Friendship rules | kth,jjk (R...

De SUNIBG

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Un juego donde el primero en confesar su amor pierde y Bae Nahee sabe que ella no será la primera en caer. •... Mais

Friendship rules
00·•Kim Taehyung•·
01·•Encantos•·
02·•El color negro•·
03·•Un poco de todo•·
04·•Entrega especial•·
05·•Rebelaciones•·
06·•Cambios y peligro•·
07·•Nuevo contrato•·
08·•Sonrisas traicioneras•·
09·•Pequeñas mentiras•·
010·•Paraíso•·
011·•Guryong•·
012·•Cayendo de la cúspide•·
013·•Enfrentamiento•·
014·•Secreto descubierto•·
Importante
015·•Dulces sueños•·
016·•Queen•·
017·•Colisión•·
018·•Ignoto trio•·
019·•Un perdón etéreo•·
020·•Decisiones tomadas•·
021·•Relaciones disueltas•·
022·•Trazos•·
Debate
023·•Furor•·
024·•Bitter•·
025·•Jealous•·
026·•Averno•·
027·•Indómito•·
00·•Jeon Jungkook•·
Especial.
Especial ·•01. Amoris•·
028·•Verosimil•·
029·•carpe díem•·
030·•Inefable•·
031·•Apodos•·
032·•Esperpento•·
033·•Platicas•·
Curiosidades
034·•Consuelos•·
035·•Beso•·
Debate 2
036·•Retorno•·
00·•Bae Nahee•·
037·•Vorágine•·
038·•Fin del juego•·
039·•Jeon Mae•·
040·•Gold•·
Epílogo
Agradecimientos
Extra 1
Bonus
Extra 2

041·•Ending•·

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De SUNIBG

Último capítulo

No siempre lo que planeas con tanta necesidad termina como quieres

•••

—Termina con esto de una vez—el cansancio envuelve la petición irritada, y no era para menos, habían pasado el suficiente tiempo para encontrar todo aquello como una burla a lo innecesario—, joder, Namjoon. No tengo todo el maldito tiempo, habla de una maldita vez antes de que me arrepienta el haber venido.

Manteniéndome en silencio, me permito mirar nuevamente a Taehyung, el traje negro que se amolda perfectamente a su cuerpo le daba ese rastro de seriedad que se necesitaban en esos momentos, incluso su ahora castaño cabello que mantenía peinado pulcramente, mostraba con altanería el cambio que había dado con el paso de los meses. Si bien desde aquel día, mi contacto con él era escaso, aun cuando trabajaba para sus padres, no podía evitar sentirme cómoda con su presencia. Era como si, el acuerdo silencioso de una amistad hubiera sido el centro de nuestra conversación aquel día en el bar y sellado después entre el contacto íntimo.

—Supongo que en tu vocabulario no existe la palabra perdón, así que veo ridículo todo esto—bramo a su vez que dejo salir el humo que mantenía en mi boca, tirando el resto del cigarro, lo aplasto con mi bota—, tengo que recoger a Mae de la casa de mis padres.

—No sabía que ya eras madre sustituta, Bae—la burla fue el punto límite a mi amabilidad, que hablará de aquello con insulso no hizo más que tensar al ambiente—, tus decisiones fueron estúpidas.

Dejado que una sonrisa incrédula se expusiera con altivez, paso una mano por mi cabello, en un intento patético de mermar mi creciente enojo. Suspiro con pesadez, sabía que el venir conllevaba regresar a un punto que quería olvidar, pero Jungkook estaba seguro que me ayudaría a cerrar del todo el ciclo que tanto nos atormenta. Si bien después de algunas semanas de terminar mi carrera, mis planes eran totalmente opuestos a los que ahora mantengo con orgullo, el trabajo que me ofreció la mamá de Taehyung me ayudo a tomar la decisión de vivir con los hermanos Jeon.

—La única decisión estúpida, fue el haber venido.—negando con irritación, me separo de la pared en la que estaba cómodamente apoyada, y buscando las palabras adecuadas, vuelvo a hablar:—¿Qué ganaste con todo esto?—farfullo, la desesperación de tener una respuesta podía palparse, estaba harta, quería terminar con todo aquello de una vez, quería volver a casa con Mae y esperar a Jungkook—, te quedaste sin nada Namjoon.

—¿Segura que fui yo quien perdió?—la pregunta cínica me pone alerta, era como si de alguna manera siempre esperará lo peor del moreno. Ridiculizando mis actos, me obligo a relajarme aun cuando las ganas de largarme del sitio se hacían enormes, al igual que la necesidad imperante de tener a Jungkook junto a mí.

