Todo Comenzó en Silencio

Capitulo 26

{una semana despues}

Me encuentro haciendo mi rutina de mañana pero esta vez en casa de los Lombardi, pensar que en menos de un año me mude dos veces es extraño.

Pero creo que la mejor decisión que pude haber tomado fue alejarme de la casa de los Stein.

Extraño mucho los desayunos de Mila, las caras de seriedad de Mayne, los "buenos dias" "buenas noches" y saludos de Valter, Las desapariciones constantes de Peerce, a mi mejor amiga y sus mambos...

Pero mentiria si no aceptara que a quien mas me dolio dejar fue a Frey. Quizas ahora este mejor sin mi, debe estar mejor sin mi... ¿No?

Intento sacar todos esos pensamientos de mi cabeza porque me entristecen la mañana. Al menos hoy voy a ver a Kaia en el colegio, y eso es un punto a favor.

— ¿Ya estas? — la voz de Rhett se acerca cuando golpea la puerta del baño reiteradas veces.

— Si, ahora salgo...

— Bien, te espero en el auto. — dice — No llegamos a desayunar pero mamá nos dio unas galletas para hacer un desayuno express en el camino.

— Perfecto.

Escucho sus pasos alejarse y salgo del baño para tomar mi mochila llena de útiles.

¿Será muy incómodo encontrarme con Frey?

Porfavor que no lo sea...

El colegio se encuentra como siempre abarrotado de gente que ingresa al edificio, doy una mirada rapida intenando encontrar a un morocho, alto y flaco. Pero no lo encuentro.

Siento que alguien da unos golpes a mi costado y al mirar mi ventanilla Rhett esta con una mirada confusa.

Suspiro y llevo mi mano hacia la manija de la puerta, veo como mi hermano se aleja y salgo del vehiculo cerrandolo lentamente.

— ¿Estas bien? ¿A quien buscabas?

— A nadie, vamos. Llegaremos tarde — digo sin ánimos avanzando mientras acomodo mi mochila sobre mi hombro.

Camino por el pasillo hasta mi salon, ya me despedi de Rhett quien me deseo suerte y dejo un leve beso en mi frente que me hizo sonreir por primera vez en tantas horas.

Una vez me paro en la puerta mi corazón comienza a acelerarse.

Frey va a estar aqui dentro...

No se si mi cabeza esta preparada para volver a verlo, no ha pasado tanto tiempo en realidad como para que haya podido superar lo qué pasó. Y cada noche aun veo su expresión triste y sus palabras resuenan haciendome doler el pecho como la primera vez.

Me armo de valor y empujo la puerta, mis oidos se llenan de voces, todos mis compañeros charlando entre si a la espera del profesor.

Doy unos pasos para enfrentar la situación, y mis ojos se disparan directamente a mi asiento.

Ahí esta Kaia, lleva una lima de uñas en su mano mientras arregla la otra y al mirar detrás la decepción llena mi cuerpo al notar que su mellizo no está.

Intento que no se me note.

Quizas es mejor que no este, todo va a ser menor incomodo.

Me digo a mi misma en un intento de convencerme sobre algo que claramente es falso.

Al llegar a mi asiento suelto mi mochila a un costado de la silla y Kaia de anoticia de que estoy allí.

— Amiga, si viniste... — bueno si,es que estuve faltando la semana pasada.