CAPÍTULO 2

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Rudy, la bibliotecaria, me despide con un abrazo y me da un libro para que lo lea. "¡Maravilloso!, ¡Una obra de arte!" afirma esta pavoneándose de regreso al interior de la biblioteca.

En mi bolsillo mi celular comienza a vibrar.

Haden, ven directamente a la casa no te detengas por nada en el mundo, no hables con nadie y no te distraigas con nada.

Sin preguntas.

Kay

Con el ceño fruncido comencé a trotar hacia mi casa. Paso frente a un callejón sin salida y una mano me toma por el codo y he arrastra hacia el. Un muchacho con cabello azul y expresión asustada empieza a hablarme.

-Isabella -Dice susurrando y mirándome embelezado.

Antes de que pueda decir nada el muchacho se quita su collar de cuarzo negro y me lo pone alrededor del cuello. Toma la piedra con una mano y comienza a susurrar unas cosas que no entiendo.

El collar se rompe creando un destello negro y el muchacho desaparece dejándome sola.

Llegué a mi casa y unos pasos suenan del pasillo del fondo y mi hermano llega llorando a mares.

-¿Qué pasó? Tommy ¿qué sucede? -Pongo mis manos a los costados de su cara y le limpio las lágrimas con los pulgares.

-Dile que no -Dice mi hermano entre sollozos. Paso los dedos por su cabello rubio y me hinco sobre una rodilla para quedar a su altura-. Dile a Kay que no nos podemos ir.

-Tommy, ¿de qué hablas irnos a dónde? -Kay llega al recibidor con la expresión más seria que he visto en ella-. Kay ¿de que está hablando? ¿a dónde nos vamos?

-Hade, no tengo tiempo de explicar -Empieza a decir Kay pasándose la mano por su cabello-, la abuela y yo... nosotras no hemos sido honestas con ustedes. Pero tengo que pedirte que confíes en mi. Por favor ve a arriba y empaca tus cosas.

-¿La abuela también viene? -Pregunto sin moverme de donde estaba parada. Kay hace un sonido de desesperación y camina hacia la cocina.

-No -Dice cortante y sin voltear a verme-, ya están tus cosas dobladas en tu cama sólo tienes que guardar lo necesario en la maleta -Dice conmigo persiguiéndola por la cocina y la sala, atosigándola de preguntas: "¿Por qué nos vamos? ¿a dónde? ¿por cuánto tiempo? ¿por qué ahora? ¡Katerina responde aunque sea una de las preguntas!"

-¡Dios mío Haden ya cállate! No puedo decirte nada en este momento pero te prometo que será temporal. Cuando ya no nos estén buscando... -Me corta antes de terminar la última frase. Antes de que yo pueda decir nada ella señala el pasillo y me dice que me ponga a hacer mi maleta que nos vamos esa noche.

-¡Sólo lo necesario! -Me recuerda cuando ya estoy entrando a mi habitación. En mi cuarto toda mi ropa está doblada en montoncitos sobre mi cama y los zapatos todos por pares en el borde de esta.

Junto a mi puerta está mi maleta abierta. Cuando ya no nos estén buscando, eso fue lo que dijo. ¿quién nos está buscando? Empiezo a meter a mi maleta toda la ropa que está en mi cama junto con un cepillo, crema y todo lo necesario. Lamento mucho no poder llevar mis libros. Son como mi alma.

-¡Hade! -Grita mi hermana desde la cocina-. Vamos a ir a la tienda por comida regresaremos en menos de media hora.

Me metí a bañar pensando en las consecuencias de mi escapando a Japón. Claro que me faltaría dinero y con el tema del idioma... Deseché la idea mientras que salía envuelta en una toalla.

Ya era cuestión de tiempo de que Kay se quisiera ir de este pueblo, quiero decir, era miserable en Skymount desde que regresamos. Ella había sacrificado tantas cosas por nuestro bien.

PerdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora