01

240 22 0
                                    





¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.





El sonido del icónico despertador resuena por toda la habitación. Sus paredes pintadas de azul lleno de múltiples pósters pegados y una repisa con álbumes de distintos grupos y solistas acumulados.

Todo es un desorden, prendas tiradas por el suelo, cuadernos y lápices, hasta papeles  volviendo una completa papelería el piso.

El muchacho dentro de la cama, durmiendo en una posición extraña, logra sacar su mano de entre el bulto de manta y apaga el aparato de la mesita de noche al lado. La mano vuelve a esconderse debajo el tumulto de sábanas y se acomodó.

Sus delicados ojos mieles son adornados por largas pestañas rizadas, se cierran con pereza y no puede evitar perderse en la inconsciencia.

Tiempo después, la puerta es abierta con cuidado por un pálido azabache. El cual al ver el desastre suelta un suspiro. Viste su uniforme escolar y rebusca en el armario la vestimenta del contrario. Al tenerlo preparado incluyendo los calcetines, se aproximó a la cama y se sentó al borde de ella para buscar el extremo de la manta para deshacerse de ella.

Al quitar toda la gran tela encuentra el pequeño rostro perfilado y delicado del pelirosa. Durmiendo con un puchero en los labios tan tierno que causa un revoltijo en su corazón.

Acercó su rostro y le susurró al oído con dulzura.

—Nana, es hora de despertar —el contemporáneo solo se remueve incómodo. Jeno deja su palma caer en el hombro ajeno y lo palmea —Debemos ir a clases, estamos tarde y tenemos un examen. Recuerda que si no lo pasas, repruebas la materia y no podrás ir al próximo concierto de EXO.

—¿EXO? —abre los ojos al instante y mira con sorpresa al mayor. Luego toma su celular y ve la hora. Si no llega en quince minutos a la escuela no hará el examen. Salta de un brinco de la cama y cae al suelo rodando.

—¡Nana! ¿Estás bien? —quiso ponerse de cuclillas para verlo con preocupación pero el pelirosa ya se había levantado en un segundo y fue directo al escritorio en dónde fue dejado su ropa lista.

Jeno mientras lo ve vestirse tomó la mochila y mete los útiles escolares esenciales del contemporáneo, los cuales están regados.

Jaemin se deshace de toda su ropa y se viste la escolar ocasionando un rubor en el azabache el cual tímidamente evito mirarlo. Pero el pelirosa estuvo ajeno a todo lo que ocasiona en el interior de su amigo y siguió lo suyo apresurado.

—Otra vez no te bañaste —le replicó Lee de espalda mientras aprovecha en doblar la ropa acumulada de una silla.

—No importa, me baño de regreso.

—Siempre lo haces así —se ríe —Al menos cepilláte los dientes, tu mamá dejo tu desayuno abajo listo.

—¿Y por qué no vino a despertarme? Ya es tarde, debió haberse dado cuenta.

(Boy)friends [Nomin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora