Capítulo 22

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No podía aceptarlo, incluso si se logró despedir, ya no sería mismo sin ¿Realmente ese era el final que había dejado para ellos? Sin poder disfrutar un poco más con la familia que apenas habían logrado unir. Cuando aún debían enfrentarse a quienes les hicieron daño a sus hermanos hasta hacerlos sufirir. Aun necesitaba que su baba lo viera completar su educación, y convertirse en líder la secta.

Quería que viera el cambio que él haría, al igual que su padre empezó a cumplir.

—Jin Ling.

Pero, no regresaría.

No había manera que su alma volviera ahora. Ya no estaba.

—Todo estará bien.

¿Lo estaría? Sus hermanos apenas y podían controlar sus lágrimas, mientras estaban a su lado, Zixuan trataba de darles un consuelo. Ellos, que apenas pudieran estar con él. Ellos que supieron de su muerte, que desearon la verdad, y tuvieron una falsa esperanza de estar mucho más tiempo con su progenitor. Volvieron a decirle adiós, ahora que estaban a un paso de la felicidad.

¡No era justo!

—¡A-ling! Por favor... reacciona...

Wei Wuxian, su baba, aquel fantasma que siempre estuvo a su lado. Protegiéndolo, cuidándolo, llenándolo de mimos hasta lograr que sonriera. Ese, que no guardaba profundo rencor a nadie, y que incluso después de la muerte, buscó felicidad, ya no estaba con ellos.

—No es justo —balbuceó—. ¡No es justo! ¡No debió irse!

Jin Ling levantó la mirada, chocando con el rostro fruncido y húmedo de su padre. Levantó su mano, señalando con su dedo—. Dijiste que ya no habría invocación... a-die... dijiste que todo estaba bien.

—A-ling.

—¡No! ¿Por qué mentiste...? ¿Por qué no nos preparaste?

—Hice una promesa... debo protegerlos —respondió esquivando su mirada.

Jin Ling asintió en silencio y se soltó del agarre de sus hermanos. ¿En qué momento lo sostuvieron? Eso ya no importaba. Baba ya no estaba, baba que no estaba vivo, priorizo su futuro, uno que desde el inicio él no estaba. Mordió su labio inferior.

Lo quería de vuelta. Lo necesitaba.

Sintió su rostro humedecerse, y el dolor en la palma de sus manos a causa de sus uñas. Unos brazos lo rodearon de vuelta en lo que perdía la fuerza de sus piernas. Sobre esa misma tierra grisácea en la que siempre corrió. La misma que había visitado con sus hermanos cada que entrenaban con la guía de su baba. Levantó la vista hasta aquella roca. Escuchó como las disculpas se repitieron, pero ya no sería lo mismo. Su padre no tuvo la culpa, ni su baba. Gritó.

El fuerte agarre sobre él tembló, y los sollozos no se detuvieron. Pero, incluso si rogaba.

—Baba... no regresara...

...

¿Cuánto tiempo había pasado?

Para Jin Ling contar el tiempo no fue tan difícil. Teniendo en cuenta que se había acostumbrado a su presencia. Cada vez que un poco de sombra se acumulaba en un solo lugar, siempre volteando en esa dirección con una falsa esperanza de verlo.

Seis meses.

Solo había pasado seis meses, y ya era demasiado para él.

Su padre, sus hermanos incluso su tío, permanecieron en completo silencio con quienes lo rodeaban. Luego de seis meses, era él y su abuela quienes tomaban algunas decisiones respetando el luto silencioso de su padre, uno que no había tomado antes.

La oscuridad que los protege; XuanXianWhere stories live. Discover now