero aún mantuvo la distancia, pues no se sentía digno de permanecer allí junto a ellos...

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Este capítulo fue una especie de introducción, perdonen lo poco. Llevaba un tiempo pensando esta idea, aunque originalmente planeaba que fuera un omegaverse con toques de magia, pero lo descarté por pereza, aún así la idea general seguía gustándome, por lo que he decidido publicarla. Ojalá les guste aunque vaya a ser cortita. Un abrazo.

Padrino (Shinomi)Where stories live. Discover now