|Narra Ashley|
Desperté en medio de un mar de negrura. Mis ojos no acababan de acostumbrarse a la fría oscuridad que me rodeaba. Estaba sudando y tardé unos instantes en darme cuenta de que solo llevaba ropa interior.
Un intenso agobio me invadió, tenía ganas de vomitar y llorar pero, sin embargo, no hice nada. Me arrastré hasta una de las esquinas de aquella caja metálica y me hice un ovillo.
Tenía miedo y estaba sola, no sabía que hacer y tampoco se me ocurrían ideas. Necesitaba encontrar ropa pero realmente ese era el menor de mis problemas en ese momento.
No recordaba absolutamente nada, mi mente estaba en blanco. Ni una cara, un lugar, ni siquiera mi apellido. De la nada, aparecieron unas letras dentro de mi cabeza.
-Ashley -Pensé- Mi nombre es Ashley.
Una sacudida me sacó de mis pensamientos, obligándome a volver a la horrorosa realidad. La cárcel en la que me hallaba se había detenido.
Me levanté y miré hacia el techo, hubo un fuerte ruido que retumbó por todo el espacio. Finalmente, un pequeño rayo de luz atravesó la puerta de la caja. Tuve que cubrirme con el brazo pues la luz era algo nuevo para mí.
-¿Otra chica? -Preguntó una voz desconocida.
-Pero, ¿la nota que trajo la otra, no había mencionado que no vendría nadie más? -Dijo otro.
-¡Esperad! -Esta voz era más aguda a las anteriores- ¿Está desnuda?
Cuando me di cuenta de lo que estaba sucediendo, me escondí detrás de unos barriles que habían enviado junto conmigo. Tratando de cubrirme. Notaba sus constantes miradas fijas en mi, llenas de lujuria y deseo.
-¡Dejadla en paz, cerdos desesperados! -Gritó un chico de piel negra, abriéndose camino entre la multitud, parecía el líder- Que alguien la traiga algo de ropa.
Dos chicos se separaron de la multitud y corrieron lejos del lugar y no tardaron en llegar, con una camiseta azul bastante larga.
-Esto es todo lo que hemos encontrado, Alby -Dijo el chico que traía la ropa.
El líder asintió y me señaló. Me lanzaron la camiseta con brusquedad y salí de mi escondite y la agarré con gran rapidez puesto que no quería ser vista. Me vestí con aquella camiseta azul la cual, me llegaba por debajo de las rodillas, cubriéndome lo que era necesario.
Suspiré y salí de detrás de los barriles, oí algún que otro silbido pero ese tal Alby los hizo callar. Un chico rubio me ofreció su mano para sacarme de aquel agujero metálico que se hallaba en el suelo. Al salir, la mayoría de los chicos se dispersaron, lanzándome una última mirada.
-Ignóralos -Me susurró el chico rubio- Son una panda de pervertidos.
No pude evitar reírme, aquel chico me caía bien, había sido amable y no me acosaba de la manera en la que los demás lo hacían.
-Por cierto, soy Newt -Me dijo, ofreciéndome la mano para estrecharla.
-Yo Ashley, un placer -Se la estreché con toda la amabilidad del mundo.
-Alby es el líder, el que ha ordenado que te trajesen ropa -Me miró con una sonrisa burlona- Bonita bienvenida, Ashley.
Le di un golpe en el hombro mientras notaba un rubor en mis mejillas. Estuvimos charlando un rato, el rubio me explicó lo básico sobre aquel lugar. Sentía una inmensa curiosidad por ver que había más allá de aquellos muros de piedra agrietada. Me comentó algo acerca de los corredores, quienes salían allá fuera cada día antes de que las puertas cerrasen.
-¡Eh, tú! -Interrumpió Alby, que andaba con paso apresurado- Tengo malas noticias para ti, verducha.
-¿Verdu... qué? -Pregunté abriendo los ojos- ¿Malas noticias? ¿Cuáles?
-Pasarás la noche en el Trullo, novata -Se encogió los hombros, con indiferencia- Lo siento, pero es por seguridad.
-Alby, no creo que sea una buena idea... -Me defendió Newt.
-Está bien, Newt -Le interrumpí- Es por seguridad, si creen que voy a asesinarles mientras duermen, es cosa suya.
Newt soltó una breve carcajada y después suspiró. Nos miró a ambos y alzó sus manos en señal de rendición.
-Que conste que me opongo a recibir así a un novato -Dicho esto, se marchó.
-Yo tampoco quiero, pero Gally ha insistido -Alby me miró serio- Vamos, te tengo que llevar.
Asentí y seguí al líder. No tenía planeado oponerme a una orden, no tenía ganas de hacer enemigos el primer día, además, yo era nueva y tendría que obedecer por muy molesto que me resultase.
El chico me encerró y me deseó buenas noches con una sonrisa honesta. Me prometió que conseguiría unos pantalones pero que hasta entonces, intentase aguantar con lo que tenía puesto.
Me senté en el lado opuesto donde se encontraba la puerta, para que no me diese la luz.
Oí unas pisadas llegando a mi posición hasta que se detuvieron.
-¿Eres la nueva qué ha llegado desnuda? -Preguntó la voz.
Me giré rápidamente, para encontrarme con un chico asiático, de pelo negro y musculoso. Sonreía de una manera burlona y sarcástica. Era realmente atractivo.
-Sí -Contesté, tratando de sonar indiferente- ¿Quieres algo idiota?
Él chico rió durante unos instantes.
-Hubiera dado lo que fuera por haberte visto en ropa interior.
-Sigue soñando -Me volví a dar la vuelta y cerré los ojos.
-Eres simpática, me gustas -Abrí los ojos como platos y volví a girarme, pero esta vez más bruscamente.
-Tu tampoco es que des arcadas -Sonreí y me senté, apoyando mi espalda en la pared- Soy Ashley, y según vosotros, la verducha.
-Soy Minho, el guardián de los corredores.
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¡Hola chic@s!
Este es nuestro primer Fan Fic y, espero que les guste. Este es el primer capítulo, si les gusta, no tardaremos en subir el siguiente.
Besos
Mire y Julia
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La chica (FanFic de Minho)
FanfictionAshley despierta dentro de una caja metálica, en ropa interior. Cuando las puertas se abren, se encuentra con un grupo de chicos, mirándola. Ahora, tiene que ganarse el respeto y ayudar todo lo que pueda en el Claro. Todo va bien hasta que conoce a...