—Por más que trato de entender todo lo que haces, no puedo Namjoon. Taehyung era tu amigo y decidiste jugar con su vida como si no valiera nada—mirándolo a los ojos, escupo toda la mierda que seguramente no quería oír, por lo menos, no de mí. Disipando la superioridad que mantenía como corona, se mantiene en silencio, en una orden de vacilación de su seguridad—, que tu familia sea una jodida de vida no quiere decir que hagas la de los demás lo que quieras. Nunca me gustaste y nunca lo harás, incluso mucho antes de que Taehyung hablará conmigo, insistías demasiado que fue abrumador, lo único que lograste en ese tiempo e incluso ahora, es repugnancia.

Dirigiendo con amargura las palabras osadas, el color de sus ojos se obscureció en cuestión de segundos, siendo un indicio del desastre de sus emociones, la comisura de sus labios se movieron con desagrado. Lamiendo sus labios, se mantiene en silencio unos segundos, tal vez rebuscando las palabras correctas para atacarme. Tan pronto como se instalan en la punta de su lengua, habla con rapidez, tal como si temiera ser interrumpido—¿Jungkook sabe todo lo que pasó ese día en el que se despidieron?—clavando su mirada en la mía, Taehyung sonrío jocoso, ambos lo sabíamos, todo aquello era su último intento, un patético pase a destrozar algo que ya estaba soldado.

Riendo un poco alto, Taehyung mete ambas manos en los bolsillos de su costoso pantalón de vestir, cambiando su postura a una más relajada y desinteresada, afianza su sentir en cuanto a la reunión.

—¿Eso es todo?—habla con el aburrimiento aplastando todo a su paso, la suavidad del tono envolvió todo en una burbuja de burles, el rencor y la hostilidad se mantenían en una danza a la fachada, y eso era lo que buscaba el moreno, terminar con ello aun cuando mantenía el asco hacía el que en un momento fue su amigo—, joder, nunca pensé que nos seguirías hasta mi casa. Debí de suponerlo, después de todo, tu obsesión por Bae es enfermiza.

Abriendo la boca para responder con lo que, seguramente, eran excusas absurdas, tomo la palabra, interrumpiendo su argumento inválido:—Aprendí de mis errores, no podía ocultarle que tuve sexo con Taehyung ese día, de cualquier forma, encontrarías la manera de contárselo. Eres una mierda, no te importa lastimar al resto con tal de sentirte bien. ¿Ese es el problema? Necesitas con locura manejar al resto para aceptarte a ti mismo, quieres simplemente olvidar por segundos el saber que no eres nada Kim Namjoon.

—Patético—escupe con sencillez Taehyung, la importancia de las acciones de la persona enfrente nuestro empezaban a reducirse con el paso del tiempo, y era eso, tal vez, lo que debimos haber hecho desde un inicio—, tengo una reunión en media hora, no estoy para jugar a las cartas—, sacando una de sus manos, y con ella, la llave de su reluciente carro, aprieta el botón haciendo que el sonido del auto se escuche por todo el estacionamiento—, deja de buscarme Namjoon, estoy cansado de tus niñerías—la calma de lo que parecía una súplica para los ojos ajenos, pero que realmente era una orden brusca, da por finalizada su participación. Lamiendo su labio inferior, deja que su lengua descanse por leves segundos entre sus dientes—, no me hagas llegar a acciones extremas.

Concluyendo con una advertencia, y sin decir alguna clase de despedida, se encamina hacia su auto. Tan rápido como cerró la puerta, puso en marcha el motor, dejándome sola con el moreno que parecía en cualquier momento estallar del enojo.

—Si eso era todo, tengo que ir por Mae—informo con desinterés, pasándolo de lado, camino con tranquilidad hacia la salida de la escuela, que fuera exactamente ahí el encuentro lo volvía más tormentoso y patético para Namjoon, parecía que no quería soltar el pasado, sino más bien, el gusto por quedarse estancado en los sucesos lo hacían actuar.

—Mierda, esto no puede ser así—la incredulidad explotó con enojo, era como si no terminara de digerir que todo haya terminado de aquella forma tan desinteresada.

—No todo lo que planteas sale como quieres—mirándolo por encima de mi hombro, su estado deplorable no hace más que sentirme plena, el gusto de verlo perdido era una de las escenas que pagaría siempre por ver—, y esa tal Yeori, deberías tomarla en serio, puede que sea tu última oportunidad de hacer las cosas bien.

