Capítulo 03.

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EROS WHITAKER

—¿Mi helicóptero está listo? Tengo prisa por quitarme la sangre de esa inmunda de encima.

La mujer frente a mí, esta sádica que ha demostrado tener un puesto mucho más alto del que pensamos, me enseña sus manos esposadas esperando a que la libere.

—¿En serio me crees tan idiota?

Ella bufa, hastiada de mí, de todo lo que está sucediendo.

—Sí, creo que son tan idiotas que en verdad creen tener opciones cuando la realidad es que deberían preocuparse por preparar mi salida de este lugar—arremete de nuevo. Sus manos manchadas y el hecho de que la sangre esté brotando de su cabeza debido a los golpes no me hacen la tarea más fácil porque incluso herida está enfocada, enfurecida y aquello es una mala combinación ya que demuestra que no está para nada dispuesta a negociar.—Tienen poco tiempo.

Su recordatorio enfurece a Paxton que termina empujándola.

—¿Si no qué?

Despierta la risa en la mujer.

—No disfruto asesinar niños, de hecho es uno de mis límites pero no me provoques—se altera, demostrando una sonrisa peligrosa—Si no tienen noticias mías allá afuera en una hora, habrán ganado un operativo pero perdido a toda su familia. Ustedes deciden.

Giles es la primera en moverse, evita todo altercado solo pone la mesa en su lugar, la silla y a la mujer en custodia asegurándola de nuevo donde estaba, esta vez apretando mucho más las esposas para evitar que otra persona resulte herida.

—Traeremos a alguien que cure sus heridas mientras preparamos todo—dice en un tono bastante monótono. Se voltea enfrentándonos señalando la puerta, esperando a que uno a uno abandonemos la sala donde se encuentra esa maldita.

Afuera la seguridad es extra, el cuerpo de la psiquiatra ya fue removido pero la sangre continúa en ese lugar como una marca permanente de la tormenta que trajimos al comando. Las voces ya se corrieron, algunos compañeros intentan ofrecerse para ayudar en la causa mientras caminamos a una de las salas vacías pero me niego firmemente a que otros corran peligro innecesario ya que demostré que no necesito un ejército para hacerlos caer.

Apenas la puerta se cierra, Paxton es el primero en lanzar la amenaza que estaba esperando oír.

—Si dejas que esa perra mate a mi hija, yo mismo te mato—me apunta con su dedo—Dijiste que estaban a salvo, que todos nuestros parientes estaban a salvo pero mira a lo que llegamos.

—Nuestros abuelos también corren peligro—le recuerda mi hermano.

—¡Justo por eso!—grita enfurecido—Esta mierda tuvo que haber terminado hace años, cuando no pudiste hallarlo la primera vez tuve que bajarme y...

Alzo ambas manos.

—Creo que todos estamos alterados. En primer lugar este es tu trabajo, si te enlistaste fue a sabiendas de que algo como esto podía ocurrir en cualquier momento. No es mi culpa, sino de los hijos de puta que hacen y deshacen a su disposición, poniéndonos en este lugar tan mierda ¡que puede acabar con el trabajo de años si hacemos lo que quieren!

Perplejos, mis compañeros se miran unos a otros. Ava es la única que baja la mirada, es la que me conoce mejor y la que de seguro entiende a lo que quiero llegar. Veo miles de emociones pasar por el rostro de mis compañeros, incluso mi propio hermano está desconcertado.

—No estarás hablando en serio—niega con su cabeza.

Tomo aire.

—Si dejamos que se vayan, si los dejamos libres más personas morirán—digo de forma pausada, esperando que entiendan mi posición—En nuestro trabajo a veces debemos hacer sacrificios y...

Pecados Mortales.Where stories live. Discover now