Capítulo 18

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—¿Sí?

Wei Ying alzó la mirada por inercia, cuando algo más fue lanzado hacia él. Sostuvo con su mano derecha una espada de cubierta blanca, sin entender por completo por qué había sido tirada. La tomó de su manco, y abrió la vaina sin mucho esfuerzo. Escuchó un jadeo frente a él. Jingyi abrió y cerró la boca, pero no hubo palabras de su parte. Jin Ling los observó en silencio, esperando quizás una reacción más violenta por lo que veían. Sabía que en algún momento podría ocurrir, ahora que hizo que su presencia fuera vista por ellos.

No había miedo ni tensión cuando su baba se acercaba a sus hermanos mayores, una reacción contraria a la esperada. Como si el hecho de que compartieran su sangre ayudara a que fuera mucho más fácil. Fue difícil en un inicio, teniendo él la verdad sobre sus manos, sin poder decirla por respecto a ellos. No era algo que fuera a él manejar, no podía solo decirle que eran familia, cuando aún por las noches parecían tener pesadillas de esos recuerdos.

—¿Qué ocurre? —preguntó Wei ying por la mirada cristalizada de Jingyi, y el temblor de su mano. Hacía poco estaban pasando un buen rato—. ¿Es tuya?

—Suibian... —murmuró el menor—...la desenvainaste.

—A-ying.

—¿Quién eres realmente... Senior Wei? —continuo Sizhui, con voz entrecortada, sin apartar la mirada de él—. Eres... ¿Wei Wuxian?

Jin Zixuan quiso levantarse de su lugar, pero fue detenido por Jin Ling, quien negó con la cabeza. No podía simplemente interrumpir en ese momento. Wei ying bajo la mirada hasta la espada en su mano, y las sombras se estremecieron cuando la yema de su dedo acarició el filo de esta.

—A-xuan, creo que fui descubierto —dijo, casi en una fingida carcajada, mientras ambos chicos caían de rodillas frente a él, con las sombras rodeándolos. Wei ying continuó—. Siento haberlos dejado  antes.

Los niños permanecieron en silencio por un momento, asimilando la información, y con la respiración agitada. Luego, Sizhui se acercó a Wei Wuxian y le abrazó fuertemente—. No importa lo que haya pasado, te extrañamos, a-niang.

Wei Wuxian sonrió al escuchar esas palabras y devolvió el abrazo con ternura, Jingyi se unió al abrazo, y nadie interrumpió cuando su llanto empezó a intensificarse, cubiertos de las sombras, Jin Zixuan sonrió al verlos, sabiendo que la verdad finalmente había salido a la luz y que su familia estaba más unida que nunca.

Finalmente, Lan Sizhui habló:

—Entonces, ¿Pensaron que habíamos muerto?

—Sí, así es —respondió Jin Zixuan con seriedad, sin soltar la mano de la sombra—. Pero, ahora, al ustedes venir, y presentarse, fue como ver a a-ying antes.

—Entonces, somos Jin —comentó Jingyi con asombro, mientras sus lágrimas fueron limpiadas por Wei ying—. Y somos hermanos mayores del joven amante.

—¡Oye!

—El tío Lan tenía razón —dijo Sizhui, sin dejar de sonreír al ver a su hermano pelear con el más joven. Como si el tiempo no hubiera pasados entre ellos, entrar entre los brazos de sus padres, a pesar de las circunstancias en la que se encontraban, solo lo hacía sentir mucho más feliz. Siempre había querido una escena como esa—... sobre cuánto nos amaban.

Wei ying, estrujó al mayor entre sus brazos, mientras Jin Ling se burlaba—. Digamos que Lan Zhan ayudó a que no terminara matando a su padre.

—¿Lo odiabas? —siguió Jingyi.

—Sí, como no tiene idea —respondió Wei ying, escuchando como Zixuan exhaló a su lado.

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La oscuridad que los protege; XuanXianWhere stories live. Discover now