Dos Vidas

Par Mayurisama_BL

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Será, será como tu quieras pero así será Si aun tengo que esperarte siete vidas mas Me quedare colgado de est... Plus

CAPÍTULO 2. ARCÁNGELES
CAPÍTULO 3. VIAJE
CAPÍTULO 4. BATALLAS Y MUERTE.
CAPITULO FINAL. JUICIO.
EPILOGO. DOS VIDAS.

CAPÍTULO 1: EL PRINCIPIO DEL FIN

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Par Mayurisama_BL


ADVERTENCIAS GENERALES

1. Relacion chico x chico.

2. Mención de temas religiosos.

3. Solo recordarles que esto es con propósitos de entretenimiento, sin ninguna intención de ofender las creencias de nadie.

SI TE INCOMODA EL CONTENIDO SIMPLEMENTE NO LEAS.



PERSONAJES

⁍Xiao Zhan.

⁍28 años.

⁍Profesión: Escritor.



Ángel de la guarda Rehael/Yu Bin.




⁍Huang ZiTao.

⁍27 años.

⁍Profesión: Escritor.

⁍Mejor amigo de Xiao Zhan.



*.*.*


CAPITULO 1: EL PRINCIPIO DEL FIN

Xiao estaba con su mirada perdida tratando de procesar lo que su médico oncólogo le decía, sentado de manera muy formal frente al hombre que le explicaba que sus días estaban contados. Después de oír la noticia sintió como su cuerpo se tensaba y el tiempo se detenía o más bien transcurría de manera lenta, sumamente y dolorosamente lenta, el consultorio empezó a parecerle enorme, escuchaba de manera amplificada el tic tac del reloj de pared y las palabras que salían de la boca del médico las escuchaba tal cual adulto de la caricatura Snoopy. Para su sorpresa los latidos de su corazón eran normales, situación extraña ante la noticia que acababa de recibir, su respiración también estaba tranquila y sentía cierta calidez en su hombro derecho que le transmitía tranquilidad y paz, es como si alguien tuviera su mano apoyada en él, extraño pero real.


—De verdad lo lamento Zhan, a veces la vida no es justa —le dice su médico —, trata de mantenerte tranquilo, sé que es más fácil decirlo que hacerlo, y trata de asimilarlo y aceptarlo con calma.


Xiao únicamente lo mira fijamente mientras el médico continúa. —Por el momento descansa en tu casa, arregla todo lo que tengas pendiente y por lo menos haz lo que siempre deseaste hacer y que por tiempo, trabajo u otros motivos no hiciste —el médico extiende su brazo para darle un panfleto en donde alcanzó a leer algo de un grupo de ayuda y apoyo—, deberías darte una oportunidad de visitarlos, verás que no estás solo en esto y no eres el único en esta situación.


—Pero si estoy solo —responde de forma monótona, pero siente otra vez la presión en su hombro —, bueno tal vez no tan solo. Le agradezco su sinceridad doctor y no le prometo visitar este grupo de ayuda, imagino que dirán las típicas fases emocionales de una enfermedad terminal: Negación, ira, negociación, depresión y aceptación; si no le molesta me saltaré las primeras tres fases y me quedaré con la depresión y tal vez llegue a la aceptación.


—Zhan, yo de verdad lamento que el tratamiento no haya resultado.


Xiao Zhan le da una sonrisa comprensiva y mueve su cabeza en señal de negación. — No es su culpa doctor, es mi destino, mi hora ha llegado.


—Cuando empieces a empeorar por favor ven a verme, yo me encargaré que estés lo más cómodo posible.


—Por supuesto, gracias doctor, creo que me iré ahora.


—Zhan, por favor no vayas a cometer una locura.


—Usted dice aligerar mi muerte —Xiao se ríe y se pone de pie —, no necesito hacerlo, mi fin ya está sellado, gracias por todo doctor y supongo que lo veré pronto.


—Te estaré esperando y prometo que tendré todo listo para que te sea indoloro, y sé que suena estúpido, pero trata de disfrutar las pequeñas y hermosas cosas de la vida, son gratis, sé que entiendes a qué me refiero.


