24. capítulo

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Pasaron el día casi entero en la cama. André parecía no saciarse nunca y a Breena, parecía no importarle. Además, seguía encontrándose muy cansada. Tanto, que apenas había hecho otra cosa que dormir cuando el vampiro la había dejado.

-Saldremos un rato al jardín-le dijo él a la mañana siguiente mirándola preocupado-has pasado poco tiempo al aire libre últimamente.

Estuvieron todo el día fuera de la casa y, esa noche, Breena se sentía mejor. Después de cenar, André la subió a la habitación en brazos. Le hizo el amor muy despacio y luego se durmieron abrazados.

Al día siguiente, volvieron a la casa de los reyes. Mil y una veces, André la había vuelto a preguntar lo mismo. Y mil y una veces, ella se había negado a contestarle. El descubrimiento que había hecho horas antes de la boda, la había hecho decidir seguir el consejo de Alexia. Tarde o temprano tendría que decírselo. Pero quería unos días antes de tener que compartirlo con él. Ni siquiera tenía claro cómo se lo iba a tomar.

-¿Qué diablos te ocurre, Breena?-preguntó el vampiro enfadado cuando paró el coche delante de la casa de Damon y Alexia.

-¿Por qué debería ocurrirme algo?

-¿Quizás porque estás totalmente ausente? ¿Porque no has dicho una sola palabra en todo el viaje?

La chica le miró con esa chispa de desafío en los ojos.

-He aceptado casarme contigo, vampiro. Pero eso no significa que esté contenta por ello. Tienes lo que querías. Tendrás que conformarte con eso. Si querías una esposa feliz y parlanchina, te has equivocado de mujer.

La chica salió del coche y André, rápido como un rayo, salió detrás de ella y la interceptó en el camino a la casa. La miró furioso, pero, antes de que pudiera decirle nada, Alexia se interpuso, abrazando a la chica.

-Breena. Me alegro de que hayas vuelto-aseguró- te he echado de menos.

-Perdóname Alexia-murmuró la chica-voy a subir a mi habitación, no me encuentro muy bien.

-¿Quieres que te acompañe?-preguntó la vampira preocupada.

-No, gracias.

Breena entró en la casa y Alexia miró a André desconfiada.

-¿Qué le has hecho?-preguntó echando chispas por los ojos.

-No le he hecho daño, Alexia. Te lo aseguro. No sé qué le pasa. No entiendo nada desde que no opuso resistencia en la boda. Me había preparado para tener que obligarla y, de repente, se comporta como el hada dócil y sumisa que no es.

-Hablaré con ella. Pero, de verdad, André, deberías ser sincero. Con ella y contigo mismo.

-¿Sigues con eso? Eres una romántica, hermanita.

La reina le sonrió con maldad.

-Y tú un idiota, André. Damon te espera. Ve a verle. Yo hablaré con tu mujercita.

Cuando Alexia entró en la habitación de André, la encontró vacía. Breena estaba en el baño, vomitando en el W.C.

Alexia mojó una toalla y se la pasó por la frente cuando la chica se incorporó.

-¿Cuánto hace que lo sabes?-le preguntó con dulzura.

El hada la miró con ojos cansados.

-Me di cuenta la víspera de la boda.

-André no lo sabe-afirmó la reina.

-No. Aún no.

La vampira la abrazó.

Breena (Saga Saint-Croix 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora