-Entonces...¿Qué haces aquí Riley? -pregunté, en cualquier momento me pondría a llorar.
Él me miró confundido.
- ¿Qué hago aquí? -preguntó- Estoy explicándote todo.
Me negué a mirarlo, nuevamente mire mis manos.
-Vete Riley, creo que ya es hora de parar lo que sea que tenemos.
- ¡¿Qué?! -por el rabillo del ojo, veo como se levanta de un salto- ¡¿Qué estás diciendo Anna?!
-Quiero que te vayas.
Esto dolía demasiado. Y ya no quería seguir sufriendo por el mismo chico. Ya me cansé.
Ya estoy cansada de sufrir tanto. No soy una jodida masoquista.
-Anna...por favor -suplica. ¿Pero que suplica? Sí ya quedó todo claro.
-Ya entendí todo Riley, ahora puedes buscar a Lucy, ve...tienes todo tú derecho.
Siento sus manos en mis mejillas, de igual manera me niego a mirarlo.
- ¿De qué me estás hablando? -susurra.
-Aléjate Riley, me haces daño -mi voz suena rota, como si hubiese gritado todo el día.
Mi garganta dolía de una manera para nada normal. Sentía mi corazón apretado...quería gritar y llorar. Pero Riley no se iba, y necesitaba estar alejada de él.
Algo que debí haber hecho desde un principio. Pero como dicen...a veces necesitamos golpearnos y cometer el error para aprender.
Esta vez...ya había aprendido.
- ¿Piensas que amo a Lucy? -preguntó con...¿Incredulidad?
-No pienso, lo sé -afirmé.
Y Riley hizo algo que nunca me esperé que hiciera en una ocasión como esta.
Riley comenzó a reír.
- ¿De qué te ríes pedazo de idiota? -pregunté enfurecida. Me levanté de un salto y quedé junto a Riley.
Sin dejarle responder, lo empujé lejos de mí.
- ¡Eres un estúpido! -grité fuera de mí.
Riley me agarró del cabello y juntó sus labios con los míos.
Cerré mi boca, sin dejarle entrar. Traté de empujarlo lejos. Golpeando su duro pecho. Sentí su lengua lamiendo mis labios.