Capítulo 1

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Londres, 1837

—Me voy a divorciar —declaró Edwin Allen con fingido desinterés. Se recostó en una de las esquinas de la gran biblioteca y observó con los rostros pasmados de sus familiares, intentando mantener a raya su propia ansiedad.

Cuando pasaron los minutos, y nadie parecía capaz de pronunciar palabra, se empezó a preocupar. A pesar de que su familia tenía cierta tolerancia a las conductas escandalosas y a los problemas, Edwin era consciente de que esa decisión sobrepasaba lo aceptable incluso para ellos. Hasta el momento, ningún Allen, por mucho que fuera su tendencia al escándalo o a los problemas, había llegado a ese nivel. La alta sociedad no perdonaba un divorcio.

Fijó su mirada, casi anhelante, en la única persona que esperaba que lo apoyara: Clarice Allen (o Evanson, pero el apellido pocas veces se utilizaba con su nombre fuera de eventos sociales) Su melliza parpadeó para salir del asombro, y su rostro se apresuró a enseñar una expresión de desinterés.

—Has durado cinco años más de lo que esperé —comentó como si el asunto no tuviera importancia.

El tono indiferente le ganó cuatro miradas de reproche, pero Clarice, que pocas veces se amainaba ante algo, las ignoró.

—Precisamente porque han pasado más de cinco años, Edwin, es que esto es una locura. Imposible. Tú más que nadie debes saber que el divorcio no es legal —declaró Julian, conde de Granard, y el jefe de la familia, antes de recostarse con un suspiro cansado sobre el respaldo del sillón.

A pesar de que los años habían tratado bien al conde, pues seguía conservando un porte atlético y unos rasgos apuestos, tantos años de problemas habían teñido su cabello casi por entero de blanco, y unas arrugas entre las cejas evidenciaban lo mucho que todos sus familiares lo habían hecho fruncir el ceño.

A esas alturas, a Edwin no le interesaba amargarle más la vida. Sin embargo, había cosas que no se podían cambiar, y era su tendencia a replicar cuando podía hacerlo.

—No es legal —admitió Edwin, que había pasado cinco años de su vida estudiando leyes en Cambridge—, pero tampoco es imposible. Ha habido excepciones, solo se necesita dinero e influencias. Si tenemos ambas, ¿por qué no hacer que sirvan de algo?

Julian pareció querer lanzársele encima. Fue Zafiro, su cuñada, quién actuó como mediadora de paz y lo sostuvo susurrándole unas palabras en los oídos. La siempre sensata condesa de Granard tenía la capacidad de calmar de a un toro furioso, siempre, por supuesto, que ella misma estuviese de humor. Edwin notó que después de la noticia había contado en Alemán, por lo que debía de estar lo suficientemente tranquila para evitar posibles intentos de asesinato hacia su persona.

—Edwin —intervino su hermano Richard con seriedad. Con regularidad, solía tener un carácter más relajado que Julian, por lo que verlo en esa faceta era extraño—. Sabes muy bien que más que eso, se necesita un motivo válido. La única razón por la que se aprueba un divorcio es...

—Adulterio de parte de la mujer —interrumpió Edwin con tono sombrío—. Utilizaremos ese. Tengo pruebas.

De nuevo, un silencio sepulcral se instaló entre los presentes. Edwin lo comprendía, era ese tipo de declaraciones que las personas no sabían contestar por ser incómodas y delicadas. Ni siquiera Clarice tenía una réplica para ello, aparte del: "no debiste casarte con ella" que venía repitiendo constantemente desde la boda. Para su hermana, una mujer que era capaz de usar esas artimañas para atrapar a un marido no era digna de consideración.

Al principio, Edwin había pensado en algo semejante, e incluso consideró negarse a una boda aunque eso supusiera un duelo con el padre de la joven. Sin embargo, había reflexionado todo lo que lo llevó a esa situación y terminó cediendo, pues podía ser cualquier cosa, pero tenía honor. Clarice nunca había analizado la situación desde un punto objetivo. Ella solo podía ver que le habían arruinado la vida a su mellizo y respondía en consecuencia. Sin embargo, y a pesar de que la melliza no podría describirse como sensata o prudente, supo que no era momento para decir "te lo dije"

Un caballero inconveniente. Retirada 31 De julio.Where stories live. Discover now