capitulo 14: Cambio de inmensidad.

669 48 11
                                    

Serkan Bolat. 

Me moví entre la suavidad de aquella cama al sentir un cuerpo a mi lado . Intenté abrir mis ojos, pero la luz dorada lo impidió. Giré para ver a aquella mujer dormir tan plácidamente, su cabello se extendía sobre su rostro y por impulso lo quité sutilmente. Los recuerdos de la noche anterior llegarón a mí.

Sonreí, sin sentir la sonrisa en mis labios, sino, quizás en mi alma. Por primera vez en mucho tiempo habia dormido tan plácidamente sin que ninguna imagen probocada por mi mente a mitad de la noche interrumpiese mi sueño.

Subí mi mano sintiendo el deseo de acariciarla. Me detuve, al sentir como aun dormida extendía su brazo para luego dejarlo en mi abdomen. Solté una pequeña risa ante aquello. Estaba apunto de despertarse. Después de aquello sentí  la necesidad de acariciar su rostro. Posé mi dedo en su frente para luego bajar por su nariz, desviandome poco después por su mejilla.

Ni siquiera quien aún no la ha tenido de cerca, así como la tengo yo en este momento, podría dudar de lo hermosa que podría llegar a ser cada parte de ella. La vi abrir sus ojos con sutileza. Y si, allí estaban de nuevo aquellos ojos marrones.

— Así que despertaste, Eda Yildiz — solté coquetamente. Ella miró a su alrededor como si estuviese perdida.

— La pregunta es, ¿Por qué desperté contigo? — fruncio el ceño.

— Acaso, ¿No recuerdas lo de anoche? — pregunté en broma.
Ella se separó inconscientemente de mi.

— ¿Lo de anoche? — interrogó.

— Pensé que... — Intenté hablar pero me interrumpió inmediatamente.

— No me digas que hicimos algo indebido — soltó asustada.  Podría ser que, ¿No se acordaba de nada?. Apreté mis ojos y me levanté de inmediato — Serkan, ¿Que sucedió anoche? ¿Como llegué aquí? — solo expresaba confusión.

Quizás si, sabía que existía la posibilidad de que no recordará nada hoy, pero lo que no esperaba es que se hiciera realidad.

—No te preocupes. No ha sucedido nada indebido — La miré aún incrédulo. La mejor noche de mi vida ahora comenzaba a convertirse en la peor — Bajaré a hacer algo de desayunar y luego te explicaré todo, ¿De acuerdo? — ella asintió.

No podía enojarme con ella por no recordar nada, pero tampoco podía evitar sentirme extraño. Aunque todo haya sido mi culpa, pues sabía que el estado en el que se encontraba ayer no era el adecuado para hablar de sentimientos.

Luego de hacer algo sencillo y rápido para comer, ella bajo envuelta en una de mis camisas. ¿Es que no le bastó con lo de anoche?, ¿Quería volverme loco?.

— Huele muy bien — halagó mi comida. Su sonrisa era tan radiante.

— Espero que el sabor no te decepcione — Solté colocando los platos en la mesa e ignorando cualquier mirada de su parte.

Tomó lugar frente a mi. La brisa se colaba por la enorme ventana, y la vista del mar se plasmaba en nuestros ojos.

— Es precioso el mar ¿no? — le pregunté al notarla perdida en el horizonte de este.

— Lo es. Pero nunca lo será tanto como un campo de margaritas — ella me miró y sonrió. Desvié nuevamente mi mirada. Realmente me sentía extraño. Pensé que al despertar hoy, todo sería diferente con respecto a ella.

— Seguramente — Balbucee — Eda, con respecto a lo de de ayer, no se hasta que parte recuerdas. Estabas en una cita y ...— Me interrumpió.

— Es mejor no hablar de eso. No recuerdo casi nada. No le demos tanta importancia — extendió su mano hasta alcanzar la mía sobre la mesa — Muchas gracias por salvarme, una vez más — hice un gesto con mis labios — Olvidemos todo lo de ayer, me avergüenza pensar todo lo que mi delirio pudo provocar — soltó mi mano y volvió a tomar una cucharada de su plato — No dije, ni hice nada malo ¿Verdad? — negué casi que en contra de mi voluntad.

¿Y si Te Quedas? - Edser.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora