6: Querida Yui

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Las otras chicas sueñan con estar con el príncipe del instituto, el misterioso y serio Rolan, que sorprende a todas con sus ojos grises oscuros y su cabello castaño claro; se pasea por los pasillos con una campera universitaria roja y un pantalón negro.  Más allá, suspirando, se encontraba Yui, mi vecina; con sus libros en sus manos y escondida detrás de la pared, sus ojos brillan con intensidad.

  Sonreí al verla, se encontraba tan bonita que apenas la reconocía; se había alisado su hermoso cabello rojizo y maquillado, pero aun así, ella dudaba de salir de su escondite. Él paso cerca de ella pero no la notó, seguía concentrado en elegir canciones para su reproductor de música.

—     Yui… Buenos días. —dije mientras apoyaba mi mano en su hombro y ella, saltaba del susto.

—     ¡Oh! Buenos días Ada —exclamó con una sonrisa.

—     ¿Observando a Rolan?

Automáticamente ella empezó a tocar su cabello, nerviosa.

—     Eh… no, no. Yo solo, solo… —dijo sin saber mentir—No te puedo mentir.

Sonreí.

—     ¿Por qué no te le acercas?

—     Pues, soy japonesa, a nadie le gustan las asiáticas.

—     Pero si eres hermosa Yui. —dije enfadada.

—     Eso dice mi madre Ada, ¿Entiendes? ¡Mi madre! —dijo exaltada.

Desde que entre a este nuevo instituto, supe que a Yui la molestaban por sus ojos pequeños y su cuerpo delicado —y plano—; sin embargo, eso era lo que la hacía más tierna y linda y si Rolan no entendía eso, yo se lo haría entender.

Lo seguimos a todas partes del instituto como si fuéramos acosadoras, aunque Yui se reusará a seguirlo, finalmente acepto mi deliciosa propuesta. Aquel chico se paseó por todo el instituto, estábamos cansadas y no sabíamos cómo podía caminar tanto y tan rápido; llegó a la sala del teatro y se sentó en una butaca, sacó una libreta y una lapicera.

—     ¿Qué está haciendo? —le pregunté confundida a Yui.

—     Seguramente se olvidó algún trabajo para la clase de lenguaje. 

—     No lo sé, no lo creo.

Desde la otra puerta apareció Liam, con su rostro serio y una camisa negra; lo observé bien, bajo su brazo tenía una carpeta  llena de papeles. Se sentó al lado de Rolan y miró fijamente por un momento el escenario donde bailaron y cantaron los demás alumnos y… donde estábamos nosotras, detrás de las largas y rojas cortinas.

—     Realmente… ¿Esto está bien? —preguntó el joven de ojos grises.

—     Calla y escribe. —ordenó el artista.

Rolan cerró sus ojos por un momento y empezó a escribir en  su libreta, su mano se movía rápidamente y Liam lo observaba fijamente.

El escenario comenzó a cambiar mágicamente: unos altos edificios góticos salieron de la pequeña sala de teatro, el suelo se volvió de tierra y personas con capas negras y empezaron a caminar por el nuevo escenario.

¿Qué es lo que estaba pasando? ¿Nos habíamos transportado a otro lugar, a otra época? ¿A un mundo de fantasía?.

—     Préstame la libreta, quiero leer lo que has escrito. —dijo Liam y Rolan obedeció.

—     Está bien.

—     “La chica de cabello rojizo y ojos pequeños caminó por la ciudad de Apueblum, donde la magia era la básica herramienta para los ciudadanos;  observaba unos altos y góticos edificios que se encontraban frente a la gran calle de tierra que todos odiaban, caminaban muchas personas de capas negras y para ella, no era tan difícil saber lo que eran”

Yui suspiró.

—     Ada, ellos son brujos. ¡Son brujos!. ¡Nos transportamos a un hermoso lugar de fantasia!.

La observé por un momento mientras trataba de escuchar la historia de Rolan, ¿Él tenía el mismo poder que Liam? Solo que podía hacerlo mientras escribía, y él, mientras pintaba. ¿Quiénes eran ellos realmente?

—     “La joven, por su gran admiración hacía los brujos, salió corriendo hasta uno de ellos; sin embargo, no sabía que estos, odiaban a los humanos hasta tal punto de asesinarlos —siguió leyendo Liam y pude ver, como Yui se despegaba de mí y corría hasta un hombre de capa negra—. El hombre se dio vuelta, enfadado, y observó a la chica que lo miraba con felizmente; sin embargo, él la tomó del cuello y apretó sus largas uñas en el, causándole dolor. ”

—     ¡ADA! —gritó Yui con voz ahogada, corrí hasta ella y traté de detenerlo, pero no pude.

—     “Una humana que se ocultaba detrás de unas paredes, salió al rescate, pero también terminó en las garras del sucio y cruel brujo”. 

Liam finalizó su lectura y nos observó, arrojó la libreta en la cabeza de Rolan.

—     ¿Por qué termina aquí? —preguntó con voz ronca.

—     No tuve tiempo de terminarla, yo iba a hacer que alguien las rescate.

—     Cómo tú por ejemplo.

—     ¿Qué?

—     ¿¡No te he dicho de que mientras escribes no pienses en Yui!? ¿Querías ser tú el que las rescatarás cierto? Por eso pusiste un villano.—gritó enfadado mientras nos señalaba— pero…¡Ellas son verdaderas Rolan! ¡Estaban en el momento en el que leí esto! ¡Escribe un final rápido, o morirán aquí!

La piel de Rolan se puso pálida, la mía y la de Yui también, nos estábamos quedando sin aire lentamente… poco a poco.

El joven de ojos grises tomó su libreta y empezó a escribir rápidamente y leía mientras escribía.

—     “ Un joven mago de ojos verdes y cabello negro, que observaba preocupado la situación, corrió hasta ellas; sacó su barita e hizo un par de hechizos para derrotar al brujo, y así lo hizo” —gritó desaforadamente mientras Liam hacía lo que decía la lectura— “finalmente, las dos muchachas se encontraron a salvo”.

Abracé a Yui fuertemente  y ella me abrazó a mi mientras lloraba, observé como Liam caía en el suelo, cansado y con su mano lastimada; sin embargo, en su rostro, sostenía una sonrisa.

—     Yui… Ada…

Rolan corrió hasta nosotras y se puso a nuestra altura, nos miró preocupado.

—     ¿Están bien? ¿Se lastimaron mucho? ¿Qué puedo hacer por ustedes? ¡Lo siento mucho! ¡Todavía no sé cómo manejar esto bien!.

Liam le dio un golpe en el estómago a Rolan.

—     Rolan, fíjate el cuello de Yui y yo veré el de Ada.

Me tomó suavemente del rostro y rozó su dedo sobre mis heridas, aquel brujo me había insertado sus afiladas uñas en mi cuello. Me observó preocupado y de su ropa sacó un pincel dorado, cerró sus ojos y lo pasó por mi piel como si fuera una pluma, mágicamente curó mis heridas.

—     ¿Qué es… todo esto?

Rolan escribió en su libreta y así, curó las heridas de Yui. Liam se levantó del suelo, hizo un chasquido con sus dedos,  y repentinamente todo desapareció y nuevamente estábamos en el salón de teatro. 

La musa del artista.Where stories live. Discover now