𝙍𝙚𝙘𝙪𝙚𝙧𝙙𝙤𝙨 𝙫𝙖𝙘𝙞𝙤𝙨 // 𝐊𝐚𝐫𝐦𝐚𝐥𝐚𝐧𝐝

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La mañana siguiente de pasarse la tarde con Auron, Luzu acompañó a Quackity en su aventura para conocer a los animales místicos de Karmaland, estando consiente que seguramente el menor le pidiera llevarse alguno.

Llevaban horas caminando y todavía no encontraban ninguno, algún que otro animal peligroso, pero Quackity quería ver uno especial.
-Luzuuuuuu.- Por el tono del menor, estaba claro que estaba cansado y frustrado por su expedición. -Llevamos horas, quiero ver algo mágico.-

-Ya lo sé Quacks.- El castaño trataba de encontrar algo entre los arbustos para contentar al chico. Dándose casi por vencido algo en su memoria hizo click. -Ya sé!- Tomó al alado del brazo y lo jaló hasta el Chocobo con el cual salieron volando de ahí.
Un poco confundido, el pelinegro veía a su alrededor tratando de buscar desde las alturas, hasta que mientras volaba, logró ver una casa la cuál no conocía.

-¿De quién es esa casa Luzu?- Podía ver cómo en el techo de la vivienda parecía haber un tanque lleno de agua, cosa que le parecía extraño, ya que eso parecía una estructura similar a otra que conocía. -¿Y porqué tiene un tinaco transparente?- 

-Esa es la casa de Auron.- Al igual que al mencionado, el alado no le agrada escuchar ese nombre, Rubius le comentó al menor sobre como eran los chicos en el pasado, el cómo eran tan unidos y hasta en algún momento dudaron si se encontraban en una relación, no era que el y Luzu fueran algo, pero la relación pasado no les agrada.

-Ah.- Su rostro mostró una expresión de seriedad, casi perdiendo el entusiasmo de estar volando por los aires. -Y...¿Qué hacemos en su casa?-

-No vinimos a su casa, sinó a su alrededor.- Voló un poco, alejándose del hogar para comenzar a descender en una parte donde no había tantos árboles y ambos bajaron para entrar a la parte frondosa del bosque, hasta que llegaron a lo que parecía ser una pared con lianas.

-Una pared.- Creyendo que era una broma por parte del mayor, el pelinegro le miró con rabia pero en el interior sabiendo que comparado con las minas que les ha explotado, se la merecía. -Que considerado.-

-No es una pared.- Tomó con ambas manos las lianas y las apartó hacia los  lados, para dejar ver una bella villa en miniatura, en la cual se encontraban un montón de hadas volando, dejando caer su brillo por todas partes.

Los ojos del alado brillaron con emoción y sus alitas se movieron de alegría, era una escena hermosa y estaba agradecido con Luzu por mostrársela. Aunque el menor no soltara ninguna palabra, Luzu sabía que le encantaba y al menos por su rostro, no planeaba llevarse una con el.
Con un silencio agradable, los chicos apreciaban a las hadas andar por ahí, cargando flores y limpiando sus hogares, una escena hermosa y ambos estaban felices de compartirla.

Ya habían pasado días desde su visita al pueblo de las hadas, de vez en cuando ambos chicos volvían a aquel lugar para estar solos y disfrutar las vistas. Ese día, Quackity estaba en casa de Rubius pero le había avisado a Luzu que cuando se librara llegaría para estar un rato en la aldea de las hadas, entonces el castaño decidió adelantarse.

Al llegar a la aldea, las hadas actuaron de un modo extraño, comenzaron a jalarlo hacía alguna parte, llegando a un árbol frondoso y viejo, dónde estaba el moreno ya esperando.
- Déjame ver si comprendo.- Auron no parecía estar de buen humor por su tono de voz y en realidad, Luzu sabía el motivo.  -Yo te mostré este lugar, nuestro rincón, y ahora tú, estás usándolo para verte con ese pollo.-

-¿Desde cuándo era nuestro?- Luzu entendía las molestias del chico con mechón, pero si el bien recordaba, ese lugar, antes que Auron lo encontrara, se lo había mostrado Rubius.

-Desde que lo decidimos!- Se movió para mostrar que en el tronco del árbol se encontraba grabado en el tronco las iniciales L y A, siendo obviamente de ambos chicos. -Tu escribiste eso!- Los recuerdos volvieron a la mente de Luzu, si, el lo había escrito en alguna de las tardes que pasó ahí con Auron tonteando. -¿¡Desdé cuando todo eso desapareció!?-

-Perdóname Auron!- El castaño estaba furioso consigo mismo, no entendía como se le pudo olvidar algo como eso, pero tampoco quería recordarlo, seguía molesto con Auron. -¡Si! Lo olvidé, pero no lo volveré a hacer.-

-Creí que te importaba Luzu, creí que también querías arreglar las cosas.- El chico con una mirada seria, se alejó del lugar sin decir otra palabra, dejando al castaño con una mezcla de sentimientos, estaba molesto, triste, confundido, se sentía impotente.

-Luzu!- El menor había llegado sin haber visto la escena que había ocurrido minutos atrás, llegó con una sonrisa y sorprendido a descubrir está nueva parte de la villa. -¡Este lugar es hermoso! ¿Porqué no me lo habías mostrado?- Al no obtener respuesta por parte del contrario, el alado se acercó a ver al chico, notando lo pálido que se encontraba y su estado apunto de llorar. -¿Luzu estás bien?-

- Perdón Quacks.- Se levantó y sin más se fue a montar a su chocobo. -Yo me tengo que ir.- Sin dejar pensar a Quackity, el mayor salió volando en su chocobo, abriendo el chat para mandar un mensaje en privado al moreno.

LuzuVlogs>Auronplay :¿Estás en casa? Tengo que hablar contigo.

Siguió volando hasta llegar a casa del mencionado, tratando de bajar, siendo detenido por sus torretas, teniendo que quedarse volando con una considerable distancia.
La respuesta del moreno hizo crecer el chat.

Auronplay>LuzuVlogs: No estoy, y aunque estuviera no te querría ver.

LuzuVlogs>Auronplay: Porfavor Auron, solo dame otra oportunidad, yo te la dí.

Auronplay>LuzuVlogs: Ahora no Luzu, adiós.

Decepcionado, el castaño cerró el chat y decidió ir a otro lugar que no fuera su hogar, decidió que iría con alguien quien siempre le a apoyado, en buenas y malas.

LuzuVlogs>Vegetta777 : Estás libre?

Vegetta777>LuzuVlogs:¿Necesitas algo?

LuzuVlogs> Vegetta777: Necesito un amigo.

Vegetta777>LuzuVlogs : Las torretas están desactivadas, pasa.

Obedeciendo las órdenes del pelinegro, Luzu descendió aterrizando en el enorme patio, dejando su chocobo amarrado en alguno de los postes de la mansión, cuando logró entrar y encontrar a Vegetta, sin decir una palabra se abalanzó en sus brazos y desbordó en llanto, lo necesitaba y el pelinegro sin hacer algún reproche correspondió el abrazo tratando de tranquilizar a su compañero.
-Tranquilo Luzu, dime, ¿Qué pasó?-

-La cagué Veg, la cagué en grande.-