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Nick dio un bote inmediato y lo miró asustada, pero su cara de no saber dónde estaba cambió a una llena de ira en cuanto comprendió toda la situación.

—¡Niall no hagas eso! —chilló enojada, justo al momento en que Niall volvió a tomar una foto con su teléfono—. ¿Qué estás haciendo?

—Nada. —Escondió sus manos detrás de la espalda, tal como había hecho antes, rogándole al cielo que ella no pudiese quitárselo de ninguna manera.

—¿Acabas de tomarme una fotografía? —exclamó Nick y se arrodilló sobre la cama—. Dame eso. —Sacó la mitad de su cuerpo por la ventana, en un intento fallido por alcanzar a Niall, quien casi pierde el equilibrio al dar un salto hacia atrás, tropezando con la patineta bajo sus pies.

Se apresuró a guardar el teléfono en uno de los bolsillos traseros de su pantalón y levantó ambas manos, cual inocente en escena criminal.

—No tengo nada, ¿lo ves?

Sabía que probablemente se veía muy tranquilo, pero se sentía nervioso al pensar en las posibles reacciones que ella tendría si viera la primera fotografía que había hecho.

Con una mirada de odio, Nick volvió a acomodarse sobre su cama y arregló un poco su cabello. Niall, aliviado, tomó aire y lo botó lentamente.

—Como sea, ¿qué haces aquí?

Niall forzó sus facciones para poner cara de haber oído la pregunta mas ridícula y ofensiva del mundo.

—¿Que qué hago aquí? ¿No es esta la ventana de mi mejor amiga?

Nick rodó los ojos con expresión divertida. Se puso de pie sobre la cama para sentarse en el marzo de la ventana y dejar sus piernas colgando hacia afuera. Niall se hizo a un lado para darle espacio y se rió por lo bajo al ver a su amiga fruncir levemente el ceño para evitar la luz del ocaso directamente sobre su rostro.

—¿No iban a salir todos con el chico nuevo? —preguntó. Entonces sí habló con los muchachos, pensó Niall.

—Nah —respondió—. Los chicos irán con él y le mostrarán el barrio. Yo no quería ir.

—¿No es de por aquí?

—No. No recuerdo exactamente de dónde proviene. —Había oído durante el día que hacía ya un tiempo desde que su familia había llegado de Italia, pero no recordaba en qué ciudad habían vivido antes de llegar a Londres. Honestamente, no era algo que pudiese interesarle menos—. Como sea, ¿vamos a patinar?

—No lo sé —suspiró Nick—. Estoy cansada.

—¿Cansada? ¡Llevamos literalmente un día de escuela! ¡Y acabas de echarte una siesta! —exclamó Niall con exageración—. Y no olvides que el campeonato es en tres meses.

—No lo olvidó, mamá. Voy a entrenar mucho, si eso es lo que te preocupa. Sólo... No hoy.

—Como quieras —replicó Niall y se encogió de hombros. Por momentos le preocupaba un poco el hecho de que Nick estuviese tan tranquila. No es que eso fuera tan raro en ella, pero no podía evitar creer que quizá, sólo quizá, su estado de ánimo aquel día tuviese algo que ver con los rumores que el idiota de su ex novio había esparcido por la escuela. Se suponía que después de su discusión de la mañana las cosas estaban bien, sin embargo, Niall no sabía si Nick estaba lidiando con algo más en su pequeña mente retorcida. Tampoco estaba seguro de preguntarle más sobre todo eso; ella no era muy buena para hablar sobre sus sentimientos, ni él para decir las cosas correctas al momento de animar a alguien. En lugar de traer de vuelta el tema y generar un ambiente extraño, decidió animarla de un modo más sencillo y sin conversaciones serias de por medio—: ¡Oye! —exclamó—. Este viernes habrá una fiesta en casa de Ebner.

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⏰ Última actualización: Dec 26, 2015 ⏰

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The Right One (actualización lenta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora