Raoul nunca ha creído en el destino,mucho menos en los milagros.
Sin embargo rezaba por qué sudeciera alguno.
Agoney siempre tentaba a la suerte, hasta que la suerte lo trajo a él.
Cuando Raoul comienza la universidad, por fin consigue pasar tiempo con Agoney de nuevo. Han sido mejores amigos desde siempre y harían cualquier cosa por el otro. Por ello, cuando el rubio descubre que su compañero de habitación es ni más ni menos que el crush de su mejor amigo, no duda en ayudar a Agoney a llamar su atención.