Dominik Livarković

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Estabas en las gradas de Qatar viendo a tu selección pelear por el sexto mundial. Llevabas la camiseta de Neymar Jr, lo que provocó que la prensa no dejara de grabarte, ya que verte con la camiseta de otro hombre cuando estabas prometida con Dominik daba mucho tema de qué hablar para ellos. Seguramente, las fans de Dominik deben estar poniéndote a parir, pero te daba igual.

Tú ibas a apoyar a tu selección con todo. Ya habías hablado con tu prometido y, aunque a Dominik no le había gustado saber que su prometida no lo apoyaría, sabía que era tu país y si él apoyaba al suyo, tú podrías apoyar al tuyo.

— ¡Imbécil, ¿cómo cambias a Richarlison por Pedro?! — gritaste cabreada, viendo cómo salía Richarlison y entraba Pedro en el minuto 84.

— Por favor, Neymar, por favor. Tienes que traer la sexta, por favor — suplicabas en un susurro. Estaban en prórroga y, como si tus súplicas hubieran sido escuchadas por el 10 de Brasil, en el minuto 105 marcó gol gracias a una asistencia de Paquetá, haciendo que todo el estadio temblara con los gritos de la afición brasileña.

Insultaste de mil maneras diferentes a Tite en tu cabeza cuando cambió a Paquetá por Fred y a Militão por Alex. Porque solo hizo esos cambios, todo empeoró. Consiguieron marcar en el minuto 117, haciendo que soltaras varias lágrimas y murmuraras un "joder".

Llegaron a penales y rezaste para que Rodrygo marcara. Cuando Dominik paró el gol, empezaste a llorar viendo que Croacia marcó. Solo quedaba Marquinhos por marcar. Si marcaba, teníamos una oportunidad. Todo el estadio se quedó en silencio esperando a que el brasileño marcara.

— Marquinhos se dispone a chutar. Puede marcar. Arranca carrera — hablaban los comentaristas. Aunque estabas en directo, te gustaba escucharlos comentar los partidos. Estábamos a punto de festejar creyendo que entraría. — ¡Y palo! — el estadio se quedó en silencio hasta que estalló en festejos por parte de los croatas. Viste a Dominik correr por el campo festejando. Querías estar feliz, pero simplemente no podías.

— Fallo del jugador del PSG que se tira al suelo. Todo Brasil está llorando. Todo el mundo está llorando. Brasil queda fuera del mundial. La selección de estrellas cayó en cuartos — apagaste tu teléfono para dejar de escucharlos. Viste a Richarlison y te tragaste las ganas de echarte a llorar. Cuando conseguiste entrar al campo, corriste donde se encontraba tu mejor amigo para posicionarte a su lado y abrazarlo fuertemente.

─ Jess ─ murmuró con los ojos rojos y te abrazó fuertemente contra él ─ Era nuestro Mundial, lo habíamos dado todo, lo teníamos, estábamos tan cerca ─ besaste su cabeza escuchándolo e intentando no derrumbarte. 

─ Richarlison, lo hiciste increíble. Tite es un imbécil, hizo tres cambios que no debió hacer y eso mandó todo a la mierda, pero no pienses en eso, ¿sí? ─ él asintió pero al segundo negó, volviendo a llorar y apoyando su cabeza en tú pecho y abrazándote fuertemente.

A lo lejos, viste a tu prometido que estaba festejando y cuando te vio, te sonrió intentando animarte, pero no pudo. Solo apartaste tu mirada a Richarlison, acariciando su espalda intentando calmarlo. Pasaste varias horas con los chicos intentando animarlos, pero no lo conseguiste. Solo le sacaste una sonrisa a Neymar, ya que desde que lo viste querías aferrarte a él como una garrapata y pedirle un autógrafo. Él se dio cuenta y sonrió levemente.

Habías acompañado a Richi hasta el vestuario y te quedaste afuera. Estabas a punto de irte cuando te llamaron. ─ Ven aquí, Jessica ─ te acercaste a él. Él sacó un rotulador permanente y te firmó la camiseta. Te pidió tu teléfono y lo buscaste. Murmuraste un "mierda" al darte cuenta de que lo habías dejado en alguna parte del campo. Él sacó su teléfono y se hicieron varias fotos.