Xiao Zhan deja el hospital con un peso en su cuerpo, al parecer las fases están apareciendo de golpe, no quiere aceptar su destino y está molesto por lo que le ha tocado vivir. Camina a su apartamento, no quiere tomar el transporte público y ver todas esas personas — muchas de ellas malas personas—vivir esa vida que a él se le está escapando de sus manos, como agua entre sus dedos que por más que quiera retenerla es imposible. Por lo menos el clima es agradable, pero dada su condición debe estar muy abrigado, así que coloca parte de su bufanda sobre su boca. El camino es largo, pero lo recorre admirando cada calle, cada paso peatonal, cada señal de tránsito, cada local comercial, quiere grabarlo en su memoria para repasarlo cuando su momento llegue. Cuando pasa por su cafetería favorita entra y saluda a su usual dependiente.


— ¿Lo de siempre Joven Zhan?


—Si por favor, Zhuo Cheng.


Se dirige a su mesa habitual y se sienta a ver ese mar de personas que transitan por la ciudad, hay grupos de jóvenes que ríen felices, padres regañando a sus hijos, hombres y mujeres estresados regresando de sus trabajos, la vida es todo un caos y cuando estas al final de ella es que te das cuenta que nada de eso vale, porque desaparecerás y no te llevarás nada, llegaste sin nada y te iras sin nada.


El dependiente se acerca con su bebida y una sonrisa. —Aquí tienes, le puse chocolate extra esta vez, espero te guste y la disfrutes.


Ni siquiera sabe que será la última vez que le sirva una bebida y aun así le da un regalo de despedida. —Muchas gracias Zhuo créeme que la disfrutaré mucho, voy a extrañar tus bebidas.


El chico lo ve de manera extraña, confundido por sus palabras casi de despedida, pero no menciona nada, no quiere cometer una indiscreción ante un cliente frecuente, así que solo le sonríe mientras se retira.


El dolor en su cabeza comienza a molestarle, pero de repente siente una suave brisa sobre su frente y el dolor desaparece de inmediato.


Xiao sonríe y habla con sus ojos puestos en su bebida. — ¿Estás aquí? Pensé que no volvería a verte, bueno en este caso sentirte... Gracias por eso —le dice a la nada señalando su frente.


Después de eso Xiao se limita a disfrutar su café y admirar la ciudad y las personas en ella desde la ventana de esta su cafetería preferida.


Al terminar su café se levanta y se dirige a la salida, se despide con una amplia sonrisa de Zhuo Cheng quien inconscientemente le dice: — Cuídate, te veré la próxima vez.


—Por supuesto... —Xiao le responde sabiendo que no será así. Cuando sale del local se para frente al inmueble con sus manos en los bolsillo de su pantalón, y admira por última vez su cafetería gourmet favorita, siempre le gustó la decoración retro y los tonos marrón de las paredes, suspira y prosigue su camino esquivando el mar de gente que transita a esas horas, ya la tarde a caído y la mayoría de personas se dirigen a sus casas al igual que Xiao, quien decide pasar por el parque, toma asiento en una de las bancas y siente que una presencia se sienta a su lado, Xiao sonríe al no sentirse solo.


— ¿Sabes? Siempre me gustó ver el atardecer, y este es especialmente hermoso no te parece Yu Bin.


—Sí, hoy es particularmente hermoso Zhan. Los colores son increíbles.


—Es curioso, me encanta observar el ocaso sabiendo que mi propio ocaso está cerca.


Xiao habla mirando al frente tratando de disimular que habla solo, lo último que quiere es que las personas crean que está loco.


—Aún te quedan unos cuantos ocasos por disfrutar —le asegura la melodiosa voz de su invisible acompañante.


— ¿Tú crees?


—Estoy seguro.


Xiao sonríe, suspira y lleva su rostro al cielo, cierra los ojos e inhala ese preciado oxígeno que pronto no necesitará. Cuando regresa su atención a su entorno divisa muchas personas disfrutando del parque: parejas de novios caminando tomados de las manos y mirándose con un amor que él jamás tuvo la oportunidad de experimentar, parejas más adultas paseando a sus mascotas y parejas cuidando de sus hijos.


