Luna Engreída ✓

⚸ | Capítulo 33

—¿Qué rayos fue eso?

—No lo sé, pero lo voy averiguar.

Me adentro al bosque, para investigar que fue ese suceso, me mantengo alerta a cualquier movimiento, mientras más camino al centro del bosque, más oscuro y desolado se siente, del cielo caen cosas que no logro distinguir, detengo el paso para observar bien, son pequeñas motas de polvo dorado, frunzo el ceño, no entiendo de dónde viene esto, tienen formas de soles, lunas y estrellas, el cielo se ve disperso, solo nubes oscuras que bloquean el paso de la luna.

A mis oídos lleva una voz que la conozco muy bien, meneo mi cabeza, Adhara no puede estar vagando por el bosque a estas horas de la noche, mientras más me acerco más nítida se escucha su voz, no sé si está hablando con alguien o sola, pero me apresuro para llegar más rápido a ella, solo escucho los balbuceos, intento conectar las pequeñas frases que entiendo, pero no logro armar una oración coherente.

—Adhara.

Digo su nombre en voz alta, para que ella sepa que estoy cerca, vuelve a balbucear algo, luego se queda en silencio, y suelta un grito que me pone la piel de gallina, corro hacia ella, hay muchos árboles en medio, pero gracias a mi vista no choco con ninguno, el miedo corre por mis venas, el corazón me late desbocado, si le llega a pasar algo malo, me muero, el bosque de noche es engañoso, siento que he cruzado por este mismo lugar como diez veces.

Me detengo pensando y mirando por encima de mi hombro, veo las linternas de los chicos acercándose a dónde estoy, intento calmar mi sistema, para no volver a cometer el error de correr sin rumbo, me guío por mi instinto, eligiendo el camino correcto, veo una luz amarillenta al fondo, parece ser una fogata o algo así, mientras me voy acercando, me doy cuenta de que no está sola, está rodeada de otras personas, me preparo para atacar.

Pero la descubro hablando con su papá, se da la vuelta con lentitud, nuestras miradas se chocan, suelto un suspiro de alivio, ella está bien, miro a su costado, Venus está tirada en el suelo inconsciente, Ian se acerca para cerciorarse de que esté bien, aunque no lo estará por mucho tiempo, pagará por secuestrar a mi hijo, él me lanza una mirada, sabe muy bien lo que estoy pensando en este momento, todo aquel que osé lastimar a mi familia, paga con creces sus errores.

—¿Por qué estás así de mojada? —en el momento en que Brandon habla, es que me doy cuenta de que del pantalón de Adhara chorrea agua.

—Tenía mucho calor y decidí nadar en el lago, está muy rica el agua, te lo recomiendo —él se ríe cuando ella lo invita a bañarse y luego le lanza un beso.

—¿Te metiste al lago?

—No papá, bueno técnicamente sí, pero no fue mi culpa, fui empujada, casi me ahogo, te juro que casi me voy al más allá con la tía Aria, hubiésemos hecho una fiesta como la de antes.

¿Fue empujada? ¿Quién la empujó?

Respiro lentamente, calmándome, luego tendré el tiempo de indagar y hacerle las preguntas debidas, su papá la reprende por su broma de mal gusto, a veces pienso que ella no entiende lo importante que es para cada miembro de su familia y de la mía, mi mundo sin Adhara no tendría sentido, es como ver todo sin color, sin sabor, ella es mi luz, mi oxígeno, no podría respirar, sin su presencia, no podría ni siquiera vivir sin ella.