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El reloj marcaba la medianoche, Paper Rings se reproducía en Spotify, la luz de la pantalla del monitos iluminaba la habitación y la lluvia poco a poco comenzaba a cubrir todo Monterrey, Lili se encontraba en el escritorio de Roier, sentada en la silla, con los audífonos de su novio y un montón de anillos de papel por encima del teclado, la castaña había encontrado un nuevo hobbie o más bien una forma de entretenerse hasta que el sueño llegara a su cuerpo.
Se preguntarán, ¿Qué hace Lili despierta tan tarde?
Bueno, en resumen luego de la charla que tuvo la pareja sobre el tema de la mudanza, sobre la futura casa y otras cosas que tenían mente, el pelinegro decidió tomar una siesta por la tarde, pero no quería dormir solito, asi que le dijo a Lili (más bien la obligó) que durmieran juntos un ratito.
Aquel ratito se convirtió 3 horas.
En consecuencia Lili no podía dormir.
La castaña tomó otro trozo de hoja y comenzó a hacer otro anillo de papel, pero esta vez lo haría usando el color rojo, el color favorito de su novio, con cuidado hizo los dobleces, le dio forma y cuando lo terminó observo la pequeña manualidad con una sonrisa, muchos podrían pensar que era tonto o quiza infantil, pero solo los mortales no conocían el lindo significado de los anillos de papel.
Incluso Taylor Swift tenía una canción de ello.
Lili tomó un bolígrafo de tinta negra y comenzó a dibujar en el centro del anillo una telaraña y encima de esta una pequeña araña, formando asi el logo de SpiderMan, dejó a un lado el bolígrafo y tomó el anillo de papel para después colocarlo lentamente en su dedo anular izquierdo.
── Perfecto ── Murmuró la chica mientras alzaba su mano y movía los dedos, los ojos de la chica brillaron como si fueran dos grandes estrellas, una sonrisa ampliamente decoraba su rostro y Lover comenzó a sonar.
El amor era tan lindo.
Y aún más si Lover era el soundtrack de este.
O Paper Rings.
O cualquiera canción de amor que Taylor Swift tenga.
Mientras Lili admiraba su creación con detalle, Roier la observaba desde la cama, con los ojos entrecerrados y una ligera sonrisa en el rostro, la castaña no se había percatado de aquello en lo absoluto y para el pelinegro era mucho mejor, ya que le gustaba mucho el admirar a su novia desde la lejania, el observar sus gestos y los ademanes que hacia con las manos, la forma en la acomodaba algunos mechones rebeldes detrás de su oreja, como se sentaba en la silla, con una pierna encima de la otra, como hacia un ligero puchero cuando no encontraba la canción que quería o la forma en la que sacaba la lengua ligeramente cuando estaba concentrada.
Roier añadía el admirar a Lili desde lejos a la lista de cosas que le gusta hacer.
El pelinegro tomó uno de los peluches de su cama y sin hacer tanta fuerza le lanzó este a la castaña, Lili rápidamente giró su cuerpo y frunció levemente el ceño mientras se retiraba los audífonos.
