¡Primer libro de la serie Amores que Sanan! Versión 2021.
Con un padre y hermano alcohólicos, Lia pasa su vida trabajando para saldar sus deudas y se prepara para saldar la siguiente en un reluciente bar de Santa Mónica.
Rodeada de personas con din...
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"Fuentes policiales afirman que Camille Sanders es la sospechosa número uno en el secuestro de la hija de su ex pareja, el futbolista profesional Hudson McMurray.
Han pasado tres días desde que según nuestras fuentes, Camille se introdujo de encubierto en la boda privada de los ahora señores McMurray donde se ocultó hasta que tuvo la oportunidad de dispararle a su ex pareja quien se encuentra todavía delicado de salud y secuestrar a su hija, una niña de apenas dos meses de nacida.
Todos sabemos lo difícil que Lia y Hudson lo han tenido desde que se conocieron pero pedimos a todos nuestros televidentes que si se contacten con la policía si ven a esta mujer..."
Apago el maldito televisor cuando veo la cara de Camille. Ha sido noticia nacional el secuestro de mi hija, creo que cada policía en la ciudad ha estado buscándola y yo aquí, postrado en una cama sin poder hacer nada.
Mi mente me recuerda una y otra vez la secuencia de lo que sucedió esa noche pensando en si hubo algo que pude haber hecho mejor pero siempre llego a la misma conclusión de que lo mejor que pudo pasar fue que me hirieran a mí y no a Hope o a su madre.
Tres días, tres malditos días en los que mi hija ha estado en manos de esa loca desquiciada y nadie ha venido a darme respuestas. Afuera todo es un caos sumado a que tengo un dolor impresionante en la herida.
Me miro el cuerpo, llevo postrado en esta cama por mucho tiempo para mí, la desesperación me corroe el cuerpo porque me siento impotente de no poder hacer nada. Mi madre está a cada nada recordándome que pude haber muerto pero no me interesa ya que lo único que tengo en mente es a mi hija en manos de esa mujer.
Conozco a Camille lo suficiente como para saber que no le hará daño o es de lo que me quiero convencer para no terminar rompiéndole el cuello cuando la tenga de frente.
Suelto un suspiro, han pasado tres días y no tengo noticias de Lia ni de mi hija. Mi esposa quien se supone tendría que estar a mi lado, solo ha estado dos horas en todo este tiempo ya que debe regresar a la casa donde cree que van a llamar para decirnos algo sobre Hope.
La entiendo, desde el principio de su embarazo Camille fue una piedra en el zapato y ahora esto. Comprendo su situación pero mi desesperación va en aumento con cada hora que pasa al no tener noticias de ninguna ya que tomo el teléfono y trato de llamar a casa pero nadie me responde y lo mismo ocurre con su móvil.
—Tranquilízate que Kiran dijo que debes descansar, esa herida no va a sanar si continúas moviéndote—reniega mamá.
—¿Hay noticias?
Ella niega con su cabeza.
—No, nada aún. Solo dijeron que no han salido del Estado ni del país porque todas las fronteras están cerradas por lo que intensificaron la búsqueda en la ciudad.