─ ¿Cuál es tu teléfono, pequeña? ─ le pasaste tu número y le sonreíste agradecida cuando te envió las fotos. ─ Gracias por intentar alegrarnos ─ negaste.

─ No me las des, a lo mejor este no era vuestro momento, pero en 2026 será vuestro, eso tenlo seguro, Neymar ─ él te miró agradecido. Besaste su mejilla como despedida y te alejaste yendo al aparcamiento, viendo a Dominik en el coche esperándote. Ya se había duchado. Cuando entraste al coche, su perfume inundó tus fosas nasales, consiguiendo calmarte un poco. Te sentaste en el asiento de copiloto.

Hablar con Neymar había sido lo mejor que te había pasado en todo el día. Él era tu ídolo y conocerlo por fin fue algo increíble. Hubieras preferido que fuera en otras circunstancias, pero estabas agradecida igualmente de haberlo conocido por fin. Estabas tan agotada que te habías quedado dormida de camino al hotel.


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Te moviste por la cama o eso intentaste, ya que sentías un peso en tu cintura y al abrir los ojos viste que estabas en tu cama y el brazo de tu prometido envolvía tu cintura. Te giraste intentando no despertar a Dominik y lo viste dormido. Se veía tan tranquilo. Acariciaste su mejilla suavemente, intentando no despertarlo, pero él se despertó instantáneamente al sentir tus caricias en su mejilla.

—Por fin te despiertas, dormilona—besó tu frente.

—Hiciste un excelente partido, demasiado excelente—él soltó una leve risa por lo que dijiste y llenó tu cara de besos al verte triste. Sabía que tú sentías el fútbol como nadie y que esta derrota te había dejado mal.

—No estés triste, amor, el próximo año será el vuestro—asentiste y escondiste tu cabeza en su pecho, aferrándote a él, que acarició tu espalda.

—¿Tienes hambre? Podríamos ir a la cocina y preparar lo que quieras—negaste.

—¿Jugamos al FIFA? ¿Vamos a la piscina del hotel? Podemos ir al jardín y puedes hacerme los goles que quieras—volviste a negar.

—¿Vamos de fiesta? Tengo un día de descanso hasta empezar los entrenamientos—negaste—Bien, estás muy mal, cariño. Nunca rechazas ir de fiesta. ¿Quieres que comamos helado y veamos alguna película?—te miró y asentiste. Él sonrió orgulloso de haber conseguido sacarte de la cama y fue a la cocina a por tu helado favorito. Os sentasteis en el sofá y te dejó elegir una película.

—Que no sea Pelé, Jessica Santos—te advirtió con el dedo viéndote y rápidamente buscaste otra película—Puedo llamarte ya Jessica Livarković, ¿no?—negaste mientras ponías Clueless. Lo viste suspirar al ver la película que elegiste y te reíste. Lo habías obligado a ver esa película cientos de veces y nunca te cansabas, mientras que él estaba harto de ella—Aun no puedes, amor, déjame disfrutar de mi apellido de soltera el poco tiempo que me queda—empezaste a comer el helado.

—Tú disfruta una vez que te cases conmigo, no te soltaré. ¿Dónde encontraré otra brasileña que esté loca, sea una obsesionada con el fútbol y vea películas muy aburridas?—golpeaste su hombro quejándote—No estoy loca y mis películas no son aburridas, las tuyas sí que lo son—él se rió mientras dejaba un beso en tus labios.

El resto del día lo pasaste junto a Dominik viendo, según él, "películas aburridas" y comiendo helado. Te prohibió entrar a Tik Tok porque sabía que si veías un Tik Tok sobre Brasil te pondrías a llorar y ahora mismo lo único que quería era alegrarte.

Luego de ver varias películas, consiguió que fueran a la piscina donde estuvieron metidos en el agua hasta la noche. Los siguientes tres días estuvieron llenos de entrenamientos de Dominik para intentar ganar contra Argentina. Cuando Croacia perdió, fue ahora tu turno para alegrar a tu prometido.

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¿Qué os parece? ¿Os gustó más este o el anterior? 

¿Los estoy escribiendo bien?

Podéis darme una crítica constructiva o destructiva si queréis, así podré mejorar mi escritura.

One shots // FutbolistasWhere stories live. Discover now