୨ৎ Mi Conejita︙LiSoo⋆

O1O: No quiero lastimarte 🌷

Lisa veía a su omega jugar con el cachorro en el césped, desde que llegó su omega a la casa recuerda como mandó arreglar el jardín para que JiSoo pudiera jugar y estaré cómoda. Bebió tranquilamente un poco de su té mientras su esposa soltaba pequeñas carcajadas, ya habían pasado dos meses de aquél encuentro de muy mal gusto con esa vieja y su omega ya se sentía segura de salir, en esos meses el cachorro había crecido bastante.

— ¡Mira, Lili! — gritó la castaña para llamar la atencion de la mayor — Si le aviento esta rama a Bam el va por ella y me la trae — mencionó con una sonrisa.

Después aventó una rama un poco lejos, el cachorro fue corriendo por ella y se la trajo devuelta al omega.

— Es un cachorro muy bueno — comentó.

JiSoo se quedó quieta al percibir un fuerte aroma a café, se levantó del pasto y camino hasta su alfa. Sin emitir alguna palabra solo puso su rostro en el cuello de Lisa para sentir el fuerte aroma.

— Conejita, me haces cosquillas — mencionó entre risas.

— ¿Estás en celo? — cuestionó mirandola con una pequeña sonrisa.

— Uh, si... Creo que se me adelantó un poco, deja le ordené a la curandera que me prepare unos supresores — habló con nervios.

— No necesitas eso, me necesitas a mi — hablo subiéndose al regazo de su esposa.

Lisa posó sus manos en la cintura de la castaña dando un leve apretón antes de alejarla un poco.

— No, iré a una habitaciodn. Me la pasaré sola como la otra vez — dijo evitando la mirada de su tierno esposa.

— ¿Por qué? Ya van dos celos que la pasas sola, soy tu omega y te debo ayudar, además si quiero estar contigo es porque quiero — hizo un pequeño mohin

— No quiero lastimarte, conejita... — susurró.

— No me vas a lastimar, ya hemos estado juntas varias veces — sonrió levemente, acariciando con suavidad la mejilla de la mayor.

— No entiendes, mis celos ultimamente son muy fuertes, la ultima vez te lastime. ¿Recuerdas? — abrazó con fuerza el cuerpo de su esposa, estaba tratando de calmarse y no tomarla ahí.

— ¿La vez que me jalasté mi cabello y me golpeaste mis pompis? — cuestionó.

Lisa se sonrojó levemente al escuchar a su omega decir eso. Asintió levemente tratando de tapar su rostro avergonzada con una de sus manos.

— A mi me gusto que hicieras eso, fue una sensacion dolorosa al principio pero después me encantó — opinó con una sonrisa mostrando sus dientes.

— ¿Cómo puedes decir eso? Practicamente te golpeé — habló.

— Solo digo la verdad, además, a ti también te gusto eso. Recuerdo que no dejabas de golpear ahí — comentó como si nada.

A veces Lisa no entendía como su esposa podía decir cosas de ese tipo con tanta naturalidad y otras veces se comportaba tímida al recordar sus noches donde hacían
“cositas"

— No quiero lastimarte, conejita. Voy a pasar mi celo sola — habló firme.

— No me lastimaste, solo lo hiciste por placer, a ambas nos gustó. Además, al día siguiente pusiste pomada ahí y me diste muchos cariños — abrazo a la alfa — No me rechaces — pidió con lagrimas entre sus ojos.

La pelinegro soltó un suspiro antes de acariciar el rostro de su bella y tierna omega.

— ¿Segura que quieres pasar mi celo conmigo? — cuestionó.

JiSoo asintió varias veces sin dudarlo ni un poco, Lisa al ver la respuesta cargo a su omega al estilo nupcial y la llevo hasta la habitación, dejó el cuerpo de JiSoo en la cama con delicadeza, le colocó seguro a la puerta y recorrio las cortinas.

Después se quedó admirado la imagen de su omega con su cara ruborizada mientras la miraba fijamente.

Lisa se subio arriba de JiSoo sin llegar a aplastarla y comenzó a dejar besos por las clavículas de la castaña, también repartió pequeños besos en la marca. JiSoo acarició el cabello de su esposa con suavidad, después sostuvo sus mejillas y la obligó a verla.

— Te amo, alfa — pronunció con un pequeño brillo en sus ojos.

— Te amo más, omega — dijo antes de unir sus labios con los de la contraria.

Ambas empezaron a quitarse las prendas, Lisa besaba todo el cuerpo de su omega mientras JiSoo solo soltaba pequeños jadeos. Su alfa siempre la trataba con delicadeza y mucho cariño cada vez que hacían cositas.

Después de dos días de celo, la alfa abrió sus ojos con pesadez y miró a su lado derecho para ver el cuerpo de su omega, la cual tenía muchas marcas. Tapó un poco más el cuerpo de la castaña con las sabanas mientras le abrazaba.

— Lili... Ponme pomada — balbuceó.

La alfa sonrió calidamente antes de levantarse de la cama y caminar al tocador para buscar la pomada, una vez en sus manos fue hasta donde su esposa dormía tranquilamente, quitó la sabana para dejar al descubierto los gluteos de la omega, estos estaban rojos y con marcas.

— No sé que hice para tener una omega como tú — susurró con una sonrisa antes de colocar la pomada.

— Lili... — murmuró — Estoy cansada, mañsna.

— Tranquila, solo estoy colocando pomada.

Lisa miro como su omega volvía a cerrar sus ojos con tranquilidad, después de colocar la pomada, lo tapó nuevamente y la abrazo con delicadeza.

— Eres lo mejor que tengo — dijo antes de depositar un pequeño beso en la frente de la castaña.