De repente una pelota rebota hacia su dirección y Xiao la atrapa, enseguida se acerca un pequeño de unos cinco años aproximadamente.


Xiao le entrega la pelota con una sonrisa. — ¿Es tuya?


El chico asiente y toma la pelota, luego dirige sus ojos a un lado de Xiao y sonríe. Xiao nota el comportamiento y gira a su izquierda, pero desafortunadamente no ve nada. El chico se acerca más a la banca y apoya sus codos en ella para sostener su rostro después de poner la pelota en el suelo.


— ¿Eres su ángel guardián? —pregunta a la supuesta nada.


—Así es —el ángel ve a su colega junto al niño y lo saluda —. Hermano, hace tiempo no te veía.


El ángel del niño le sonríe y le hace una reverencia.


Luego el niño agrega: — Tu también eres muy bonito, como el mío —entonces mira a Xiao y luego al ángel—. ¿No está él demasiado viejo para tener un ángel de la guarda?


— ¡Hey! No estoy viejo, mocoso insolente.


El pequeño deja salir una alegre carcajada al ver que el ángel junto al hombre se ríe de su comentario. —No importa que tan mayores sean, nosotros siempre estamos a su lado —le dice mientras acaricia su cabecita —, deberías regresar con tus padres.


El niño asiente con una sonrisa, toma su pelota y se despide con su manita del ángel y del joven sentado junto a él.


—Rehael — hace reverencia el ángel del niño antes de retirarse y seguirlo.


—Vehuel, como siempre fue un placer —devuelve la reverencia con una sonrisa.


— ¿Un amigo? —pregunta Xiao.


—Hermano —aclara el ángel.


*.*.*


Ya es de noche cuando Xiao entra en su apartamento y se dirige a su habitación sin encender ninguna luz, se quita su chaqueta, la dobla tranquilamente —él nunca fue desordenado —y la coloca sobre el sofá dispuesto cerca de la puerta, luego se sienta en la orilla de su cama justo frente al alto ventanal, admira las luces de una a ciudad bulliciosa y llena de vida, sin pensarlo ni notarlo lágrimas escapan de sus ojos y los sollozos ya son imposibles de contener, "patético" se dice a sí mismo, se supone que no le teme a la muerte, el vio morir a cada uno de sus seres más queridos, creía que estaba preparado para enfrentar la suya pero aquí está lamentándose y llorando por su destino sellado, el médico tiene razón piensa :la vida a veces no es justa. El llanto empieza a pasarle factura y su dolor de cabeza se hace presente y está vez es fuerte.


Sabe que la presencia que lo ha seguido desde que tiene conciencia está ahí, en su habitación, acompañándolo, sabe que está de pie con su espalda apoyada en la pared frente a él, al lado del ventanal; lo sabe o al menos se lo imagina así, ya no está seguro de nada.


—Deberías descansar —escucha la voz suave y tranquilizadora.


—No creo que pueda.


—Lo harás, no te preocupes, yo me encargo.


Xiao sonríe y asiente despacio, se levanta para cambiarse de ropa y mientras lo hace habla con su guardián, no quiere que el silencio de su habitación lo ahogue.


—Gracias, y dime ¿Alguna vez te veré de nuevo? Ya no recuerdo cuando fue la última vez que me dejaste verte.


— ¿Quieres verme?


—Seria agradable, así no me sentiría extraño hablando solo.


Cuando se gira con su pijama ya puesta lo ve: un hermoso joven de rasgos delicados, cabello un poco desordenado y vestido de blanco.


Xiao le sonríe. —El niño tenía razón, eres bonito, lo había olvidado ¿Por qué deje de verte?


—Porqué dejaste de creer.


— ¿Y aun así sigues a mi lado?


—Es mi deber.


—Porque eres...


