୨ৎ Mi Conejita︙LiSoo⋆

O13: Feliz 🌷

Los empleados de la casa ya sabían que la omega de la líder Manoban estaba en cinta. Toda la casa olia a leche; Lalisa intentaba tapar el aroma con inciensos pero era inútil. Cada rincón de la casa olía a leche, especialmente su habitación. JiSoo no había querido salir desde ya hace un tiempo, una que otra vez salía en la madrugada en busca de alimentos pero la mayoría del tiempo Lisa se encargaba de llevar la comida a la omega.

- ¿Cómo te sientes, conejita? - preguntó mientras recorría las cortinas.

- Bien... Solo que - soltó un pequeño suspiro y con ayuda de su esposa se sentó en la cama - tengo miedo.

- ¿Miedo? ¿De qué o quién? - cuestionó.

- De no ser buena madre, nunca recibí el cariño de mis padres y tengo miedo - confesó.

- Mi querida conejita, estoy segura que seras una gran madre y de que a este cachorro nunca le faltará amor - respondió con una sonrisa.

- Pero...

- Ambas haremos un gran trabajo para que a nuestro cachorro no le falte amor, yo los protegeré a ambos y seremos muy felices..

JiSoo abrazó a la alfa y se aferró a ella, se sentía feliz cada vez que abrazaba a su linda esposa se sentía feliz, su alfa la hacía feliz.

- Anda, vamos. Yo te ayudo a cambiarte - mencionó con una sonrisa, tratando de quitarle la cobija a la omega.

- No quiero salir, solo quiero estar aquí contigo mientras me abrazas - habló

- ¿Por qué no quieres salir? Compraremos muchas cosas lindas - intentó convencerla.

JiSoo quita la cobija de su rostro y vió fijamente a la pelinegro, después negó levemente.

- No quiero ir, desde que diste el anuncio de que estaba en cinta la mayoría se me quedan viendo horrible y también dicen cosas feas - lloriqueo - No quiero que me vean feo...

- Conejita... ¿Por qué no me dijiste de esto? ¿Qué es lo que dicen? - interrogó con su ceño levemente fruncido.

- Dicen que no es tuyo. ¡Si es tuyo, solo he estado contigo! - exclamó mientras lloraba.

Lisa la abrazó mientras acariciaba el cabello de la castaña castaña - Obviamente ese cachorro es mío, lo sé y nunca voy a dudar de ti.

- También dicen cosas mas feas... No quiero salir - se aferró al cuerpo de la pelinegro.

- ¿Y... Si, dejamos de fingir? - preguntó mirando hacía la ventana.

- ¿Qué?

- Si, ya no hay que fingir más. Lo único que he provocado con eso de fingir que no te quiero son rumores que solo te dañan a ti, se suponía que hacíamos esto para protegerte pero solo te he lastimado - soltó un leve sollozo mientras abrazaba a su omega - Todo esto es mi culpa.

- Lili, no llores... No es tu culpa - limpió las lágrimas de la pelinegro - Alfa

- Dejemos de fingir. Yo tampoco puedo con esto, siempre quiero tomar tu mano, besarte, decirte cosas lindas enfrente de todos pero no puedo.... Dejemos de fingir, conejita - pidió.

- Eso me haría muy feliz pero... ¿Estás segura?

- Sera lo mejor para nosotras y nuestro cachorro. Daré mi vida por protegerlos, conejita - besó la mejilla de la menor.

- ¡Salgamos! ¡Demostremos nuestro amor, alfa! - sonrió con felicidad mientras se paraba de la cama - Limpiemos esas lágrimas - dijo mientras limpiaba las lágrimas de la pelinegro con la manga de su pijama.

- Deja te ayudo a cambiarte de ropa, conejita. Recuerda que debes de tener cuidado, estas en el cuarto mes - habló.

- Ponme la ropa rápido, alfa - ordenó.

Ahora más que nunca se encontraba tan feliz, nunca había estado tan feliz, bueno, a excepción del día de su boda, de su primer beso con la pelinegro... Y muchos lindos recuerdos.

Un omega golpeó el brazo de la chica a su lado, esta se quejo por el golpe, la omega señaló la imagen de la castaña y la pelinegro riendo como dos enamoradas.

- ¿Qué le hizo? - cuestionó.

- Hace apenas una semana que Manoban ni siquiera le tomaba la mano y ahora hasta... Le da besos - habló mientras observaba como el pelinegro le daba castos besos por todo el rostro al omega

- Se ven... Felices - murmuró.

- Creo que tu plan de conquistar a la líder no funcionará - habló mientras se burlaba de su amiga.

- Callate.

JiSoo quería gritar de la felicidad que sentía en esos momentos, Lisa estaba siendo muy cariñosa. Lo único que le molestaba era tener varios pares de ojos encima de ella y su alfa pero eso no le importaba en esos momentos, lo único importante era que al fin estaban demostrando el inmenso amor que se tienen.

- ¿Deberíamos comprar más ropa? - cuestionó.

- Oh, no. Esta sera suficiente - señaló el pequeño morral que traía su esposa - Este... Uhm - balbuceó.

- ¿Quieres algo en específico? - preguntó con una sonrisa

- ¿Podemos ir a casa? - señaló de manera disimulada las dos pequeñas manchas que tenia su suéter - Se está tirando mi leche...

Lisa se quitó rápidamente el abrigo que traía consigo y se lo puso a la castaña para tapar las manchas mientras caminaban a su hogar.

- En la casa... ¿Puedo chupar? - cuestionó con un leve sonrojo en sus mejillas

JiSoo miró con sorpresa a su esposa - Tú... ¿Quieres chupar aqui? - señaló su pecho.

Lisa asintió levemente - Para que no se desperdicie... Solo si quieres, no quiero obligarte

- Pero es para el cachorro, alfa - habló de una manera avergonzada.

- En estos momentos no esta el cachorro con nosotros y esa leche solo se esta desperdiciando - dijo.

- Entonces... Vamos a casa, rápido - sonrió levemente.

Lisa sonrió con felicidad mientras asentía, por fin podría probar la leche que llevaba viendo hace un mes como se desperdiciaba. Al fin hoy, esa leche no sería desperdiciada.