—No la quiero a ella, lo sabes Bae—el lamento sincero no provocó más que arcadas, saber que tenía tras de mí la clase de persona que no le importaba lastimar a los que amaba, me hace sentir, por todos los ángulos donde lo viera, aterrorizada.

—No me vuelvas a buscar, no importa lo que tengas que decirme—dejándolo con las palabras en su boca, camino con lentitud, la seguridad del término de un teatro pensado fue la gran sensación de libertad.

Kim Namjoon había planeado todo con tanta devoción que debía recibir un premio, sin embargo, en su ecuación no fue anticipado Jeon Jungkook, y la desesperación del desastre lo hizo crear mentiras que cegaron las razones y dieron comienzo a celos innecesarios, que al final del día, no hicieron más que complementar la ruta de lo correcto. Y aun así, con una carga menos, no podía eliminar la sensación de pérdida. Amaba a Jungkook, y la familia que habíamos creado, pero Taehyung siempre será aquella espinita de lo posible.

Eliminando el trozo de camino que faltaba, rodeo la cintura del, ahora, pelinegro, quien gustoso se encontraba afuera de la escuela, con una malteada entre sus manos, las esquinas de sus labios manchadas con la sustancia.

—¿Todo bien?—la preocupación estalló en fragmentos tiernos y dulces—, hey, bebé. ¿Te hizo algo?

—No, solo necesito unos segundos—murmuro contra su pecho, me relajo en el instante en que sus brazos me rodean y la manera suave en que su mano libre me acaricia lo largo de mi espalda, en una acción apremiante y llena de confort. Estar con Jungkook era exactamente eso, seguridad.

—Tendrás que quedarte nuevamente con Mae en el departamento—apenado por la situación, un beso es depositado en mí cabello, y dejando que un suspiro complemente lo dicho, vuelve hablar:—, la señora Choi quiere que haga unas horas extras en la gasolinera.

Quejándome por lo bajo, aprieto con más fuerza de la necesaria su cintura, recibiendo como resultado, un gruñido divertido.

—Odio tus trabajos—replico con enfado, sin embargo, me separo lo suficiente para ver la sonrisa tonta que empezaba a formarse junto con unos bonitos hoyuelos—, voy contigo, a mis padres no les molesta cuidar a Mae.

—No sé, últimamente pasa mucho tiempo en su casa, y no quiero que se vuelva una molestia—un leve sonrojo adornan sus pómulos, avergonzado, mueve su cabeza para librarse de unos cuantos mechones rebeldes que se cruzaron por su rostro—, es mi responsabilidad, bonita.

Riendo ante la tierna imagen, tomo ambas mejillas para así poder obligarlo a bajar unos cuantos centímetros, quedando nuestros rostros casi a la misma altura, me permito dejar pequeños besos por todo su rostro, para después, sin remordimiento, quedarme más de lo necesario, en sus suaves labios, yéndome osadamente a limpiar la malteada que se había quedado en sus comisuras.

—Deja de ser tan lindo—ordeno juguetona, y sin permitir que se moviera, ahora soy yo quien mueve los mechones ondulados—, sabes que mis padres aman a tu hermana, no te preocupes. Además, las propinas son mejores cuando voy.

Rendido ante las caricias, y cediendo al chantaje monetario, pellizca mis costados a pesar de mis reclamos a doloridos, la timidez quedándose en sus facciones como esa pequeña contradicción de su desacuerdo.

Amaba a Jeon Jungkook, y tal vez, puede ser una mala decisión ante la precipitación de sucesos en mi vida, pero justo en los momentos como ahora, todo aquello quedaba como un borrón. Su sonrisa y la manera tan intensa de querer, me hacía confirmar que era la persona más sincera que pude conocer, una que le teme a la pérdida y, sobre todo, a quedarse solo.

···

—El pelirrojo se te vería fantástico—sugirió mientras sus labios rozaban los míos, debía admitir que esa faceta de Jungkook empezaba a ser malditamente caliente. Era como si la seguridad que mantenía encerrada hubiera sido expuesta como un cuadro de arte que todos deberían apreciar, siendo el atrevimiento de su toque la conquista de parte de su inseguridad.

—¿Es alguna clase de fantasía?—pregunto juguetona antes de tomar su labio inferior entre los míos y chupar con suavidad, el sabor dulzón de la paleta que hace unos instantes se encontraba en su boca, explota en la mía y, sin poder evitarlo, suelto un jadeo a la misma vez que liberó su labio—, si es así podríamos intentarlo, cariño—un apretón en mis caderas me hace reír y como respuesta, una sonrisa ladeada se instala en el rostro de Jungkook, podía fingir que aquello le avergonzaba, pero en las últimas semanas, el pelinegro se había vuelto activo sexualmente y con ello, la sensación desesperante de probar cosas nuevas nos ha llevado a la cúspide del éxtasis. Dejando a un lado el hecho de que cualquier auto pudiera venir, tomo la tela del horrible traje de la gasolinera y lo jalo hasta hacerlo quedar entre mis piernas—, no me molestaría cumplirlo, ya sabes, podemos seguir probando cosas nuevas.

