20) ϟ Eliminando paradojas ϟ

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SEGUNDA PARTE

DE CAMINO A CASA.

Déjenme su corazoncito si me están leyendo, bebés ❤

ORIS FARETT:

—Quítate la ropa.

—Primero que nada, buenos días.

—Estás empapada por la lluvia y me estás ensuciando el piso.

—Ah.

—Aunque si quieres sacártela para mí, mejor.

—¿Estás insinuando que te gustaría verme desnuda?

—Sabes que sí —dijo acercándose a mí—. Muero por sacarte yo mismo cada prenda.

Nils se aproximó hacia mi cuerpo frío y tomó de mi cintura para subirme al mueble. Su cuerpo ingresó en el hueco que dejé al abrir mis piernas y empezó a besar delicadamente mi cuello. Su respiración era espesa, y constantemente remojaba sus labios como si estuviera demasiado excitado por hacer esto.

Unos gruñidos salieron de él cuando sus labios dibujaron la palabra sensualidad sobre mi boca. Tenía sus ojos cerrados y el cabello groseramente desparramado. Su labio superior era algo más grueso, lo perfecto para que el roce entre nuestra piel me sucumbiera ante el calor de su cuerpo.

El sonido de un macetero quebrándose me hizo mirar hacia atrás. Las flores y el agua cayeron sobre las baldosas. Una lagartija corrió por el suelo, arrancando de una serpiente egipcia.

—Estar haciéndolo en la nave no es muy normal.

—¿Qué? ¿Cómo que en una nave?

—Vamos a aterrizar ahora. Sujétate.

—¡No! ¡Santa cachucha!

Cerré los ojos con fuerza. La nave había explotado. Sentí esa sensación de estar cayendo al vacío junto con todos los cristales y a explosión de la máquina cerniéndose por los aires. Solo quería que parara, mas estaba cayendo hacia un destino incierto y desesperante. Tomé el control de mi sueño para que no asustara tanto, pero choqué con un cóndor.

Desperté.

Me incliné hacia adelante de la cama y me fregué los ojos sin saber qué demonios estaba pasando. Me tomé una pausa para asimilar que hace rato atrás estaba dibujando y que, instantes después, comencé a pestañear. Mis sueños siempre solían ser bizarros, pero jamás había tenido ese... ese tipo de sueño húmedo con alguien.

Qué ricolino.

A ver, soñemos de nuevo.

Pero en fin. En efecto y cómo se lo imaginan: los días pasaron.

No estoy segura de cuántos días exactamente estuve en cama llorando. Todo se me había mezclado y acumulado en mi cuerpo con bastante ansiedad. Mi cabeza se estaba mentalizando en que nada de lo que pasaba era real y que estaba sintiendo cosas por la persona incorrecta. Pero él no era una persona incorrecta como tal, al contrario, me hacía bien...

Volveré Hacia el Ayer LIBRO 1 Y 2 COMPLETOS💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora