Sarada había comprendido que ser una princesa era algo aburrido. ¿Por qué las mujeres debían hacer tareas tan sosas y eran restringidas de otras? Los hombres podían hacer lo que les viniera en gana y jamás serían juzgados. Todas las princesas tenían que dedicarse a ser lindas, delicadas, educadas y buscar un hombre para casarse con el. ¿Que demonios? ¡Absurdo!