—¿Ah, sí?—arquea una ceja juguetón mientras se encarga de llevarme al filo del estante donde me encontraba sentada, desliza ambas manos de mi cintura hasta mis piernas para así poder acariciarlas encima del uniforme. Pasando su lengua entre sus dientes, una sonrisa socarrona se asoma como un terrible acto lascivo. Sus hoyuelos se muestran como una tentación falsa de inocencia mientras su ondulado cabello cae en su frente.

—Maldita sea, Jeon—paso mis brazos por su cuello con velocidad para así romper el espacio creado, tomo sus labios contra los míos de manera brusca, probando lo que podía en esos instantes, sin pudor y restricciones, el sabor dulce siendo esa necesidad del encuentro entre nuestras lenguas, y el contacto provocando suspiros y jadeos. Estaba tan segura que hubiéramos seguido si el sonido del claxon no nos hubiera interrumpido, así que, pese a sus protestas, y sin esperar una segunda llamada, aparto a Jungkook y bajo del estante, para ser ahora yo quien atienda. Hemos descubierto, por obvias razones, que las propinas aumentaban cuando me encontraba y ciertamente ayudarlo me gustaba.

—Estoy seguro que la señora Kim no le agradará que su modelo se encuentre trabajando en una gasolinera—grita con diversión, y tenía tanta razón. La madre de Taehyung me matará cuando sepa en la clase de lugares que suelo frecuentar para ayudar a Jungkook.

—No tiene por qué enterarse—termino de llenar el tanque, y tan rápido me dan el dinero, me acerco a mi novio, quien cómodamente, se encuentra recargado en el estante—, y estoy segura que no se lo dirías tú.

—¿Por quién me tomas?—apresando mi cadera, me acerca lo necesario para observar mi rostro, quedándose unos cuantos minutos de aquella manera, sus ojos brillan cuando termina su inspección—, tengo una novia demasiado bonita, muy bonita.

Los halagos nunca faltaban, incluso parecía ser una cosa necesaria de hacer para Jungkook; llamarme de formas tiernas, incluso observarme por minutos mientras me acaricia, era una especie de rutina. La complejidad que se había creado a consecuencia de los sucesos, fue algo que Jungkook no paso por alto. Y sí, pude ser una simple apariencia por bastante tiempo, incluso una mentira creada para obtener lo que quería, pero eso no significara que me aceptara del todo, y es precisamente, las razones del pelinegro en recordarme lo bonita que era para él, aliándose con Mae, quien no paraba de tocar mi rostro cuando podía. Todo aquello me llevo a conocer lo que realmente quería, lo que soy realmente y darme cuenta lo que valía la pena.

El amor podía hacerte estúpido pero también es esa cosa que nos lleva a sostenernos y seguir.

—Se terminó nuestro turno, vayamos por Mae para ir a comer.

A veces, y sólo a veces, no todo sale tan mal de un plan ajeno. 



•••
Disculpen la tardanza, pero entre tantas cosas de la escuela apenas si me queda tiempo de respirar. En fin, este es el último capítulo, falta el epílogo y los extras.
Espero y les haya gustado, para ser sincera no sé cómo sentirme al respecto, nunca imaginé que está historia llegaría a recibir tanto amor, en verdad estoy tan agradecida con cada una de ustedes. El simplemente pensar en ya no escribirla me deja un poco triste, pero me reconforta saber que todavía tengo que terminar Before rules. Y antes de que lleguen a preguntar, un extra será sobre lo que ocurrió  entre Bae y Taehyung después del bar, esperen por ello. 
También quería comentarles que he estado teniendo unos cuantos problemas con wattpad, por lo que los avisos que luego quiero dejarles en mi muro, no les llegan. Por lo que, si gustan, pueden seguirme en mi instagram, sinceramente nunca había dicho nada sobre la cuenta porque no soy de usarla mucho. Pero debido a los problemas, les estaré avisando por ahí cuando haya actualizaciones, además de que podemos hacer unas cuantas dinámicas.

Mi usuario es: @yahshesuni

Y sin más que decir, nos vemos en el epílogo y los extras ✨

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