La cabeza de TaeHyung estaba llena de pesadez, sabía que algo no iba a salir correctamente.
Si bien, algo que le había enseñado su padre, era que las cosas que parecían fáciles, tenían su cobro al final; y para esta ocasión, estaban pintadas relativamente fáciles, y muy dentro de él, sabía que si Elizabeth tenía a JungKook, no era solo para él fuese a recogerlo después. Sabía que nada era gratis con esa mujer.
Su corazón temblaba al ver a JungKook entrar por su oficina todas las noches para avisarle que ya habían cerrado y que era hora de que fueran a casa.
Había pasado su primera noche sin él, después de que juró que eso nunca iba a pasar, y luego, jamás había sentido su habitación tan pesada. Sabía que lo iba a tener de vuelta, pero él lo necesitaba siempre. Sentía miedo de no saber cómo estaba JungKook, si tenía hambre o frío. Se odiaba por no saberlo.
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-NamJoon, te dí más de un día.
-Elizab-
-Solo te digo que si algo le pasa, no es mi problema.
NamJoon escuchó la llamada finalizar y suspiró. Sabía que la persona que cayera a manos de Elizabeth, no saldría intacta, él más que nadie lo sabía después de haberle ayudado por tanto tiempo a ejecutar su plan en contra de los padres de TaeHyung.
Él conocía toda la historia y por eso temía por su hermano, no sabía cómo estaba él, pero tenía claro qué debía hacer después de todo. Así que sin más preámbulo, fue al lugar en donde hizo tantas atrocidades junto a aquella mujer.
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-¿Elizabeth?
-¿Qué haces aquí?
Jin pasó su vista por toda la habitación, ignorando la mirada asesina que tenía sobre él.
-¿Estás segura de lo que harás?
Elizabeth se sentó sobre su cama y alzó su mirada.
-Sabes que lo he esperado siempre. No me retractaré.
-Él no tiene la culpa. Eso fue una decisión que tomaron tu madre y su padre. No te ha hecho nada.
-¿Por qué estás de su lado?- Pronunció con irritación.
-No estoy de lado de nadie.- Habló con cansancio.- No hay que ser el hombre más inteligente para darse cuenta de que es una tontería.
Jin estaba en desacuerdo. TaeHyung era esa persona en la que confiaba ciegamente por sus habilidades, aunque no sintiera el mayor aprecio por él, en cambio por JungKook, sí. Era una de las personas más importantes que habían pasado en su vida.
-Elizabeth Kim, eres una estúpida impulsiva.- Dijo finalmente para retirarse.
Claramente acompañaría a TaeHyung solo por el hecho de que JungKook estaba en juego, sabía por muchas razones que Elizabeth no iba a ganar esta vez y él cumplió por advertirle. Ella ya se había manchado las manos dos veces logrando ocasionar desesperación y lo que hacía era un juego muy sucio de innecesaria venganza a los ojos de cualquier otra persona.
Llamó a su primo y le dió ciertas indicaciones, que según él, sería lo mejor.
Esperó junto a la carretera que llevaba a las afueras de la ciudad, vió pasar miles autos hasta que se percató de que TaeHyung ya había pasado. Esperó unos minutos y fue detrás de él.
