Capítulo 31: Noche de helado I

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Seré tía. 

¡Seré tía, Dios, lo seré! Ni siquiera puedo imaginar a mi hermano con un bebé, es decir sí, pero no puedo visualizarlo siendo tierno con alguien más que no sea Defne. Loann siempre fue poco expresivo en casa, pero claro, tiene otra formas de demostrar su amor. A mí, por ejemplo, me leía cuentos en las noches o se quedaba junto a mí hasta que me quedara dormida, algunas veces solo leyendo sus textos de medicina y otras escribiendo en una libreta extraña que algunas veces cargaba. No hablábamos mucho y aun así sabía que le gustaba oírme. Sí, ese es mi hermano, poco o casi nada comunicativo, a veces un poco gruñón, listillo de sobre manera y  también un poquín sin filtro. Defne, por el contrario, es pura y arrebatadora luz y felicidad. Verla en casa después de la escuela me hacía sentir aliviada. Podía hablar y hablar con ella, contarle cosas ridículas de adolescente y a pesar de que me llevaba varios años, me oía como si comprendiese cada uno de mis dilemas. Por eso y mucho más, soy inmensamente feliz por ellos. Ojalá pudiera abrazarlos ahora mismo.

El atardecer llega rápido y cuando menos me percato ya estamos alistándonos para regresar a casa. Theo ha permanecido un poco silencio desde que terminé la llamada con mis padres, no hemos cruzado palabras más que para temas del trabajo y un par de miradas discretas producto también de alguna orden de despacho que le tuve que pasar. En conclusión, está rarísimo y tengo que averiguar el por qué.

 Ya fuera de la boutique y después de que la chinchosa de Korina se va,  decido romper esa barrera frágil, pero alta que se ha acentuado entre los dos toda la tarde.

—¿Sabes qué me ha contado Defne? —empiezo con algo bueno porque quiero llegar sutilmente al motivo de sus silencios. Es probable que ese gesto raro y preocupado se deba a la densidad que existe ahora entre mi familia y él, Theo debe sentirse mal por no poder tener una conversación normal con ellos. Estoy segura de que esa es la razón.

Camina hacia la motocicleta cerca a un poste, voy tras de él mirando su rígida espalda.

—No —responde, seco, pero no molesto al menos no conmigo.

—Va a ser mamá —suelto con una gran sonrisa—. Ella y Loann van a tener un bebé.

Bingo.

Su gesto cambia a uno de felicidad y sorpresa.

—¿Estás bromeando? Eso es genial —sube a la moto y yo hago lo mismo. Continúo hablando para alargar un poco más la conversación antes de que arranque.

—Lo sé, estoy tan feliz por ellos.  Creo que ha sido la mejor noticia que he recibido en mucho tiempo, no puedo ni imaginar cómo están mis padres. Hace mucho tiempo que no teníamos un bebé casa, de hecho —suelto una risita—. Creo que yo fui  la última de la familia.

—Wou —la sonrisa hermosa regresa—. No la imagino aún con un bebé, pero sé que lo hará increíble. Defne es estupenda —se queda pensando—. Al que no lo imagino es a Loann, dime, ¿siempre es tan arrogante como siempre?

Golpeo su brazo.

—No digas eso de mi hermano —lo regaño—. También hará un buen papel.

Él ríe.

—También estoy feliz por él, créeme. Debe ser cool tener una familia y ahora un bebé. No lo sé, siento que es como una aventura, ¿no crees? —mira hacia en frente.

Asiento en silencio con una sonrisa boba. De pronto, me imagino a Theo con un hijo.  Sosteniéndolo abajo de los brazos para levantarlo del césped y darles un par de vueltas antes de llevarlo sobre sus brazos y besarle una mejilla. Cuando me imagino junto a él, tengo que detener mi imaginación. Estoy volando a la velocidad de un cohete.

Cuando te enamores de mí.Where stories live. Discover now