ESPOSAS DEL EJÉRCITO

capítulo 6

Después de esa conversación en la que Janet y su hija , habían estado casi toda la noche, sin que nadie se enterará al día siguiente, se fue con ella a la clínica para poder interrumpir el embarazo. Caroline estaba asustada y miraba a su madre de reojo. Fue comprensiva, pero se le notaba en el rostro que se sentía desonrada y avergonzada. No se lo comentó en ningún momento, se limitaba a mirar en frente con el gesto serio y con muy pocas intenciones de hablar.

Janet sentía devastación, sentía que no estaba haciendo nada bien. En qué se equivocó? Iban a misa, le había hablado del sexo y de las consecuencias, le había incluso amenazado en meterla en un colegio de monjas si se la liaba, pero parecía que su hija intentaba llevarla al límite.
Entendía que era un caso como otros cualquiera, le había explicado que sí que utilizaron protección, pero por lo visto, no fue suficiente. Malditos condones !

Elevó la vista al escuchar a la enfermera que decía el nombre de su hija , ambas se levantaron y en silencio , se adentraron a la consulta.
No había sentido tanta humillación en su vida. Su hija! Su hija de quince miserables años! Embarazada!

Escuchaba a la doctora hablándole de lo que iba a ocurrir. La escuchaba atentamente y al mismo tiempo con su mente en otra parte. Solo la miró cuando le comentó que la interrupción del embarazo podría provocarle a su hija náuseas, vómitos y pérdidas leves de sangrado. Pero que si eso seguía al día siguiente, era mejor traerla de vuelta. Sobretodo si las pérdidas de sangre eran más abundantes y cogía fiebre.
De reojo, miró a su hija y asintió a la doctora que parecía ser una mujer que la entendía a la perfección que estuviera en ese estado. Parecía que empatizara con ella, y era un alivio, no estaba siendo para nada fácil. Agrandó los ojos al pensar en su marido, si se enteraba! Y si lo hacía?! Evelyn le comentó que habló con Matthew ! Tendría que hablar con ella y pedirle que le comentara a su marido que no dijera nada, aunque no sabía de qué hija hablaba del barrio, podría acabar por averiguarlo. Ahora mismo no podía permitirse que su esposo perdiera la cordura, estaba en Irak ! Por amor de Dios!.

Vió a su hija entrar en la otra sala y ella se quedó allí sentada esperando pensando en todo lo que estaba por venir. Se masajeó los ojos e intentó calmarse para no perder la compostura.
Pasaron dos largas horas que parecían ser eternas. La doctora volvió a entrar con leve sonrisa y la guió hasta la otra sala en donde su hija estaba tumbada en una camilla y con los ojos rojos. Había llorado?

Le preguntó a la doctora, si, por lo visto había estado llorando, era lógico. Aunque la sedaran, era un proceso doloroso , bueno, así se lo pensaría dos veces antes de cometer tal estupidez. Era una buena lección, o eso esperaba que fuera, porque no podría soportar que viniera en otra ocasión con lo mismo. Esperaba que con esto , fuera más que suficiente.
Tenían que pasar un par de horas más allí, hasta que por fin, le dieron esa clase de alta médica para volver a casa. Era mejor que en esa semana no fuera al instituto, que se quedara en casa y descansara.

Subieron al coche y volvieron en silencio hasta volver al barrio. Se fijó en las sonrisas de las vecinas que estaban charlando tranquilamente cuando pasó por delante. Con la llave que llevaba el botón automático, abrió la puerta del garaje y metió el coche dentro. La puerta se cerraba sola, salió del coche y se metió por la puerta que llevaba directamente al pasillo, ni siquiera pensó en darse la vuelta , ni siquiera pensaba en su hija, solo se fue hasta la cocina y se dispuso a preparar la comida. No iría a trabajar, estaba claro que no podría estar al cien por cien de su capacidad para sus casos. Otra cosa que su hija no entendía. Era abogada! Muchas personas dependían de ella! Porqué narices se lo estaba poniendo tan difícil!?
Escuchó los pasos de ella que se colocaba a su lado y empezaba a ayudarla con la ensalada.

- tienes que descansar - le dijo con tono frío y algo distante

Caroline hizo mueca - estoy bien, te ayudo - contestaba con el tono de voz algo tembloroso y aducible