Epílogo I

1.8K 186 34
                                    

NA: ¡Hola! ¡Tanto tiempo! Perdón por la espera, ya me he puesto en serio a terminar esta "saga" de fics. Si me sigues en mi página de Facebook seguramente ya sabías que iba a actualizar este fin de semana, y que el epílogo va a dividirse en dos. Si no, ¿a qué esperas? :P Me encuentras como Cristy1994.

¡Es cortito, pero espero que os guste! El segundo epílogo seguramente lo subiré la semana que viene :)

EPÍLOGO I

Pocos meses después:

Pansy sostenía el platillo de porcelana y sorbía un poco de su té mientras miraba la escena con una sonrisa mal disimulada. No hacía tanto tiempo jamás lo hubiera imaginado: Su marido estaba sentado en el sofá de la sala de estar de Snape, tan cerca de este que sus brazos se rozaban, pero aun así su cuerpo no mostraba signos de tensión. Ambos miraban maravillados al bebé que sostenía el hombre en alto, y al que estaba haciendo morisquetas para hacerle reír. Su hijo reía a carcajadas y movía sus bracitos y piernas en el aire con ímpetu. Aún era tan pequeño que Harry tenía que sostenerle la cabeza con la mano.

Snape se lo acercó para besarle los rechonchos mofletes.

—¿Quién es el bebé más lindo? —le dijo, y de alguna manera su usual voz grave se transformó en un sonido dulce y reconfortante—. Herman es el bebé más lindo, claro que sí, tú lo eres.

Pansy dejó de ocultarse tras la taza y sonrió con ganas. Snape estaba siendo el abuelo más entregado del mundo, el más cariñoso y consentidor, y era bonito pensar que estaba recuperando el tiempo que no había podido pasar con ella disfrutando a su nieto.

—¿Qué dices, papá? ¿Crees que se parece a mí de bebé?

El aludido se quedó pensando un momento.

—Sí... y no. Creo que es una mezcla perfecta de vosotros dos.

Harry sonrió. Después de la noticia de su embarazo, su padre y él habían empezado a dejar a un lado sus diferencias y, ahora, su relación era cordial y amable como nunca había creído que pudiera serlo. Snape había terminado aceptando que Harry era la mejor opción para ella, que era la única persona a la que amaba y que no había nada que él pudiera hacer para cambiar las cosas. Porque Pansy nunca había querido la fortuna o posición social de Draco, ni de ningún otro hombre que él considerase "apto" para ella. Su hija había luchado con uñas y dientes y había roto el ciclo; no habría más matrimonios arreglados para nadie. El de su madre había sido el último de la tradición familiar. Ninguna persona tendría que casarse para beneficio de terceros, de ahora en adelante solo el amor podía triunfar.

Hacía tiempo que Snape le había prometido que nunca más usaría la legeremancia con ella, pero de alguna forma había podido adivinar sus pensamientos en ese momento.

—¿Sabes algo de ella? —dijo en voz baja, tratando de sonar despreocupado, pero sin conseguirlo realmente.

La sonrisa de Pansy fue desvaneciéndose poco a poco.

—Me escribió —confesó—. De alguna manera consiguió enterarse de mi embarazo, y fue sorprendente, porque me felicitó. Después de todo, las aguas sí se calman con el tiempo, supongo. Me desea lo mejor. Pude leer una pequeña disculpa entre líneas, pero nada explícito. —Hizo una pequeña pausa para mirar al hombre, y supo que en sus ojos pudo notarse un atisbo de disculpa—. Ha encontrado un nuevo amor y ahora vive lejos de aquí. No mencionó ningún lugar en específico, pero creí entender que se fue fuera del país. No sé. La carta era muy escueta.

Snape asintió, y si aquella información le dolió, supo ocultarlo muy bien.

—Sí, todo mejora con el tiempo —dijo.

El último tratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora