I F O U N D Y O U. . . [ Huggy - Lectora ]

CAPÍTULO 30

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- ¡POR FAVOR! - en un intento de querer alejarse tropezó y cayó al pavimento - ¡DETENTE! ¡PROMETO QUE SI ME DEJAS IR JAMAS LO VOLVERE A HACER!

Con unos ojos fríos se acercó al viejo y tomo su cara con ambas manos.

- Te dejaría ir... Pero la justicia da hambre

- ¡No! ¡POR FAVOR! ¡tengo hijos! ¡Déjame ir! ¡PROMETO QUE-

En una abrir y cerrar de ojos. Clavo la mandíbula en su cuello y arranco un pedazo grande de este. El viejo trato de alejarse pero era imposible, los dientes volvían al orificio de sangre y encajaban de nuevo como cierras.

Minutos después de tanta agonía. Tomo la ropa del viejo y se limpio la gran mancha en su cara. Arrojó el cuerpo al piso y tiempo después abandono el lugar. Volvió a su casa por la madrugada y cuando entro, en su espejo admiro en lo que se había convertido. Tomo el espejo con ambas manos y con la fuerza de sus dedos rompió el espejo en pequeños cristales.

Los dejo caer a todos al suelo y con su mirada buscó el pedazo más grande. Ya en la mira, lo tomo suavemente, lo acercó a su garganta, y después de un largo suspiro, rebanó su cuello en dos y cayó soltando el vidrio ensangrentado.

A la par de segundos.... Desperté.
Abrí los ojos lentamente dejando pasar la luz de la habitación y me talle el párpado. Tome asiento en la cama abrazando la almohada y apoye la cabeza en esta. Ahora tenía sueños sin sentido. ¿Que más me faltaba para visitar un psiquiatra?

Despeine mi cabello buscando desestresarme y tome el control de la tv para ver algo. Pase los canales uno por uno pero solo prestaba atención a mi mente. Mi cabeza no dejaba de recordarme lo que había pasado con Alía entre otras cosas. Prácticamente los minutos los vivía pensando.

De un momento a otro, pare en el canal de noticias y transmitían una alerta de emergencia de último momento. Escuché con atención apoyando mi mentón en mi mano derecha y suspiré. Ahora las cosas no podían estár peor....

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- Hola __. - extendió su mano para un choque de manos y yo débilmente choque mi puño con el suyo. Con una sonrisa preocupada se sentó a mi lado. - ¿Cómo has estado? Te ves decaída - Sam dejo la bolsa que llevaba - ¿has estado comiendo bien? ¿Has dormido bien?

- ¿tengo cara de estar bien?.... - me estire -

- Es por el insomnio ¿verdad? ¿Las pesadillas han estado empeorando todavía?

- Que te puedo decir. - suspiré - ¿Dónde están los otros dos?

- Stefaní entro a trabajar conmigo hace unos días. Vino conmigo pero fue a ver a Esteban, le están haciendo chequeo para ver si ya lo dan de alta hoy.