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"Es suficiente."

Ordena Reynard hacia Rey quien me suelta en el acto.

"Rey, necesito que vayas y supervises las construcciones nuevas."

"Quiero que todo sea perfecto para nuestra reinauguración triunfal."

Mi Rey hace una reverencia hacia Reynard de forma respetuosa antes de mirarme como si me fulminara con la mirada.

Regresa aquí cabrón de mierda...

Tú y yo tenemos muchos asuntos que tratar!

Como el porque mierda tienes que estar besando a toda maldita réplica mía como si fuera yo!

"Princesa."

"Después podrás asesinar a Rey con tus propias manos."

Reynard me susurra en el oído, haciendo que aparte la mirada de Mi Rey cuando sube la escalera para salir de aquí.

"Vamos, quiero que conozcas el que será tu hogar por unas semanas mientras preparo la transferencia de cuerpo."

Escuche todo lo que dijo.

Y esta vez si entendí a la perfección, lo que es bueno para mi.

Antes de comenzar esta rebelión infantil, afirmé, muy segura de mi misma que solo yo quedaría de pie, sobre los demás.

Y ahora que se todos los planes de estos parasitos perturbados de mierda...

Tengo que pensar como hacer para salir de aquí,
despertar a mis amigos y devolverles sus antiguos yo,
destruir este lugar y asesinar a todos los ancianos dementes.

Sencillo...no?

Cuando llegamos a una puerta de madera, Reynard la abre para que  entremos por ella.

"Eres la única privilegiada que ha entrado en este, mi santuario."

La habitación esta obsesa y locamente llena de libros por todas partes.

Incluso una gran mesa de madera está llena de libros gordos y viejos.

El "santuario" de Reynard no es más que una habitación grande con una cama en una esquina,
una pequeña cocina en otro lado.

Un pequeño cuarto al fondo y al lado un gran laboratorio privado, muy parecido al de la casa Real.

"Permíteme, princesita."

Reynard se acerca a mi y de un tirón, quita el collar que me cubría el cuello.

"Quiero que sepas que te he extrañado tanto, mi adorada niña Regina."

Este viejo ya está de nuevo imaginando que soy su hijita que queria violar el muy infame.

Cierro los ojos por un segundo disfrutando de las manos cálidas que masajean mi cuello y hombros porque ese collar en verdad que era muy pesado y doloroso.

"No sabes cuanto he pensado en ti, mi niña Regina."

"Y no sabes cuanto lamento haberte encadenado en el sótano de nuestra casa."

Él...

Este miserable encadenó a su propia hijita al sótano?

Es por eso que Rey me encadenó en el sótano?

De pronto la revelación cae sobre mi como una tonelada de hierro.

Las princesas!

Las putas princesas que odié en la ropa de cama!

Dulce JuguetitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora