Capítulo 5.

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•Brave

Si me hubiera casado con Ana, ella hubiera preferido pasar todo el día recortados hablando de temas basura basándonos y apapachandonos. Pero, me case con Brillit no con Ana, La señora Clifford decidió pasar su luna de miel en París y ahora véanme aqui, en una cena "Importante" con sus "amigas" mirando como presume todo sobre la boda y la gran sortija.

Seguro que Ana no hubiera hecho todo esto. Pero mierda NO ES ANA.

Mi teléfono bibra y después escucho la música de llama, sin mirar quien contestó y salgo corriendo del restaurante ellas ni siquiera notan mi retirada.

—Diga—le habló al teléfono y por un momento se escuchan llantos, hasta que la gruesa voz de un hombre contesta.

—Hola Brave—¡NO! Por dios, jhon de nuevo no.

—¿Qué quieres jhon?—suelta una risita y un golpe se escucha atravez del teléfono.

—Tengo algo que quieres—me confunde su respuesta y no contesto, parece notarlo y suelta otra risa.

—Te daré pistas. Es bajita, cabello castaño—suelta una carcajada—Y tiene unos pechos y un trasero exquisito.

—Ana—murmuro.

—Ding, Ding. Has atinado mi buen amigo—golpeo la pared con el pie, que mierda hace Ana con jhon. La perra de Sky tenía que cuidar de ella.

—Jhon, con que le toques un pelo te mato. Te lo juro maldito perro—suelta una risotada y se escucha otro golpe seco.

—¡Dile a Brave lo mucho que te duele perra!—otro golpe, escucho el llanto de Ana y mis ojos se ponen llorosos.—¡Vamos puta!—ana grita de nuevo y muerdo mi labio.

—¿Quieres a esta perra, Brave? Ven por ella— muerdo el interior de mi mejilla intentando controlarme.

—No vengas Brave, todo está bien—grita Ana y se escucha otro golpe. Mi nombre saliendo de sus labios hace que mi corazón despierte y palpite como loco.

—¿Quieres a esta puta de nuevo, Brave?—ofrese jhon ahora más tranquilo.

—No, jhon. Ahora estoy casado—escucho el llanto de Ana volverse más pesado, se que el me tiene en altavoz.

—Bueno Brave, amigo que bueno—suena un poco sincero, pero vaya es jhon,— tu papá me confesó que siempre deseo a ana, creo que los sueños eróticos de ese anciano se cumplirán—me cae como una cubetada de agua helada, Ana con mi madre. Eso no tiene que pasar.

—¿Cuanto quieres por ella?—me arrepiento, pero las palabras salen sin poder controlarlas.

—Sabia que aceptarias, cincuenta grandes.

—Esta bien, mañana pasare por ella—cuelgo la llamada y me adentro en el restaurante, beso la mejilla de Brillit y todas sonríen por el dulce gesto.

—Amor, tengo que regresar. Se presentaron grandes problemas en la empresa—hace un puchero y sus amigas paran oreja a la plática—Puedes quedarte aquí, le diré a mi padre que venga a hacerte compañía y te lo recompensare pronto—haciente feliz y me despido de todos no sin antes besar sus labios.

Salgo volando del local hasta el hotel y Ana ocupa todos mis pensamientos, Ana. Ana. Ana. Dios mio. ¿como mierda la encontró jhon?.

El vuelo duro lo normal, cansado, pero con el pensamiento de Ana presente.

8:00 a.m, llegó al banco y retiro el dinero metiéndolo en una maleta. Conduzco pasándome todos los rojos hasta la mansión de jhon.

Bajo corriendo del coche y tocó su puerta, la sirvienta me hace pasar a la sala y me informa que ahora vayan.

Jhon llega en pijama y me mira con una ceja levantada.

—Vaya brave, te esperaba en dos días aproximadamente.

—¿Dónde está?—rueda los ojos y sonríe.

—Preparando su maleta. ¿Y el dinero?—le lanzó la maleta y rebiza los fajos.

—Perfecto, y porfavor. Ya no dejes escapar a esa perra o a la próxima la matare—asiento y escucho sus pasos, recuerdo el día que vine por ella y como me burle en su cara. Ahora ya es toda una mujer.

—Vamos—le digo a ana—Apurate—jhon sonríe y me da un fuerte apretón de manos, nos acompaña hasta el coche y cierra la puerta de Ana. Nos despedimos y salimos de la mansión.

En ningún momento hago contacto son Ana solo me centro en conducir.

—¿A donde vamos?—murmura jugando con sus dedos.

Su piel está mucho más clara y algunos ematomas adornan sus brazos y cuello. Esta mucho más delgada, sus ojos han perdido ese brillo tan suyo y su cabello se ve triste.

—Callate—es lo único que digo y sigo conduciendo con atención en la carretera.

Será un viaje largo.

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Maratón 2-3.

Espero sea de su agrado.

¿Destino?Where stories live. Discover now