𝗟𝗔 𝗟𝗟𝗘𝗚𝗔𝗗𝗔 𝗗𝗘 𝗠𝗜𝗞𝗔𝗘𝗟.

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Una cosa es segura: Algo malo está pasando. Mi mente está divida en dos situaciones: Es mi hermano él que me habla o alguien sabe sobre él, pero la segunda opción no es muy viable, porque nadie sabe de lo que hablábamos mi hermano y yo antes de convertirme en vampiro.

—Iré a dormir —digo al aire—. Cualquiera que esté haciendo esto, solo quiero que sepa que lo mataré en cuanto lo vea.

El lápiz se mueve de nuevo, agarro el cuaderno antes que terminen de escribir y lo leo.

"Buenas noches, hermanita. Mañana hablaremos de"

El lápiz ahora está en el escritorio, lo agarro y meto tanto el lápiz como el cuaderno a la mochila. Debo dormir o me volveré loca, más de lo que estoy, suponiendo que lo que acaba de pasar es producto de mi mente.

Al despertar tomo de la sangre que guarde en el refrigerador, creo que debo cambiarla de lugar por si alguna vez hay visitas.

Cassie me ha dicho que tiene que ir a entregar algo a su universidad, pero que debo ir a la plaza central, ya que hizo un voluntariado por el "Día de Iluminación" y tendré que cubrirla.

Llegando a la plaza central, me acerqué al alcalde para decirle lo que sucedió con Cassie. Por ahora, estoy colgando algunas de las luces, hoy no ha pasado nada extraño como ayer, no sé qué sucede y debo saber que está ocurriendo.

Matt Donovan se encuentra a un lado de la escalera que estoy ocupando para colgar luces, él me saluda y yo le devuelvo el saludo.

—¿Todo bien? —pregunto por qué en su cara noto tristeza.

—Sí, todo bien —finge una sonrisa—. ¿Estás en el voluntariado?

—No. Bueno, algo así —corrijo puesto que no parece eso—. Cassie tenía cosas que hacer, así que tuve que venir por ella.

Me bajo de las escaleras, para ir a colgar más.

Debo encontrar una forma para saber qué es lo que sucedió ayer.

Al llegar al suelo, después de colgar otra de las luces, veo a alguien cerca de mí. Tiene una vestimenta que parece de los 20's, abro los ojos más de lo normal al ver bien a la persona.

—¿Demian? —pregunto al verlo al frente de mí—. ¿Qué estás haciendo aquí? Deberías estar muerto...

—Yo tampoco sé que sucede —contesta—. Pero sigo muerto, creo que alguien quito el velo que había entre los dos lados.

—Eso sería una estupidez —digo con una risa nerviosa mientras lo observo, intentando procesar que lo estoy viendo.

—Por el momento, no es importante —dice acercándose a mí—. Prometiste algo y no lo estás cumpliendo.

—Bueno, eres un anciano de setenta años, mucho no puedes hacer —digo intentando no prestarle atención—. Puedo decirte que no es agradable con los vampiros. Ya sabes, familia fundadora, supongo que matan vampiros —finalizo sarcásticamente.

—Puede ser, pero no le hagas dañó. Estoy de acuerdo en que le dijeras que no hable de que eres y que te deje entrar a su casa, ¿pero hacer que te dé sangre? —dice, decepcionado.

—Lo siento —digo sin mirarlo, es mi hermano y detestaría decepcionarlo—. Mi promesa sigue en pie, lo juro —De reojo veo como una mujer mira con rareza a mi hermano—. Ahora vamos a casa para cambiarte de ropa a una más de esta época.

—Iremos al Día de la Iluminación, ¿No es así? —pregunta viendo a su alrededor.

Demian y yo platicamos de algunas cosas, sabía la mayor parte de todo, creo que él tiene asuntos pendientes, uno de esos es el cuidarme y me siento tan culpable de ser quién lo retiene, porque está completamente solo.

𝐌𝐄𝐍𝐓𝐈𝐑𝐀𝐒 𝐏𝐈𝐀𝐃𝐎𝐒𝐀𝐒 │𝗦𝘁𝗲𝗳𝗮𝗻 𝗦𝗮𝗹𝘃𝗮𝘁𝗼𝗿𝗲Where stories live. Discover now