14- Trola

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Julieta Hernández

Me encontraba en mi cama mirando el techo y pensando en lo que había ocurrido anoche.

Suspiré recordando a Enzo encima mío y una pequeña sonrisa se formó en mis labios, pero rápidamente se desvaneció y se convirtió en una mueca cuando a mi cabeza llegó la imagen del primer día que Oli llegó al jardín con su mamá.

<Soy una Trola de mierda> pensé. Actué ignorando el daño que le podía hacer eso a tan linda y pequeña niña y a su mamá.

Me di vuelta quedando boca abajo en mi cama y grité aprovechando que la almohada amortiguaba el grito.

Quería llorar, porque me sentía culpable, pero en verdad lo que más me daba ganas de matarme era haberlo disfrutado y no estar cien por ciento arrepentida.

Suspiré y desee ahogarme contra la almohada. En ese momento, como si se tratara de una señal divina para no morir, mí celular empezó a sonar.

Llamada entrante: Cris Romero

Me senté y le respondí con una sonrisa.

-Hola Cris- saludé.
-¿Que onda Ju?
-Todo bien, acá ando, ¿Vos qué onda?
-Me estaba preparando para irme a entrenar, pero se suspendió por el clima- contó.

Me levanté y caminé hacia la ventana, corrí la cortina y observé la lluvia fina pero en gran cantidad que cubría la calle.

-Ni me había dado cuenta que llovía- reí.
-Sos muy colgada culia'
-Mi superpoder.

Escuché su risa al otro lado de la línea y una sonrisa se formó en mí cara.

De un momento a otro me había olvidado completamente de Enzo y de la culpa que sentía por haber estado con el la noche anterior.

-¿Te gusta la lluvia Ju? O ¿No te la bancas?- su todo desafiante me hizo levantar las cejas.
-Salir cuando llueve es mí actividad favorita, Romero.
-Vos, yo, turismo en Londres bajo la lluvia- popuso.

No voy a negar lo tentadora que me parecía esa oferta, tampoco voy a negar que fingí pensar unos segundos para hacerme la interesante.

-Tendría que ver si puedo, depende del horario- mentí, no tenía nada que hacer en todo el día.
-Si me decís que si, salgo de mí casa en dos patadas.
-Acepto, pero para porque me tengo que bañar.
-Dale, mandame un mensajito después y salgo para allá.
-Dale Cris, nos vemos.
-Nos vemos culia'.

Corté la llamada sonriendo. Me hacía feliz tener un amigo con el cual contar en Londres.

•••

Caminé a paso rápido a la puerta para abrirla. No le había dicho a Cristian que ya podía venir, apenas había salido de la ducha. Todavía no estaba lista, seguía con la toalla en el cuerpo y el pelo todo empapado.

Segura de quién era el que se encontraba del otro lado abrí la puerta sin mirar por la mirilla.

La sorpresa me la llevé al ver a Nicolás mirándome la cara y luego descendiendo su mirada por la toalla ajustada a mí pecho que cubría mí cuerpo.

-¿Nico?
-Hola belleza- sonrió volviendo su vista a mí cara.

Su sonrisa hizo a mí corazón empezar a latir un poco más rápido, no lo voy a negar.

-No te esperaba, pensé que eras alguien más- sonreí.
-Ah, estabas esperando al otro- se hizo el ofendido.
-Iba a salir a turistear con un amigo.
-Yo tenía que venir a hacer un par de trámites, y pensé en por qué no pasar a saludar a la mujer hermosa que da vueltas en mí cabeza todos los días.

No noté en que momento se había acercado más, pero en ese momento cai en cuenta que no lo había dejado pasar a mí casa.

Me hice a un lado y abrí la puerta con una sonrisa.

-Pasá.

El entró y cuando le di la espalda para cerrar la puerta sentí su presencia muy cerca mío por detrás. Me di vuelta y su cara estaba a centímetros de la mía.

-Saludame bien, vida- pidió.

Con una sonrisa cual colegiala llevé mí mano a un lado de su cara para darle un beso en los labios.

-Me voy a vestir, espérame acá.
-Dejame verte mientras te vestís- pidió con un tono sugerente.

Alce una ceja y me encogí de hombros.

-Veni si querés, pero se mira y no se toca- le di la espalda dirigiéndome a mí habitación.

Escuché su risa y sus pasos siguiéndome no tan de cerca.

Entré y sin siquiera pensarlo me despojé del toallón dejándolo colgado en la puerta. Para la mala suerte de Nico si tenía puesta la ropa interior, odio andar por la vida sin ropa interior, es lo primero que me pongo al salir de la ducha sin excepción.

Miré de reojo al hombre que se recargaba en el marco de la puerta, su mirada me recorría toda, y solo en ese momento mí mente viajó a la noche anterior y a las marcas que probablemente se encontraban sobre mí.

Traté de disimular la cara de asombro con un sonrojo que seguramente ya se había esparcido por mí cara.

-¿Y eso?- los pasos de Nico se acercaron lentamente a mí.

Sentí su dedo recorrer mí glúteo derecho. Un recuerdo específico de Enzo pegándome repetidas veces en ese lugar me inundó la mente.

Me quedé callada sintiendo su tacto frío en la zona.

Puso su mano completa sobre la marca y acercó su boca a mí oído.

-La mía es más grande- susurró.

El doble sentido en sus palabras me sacó todo el aire de los pulmones sin previo aviso. Hasta ese momento no me había puesto a comprar a los dos hombres. Sentía internamente que no había necesidad de hacerlo, que los dos eran personas completamente distintas, pero luego de esas palabras ya no sabía cómo detener las comparaciones en mí mente, mí imaginación voló a la cantidad de fotos que ellos tienen juntos de cuando ambos jugaban en el Benfica.

La virgen no quiera que me agarren los dos juntos... O bueno... No sería tan mala idea tampoco.

Parpadee varias veces sacando esos pensamientos de mí cabeza, notando los besos que Nicolás dejaba sobre mí cuello y mí hombro mientras sus manos acariciaban todo mí culo.

Ahora no podía quedarme con la duda, necesitaba comprarlos. Necesitaba a Nico adentro mío.

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Buenooooo, se aparecía después de meses viste 🤌🏻

Perdonen che, no tengo inspiración y encima ando a full con el colegio, ya dentro de podo son la vacaciones, seguro ahí me llega la inspiración y me tienen más activa, por el momento seguro intente escribir cuando me llegue la inspiración.

Las quiero mucho, gracias por leer 🫶🏻

Felices Los 4 (Licha, Otamendi, Cuti, Enzo Y Vos)Where stories live. Discover now