Cap. 5

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5. Amor con tiempo limite.


Richard regresó a su cuarto, llevaba una toalla al rededor de su cuello para secar su cabello.

Cuando estaba a punto de ponerse la bata, que estaba sobre la mesa, sintió un fuerte dolor proveniente de su espalda.

"¡...!"

Su expresión se contrajo en una mueca dolorosa.

Hace dos años, cuando Elisa se fue, él la buscó hasta la villa de Sornetti.

Para cuando llegó ella ya se había ido.

La continuó buscando, pero con el pasar de los días el dolor en su espalda empeoraba, debido a ello tenía que regresar.

Mientras buscaba respuestas al dolor en su espalda conoció a Aiden.

Desde ese día Richard comenzó a visitar a Aiden con frecuencia para que purificara la energía negra en él.

Sin embargo era solo una medida momentanea, la energía en Richard no podía ser totalmente purificada.

Richard purificaba su poder periodicamente y recorría el Imperio en búsqueda de Elisa, pero nunca la encontró en el territorio de reino.

Con el pasar de los días la energía negra en él creció.

Solo había una forma de detener ese poder.

Y esa era que se sacrificara antes de que la energía negra se apoderara por completo de él y se volviera loco.

Cuando llegó a esa conclusión, se enteró de algo más.

"Hemos encontrado a la señora."

Al enterarse de esa noticia hizo por fin su elección.

Desaparecería de este mundo por el bien de ella.

'Entonces, ¿no estaría bien ser codicioso una última vez?'

Con ese pensamiento en mente visitó a Elisa.

Pero cuando la volvió a ver después de dos años su corazón anhelo más.

Hasta el punto de que la resolución a la que había llegado se hizo añicos.

En el momento en que la volvió a ver, los persistentes sentimientos de querer vivir que habían desaparecido cuando ella se fue de su lado volvieron a él.

Quiere vivir.

Aunque sabe mejor que nadie que no debería hacerlo.

"..."

Richard frunció el cejo ante la presencia del dolor punzante, y miró a la daga que yacía sobre la mesa.

Era una daga de purificación que Aiden le había dado por si acaso.

Richard recogió la daga al mismo tiempo en que pensaba en Elisa.

Ella era tanto su pesar como el motivo de su elección.

Finalmente había llegado el momento de tomar su decisión.

De pronto, y sin previo aviso, la habitación de su cuarto se abrió.

Se suponía que nadie podía entrar a su habitación sin antes llamar a la puerta.

Richard giró bruscamente en dirección al recién llegado. En cuando le vio sus ojos se agrandaron en sorpresa.

"Elisa..."

Allí estaba Elisa, su hermoso rostro destrozado por las lágrimas.

Las lágrimas se derramaban de los ojos de Elisa pero ella tenía una mirada furiosa.

Historia paralela. Me quiero divorciarWhere stories live. Discover now