Óxido ✦ (alfa x alfa) [ls]

el caos por la noche

La relación de Harry y Louis es complicada.

Es una relación difícil debido a muchos factores. No sólo por este desafío de haber expresado su amor al mundo, recibiendo un ya esperado rechazo por parte de la sociedad. Sino que también habían muchas cosas más personales que volvían su relación un poco complicada.

La convivencia era buena; ambos tenían gustos similares, el mismo amor por ciertas cosas o actividades. Y se amaban. No sabían cuándo se habían dado cuenta de esa verdad, pero se amaban con cada centímetro de su alma.

Eso, y sumándole que tenían mucho en común, volvía el día a día una aventura agradable.

Pero también era cierto que tenían más problemas de los que una pareja convencional tendría, y eso era obvio. Entre un alfa y un omega hay cierto equilibrio, ya que el omega tiende a ser totalmente sumiso y mayormente callado mientras el alfa habla sin parar. El omega es débil, entonces el alfa defiende al omega.

Por eso es difícil todo en general. Ni Harry ni Louis tienen un poco más de sumisión, ni un poco más de omega, ni un poco más de ganas de ser dominado. No, aquí ambos son verdaderos alfas; orgullosos, narcisistas, con complejos de ser posesivos y proteger a su pareja todo el tiempo. Casi todas las peleas eran por eso mismo.

Sus instintos, por más de también reaccionar positivamente ante el otro alfa, no podían reprimir ese estúpido orgullo de alfa y esa necesidad de ser el líder de la relación.

Uno de esos días donde su relación todavía era escándalo nacional, ambos alfas sentían que no podían salir de su casa; y es que así era, porque salir era un total martirio; insultos, miradas de asco, fotografías, gente que se acercaba a hacer preguntas desagradables y mucho más. Era salir y tener la mirada de todos encima. La crítica de todos encima.

Louis y Harry habían determinado quedarse en casa todo el tiempo hasta que la ola de furor por ellos se calmara. Ni siquiera podían salir a hacer compras de comida aunque estén solos, porque ambos temían que le hicieran daño al otro. Eran alfas, y muy fuertes, por lo que eso sería un poco complicado. Pero arriesgarse y quedar a merced de, posiblemente, cinco alfas queriendo reventar la cabeza del otro, no era una opción viable.

Los primeros días fueron normales, hasta que ambos se hartaron de ni siquiera poder salir al balcón a tomar aire. Una tarde de esas aisladas, Harry leía un libro en su sillón preferido mientras Louis utilizaba su computadora. El alfa de ojos verdes soltó de la nada un "Quiero salir de una puta vez" a lo que el de ojos azules estalló en carcajadas por la neutralidad con la que expresó eso. Pero terminaron optando por salir porque, siendo sinceros, no soportaban un día más sin ver otra cosa que no sean sus paredes.

Armaron un plan, y decidieron que salir a la noche era la mejor opción, así que eso hicieron. Ropa oscura, una caminata amena de tres cuadras y la llegada a un bar abierto que se encontraba casi vacío, con un par de personas borrachas demasiado inconscientes como para advertir la llegada de los alfas que eran el punto de repudio de la gente. Era el lugar perfecto para estar, aunque sea, un rato en otro ambiente para renovar el humor.

Ingresaron y se sentaron en una mesa alejada de la entrada al bar, pidiendo al irritado barman unos tragos. El bar estaría silencioso si no fuera por una pequeña música ambiental que iba totalmente en desacorde al lugar, pero hacía que todo se sienta menos tenso.

Louis miró a Harry frente a él, y Harry también lo miró. Inconscientemente, sonrieron.

—La noche está muy bonita —susurró Louis, tirando su desacomodado cabello para atrás.

Harry asintió en acuerdo, tarareando un poco la música que sonaba de forma leve.

—Es cierto. Pensé que iba a llover.