—Tu ángel guardián —le dice con una sonrisa mientras se acerca a él y le indica que se acueste —. ¿Duele mucho? — Xiao asiente con sus ojos cerrados y lágrimas escapan de ellos—. Yo me encargo de eso —el ángel coloca su mano en la frente de Xiao dándole el tan ansiado alivio—, ahora descansa Zhan, yo estoy aquí para protegerte, duerme profundamente que mañana será otro día —a estas alturas Xiao ya estaba profundamente dormido y su respiración era armoniosa, su ángel limpia las lágrimas y acaricia sus cabellos antes de cubrirlo con la sabana—, mañana tendrás que ser valiente.


Cuando Rehael se incorpora sus sentidos se ponen en alerta y sus ojos brillaron en un azul claro profundo, detectando diversas sombras en la ventana queriendo entrar a la habitación, con un rápido movimiento de su mano extiende su palma directamente a la puerta la cual se cierra de inmediato sin quitar sus ojos de las sombras que acechan. Camina despacio hacia la ventana y las sombras rasgan el cristal en un desesperado intento por entrar.


—Jamás lograrán entrar, así que ahórrenme el trabajo de mandarlos de regreso a la pocilga de la que salieron.


—El será nuestro maldito ángel —le susurra una de las sombras en la ventana.


El ángel sonríe e inclina su rostro desafiando a sus enemigos. —Ni siquiera podrán acercarse a él —se acerca más a la ventana y coloca su mano sobre el cristal, en el instante que lo hace las sombras se alejan como si el contacto los quemara—, ¿A qué legión pertenecen? ¿Quién es el asqueroso demonio que los ha enviado?


—No eres digno de saberlo ángel.


—Si claro — les dice riéndose de ellos —. Solo desaparezcan de mi presencia —esto último lo dice con los dientes apretados mientras que con su mano traza un movimiento rápido sobre el vidrio lanzando halos de luz que hacen que las sombras huyan de inmediato. El ángel parpadea una vez y sus ojos vuelven a la normalidad, se acerca a la cama y ve al chico durmiendo pacíficamente y sonríe al verlo—. Mientras esté aquí no tienes de que preocuparte pequeño Zhan.


*.*.*


A la mañana siguiente Xiao despierta muy descansado, estira sus músculos aun sobre la cama emitiendo un sonido que demuestra que su cuerpo disfrutó de un sueño reparador; se sienta y toma su reloj de la mesa de noche: son las 9:30 de la mañana, ya no recordaba cuando fue la última vez que se levantó tan tarde, de todas maneras no es que tenga que ir a alguna parte, así que se levanta toma una ducha y luego habla con su mejor amigo, le pide que lleve comida de su restaurante preferido porque necesitan hablar seriamente de un asunto importante.


Son las 12:30 del mediodía cuando su timbre suena, Xiao que estaba viendo televisión se levanta para responder al llamado, abre la puerta y del otro lado su mejor amigo Huang ZiTao con una sonrisa le muestra la bolsa en donde lleva la comida que solicitó.


Ambos hombres están colocando la comida sobre platos para luego pasar al comedor y disfrutarla, Xiao evita tocar el tema de su situación para no arruinar el ambiente del ameno almuerzo del que disfrutan. Cuando Xiao no puede seguir retrasando su charla le pide a su amigo que lo acompañe a la sala para estar más cómodos, toman asiento y Xiao agarra los papeles que había preparado de ante mano de la mesa, levanta la vista y su ángel está parado frente a él con los brazos cruzados y una sonrisa tranquilizadora, para darle valor este le da un asentimiento de cabeza indicándole que continúe.


—Tao —se aclara la garganta —, yo te pedí que vinieras porque necesito tu ayuda.


Tao se mueve un poco inquieto en su asiento. —Lo que sea Zhan Ge.


—Veras, ayer tuve mi cita con el doctor ... y pues los resultados no fueron para nada favorables.


— ¿Eso quiere decir...?


—Si Tao, eso quiere decir que estoy muriendo —le dice de forma tranquila y con una leve sonrisa.


—Por Dios —Tao lleva una de sus manos a su boca mientras lagrimas comienzan a recorrer sus mejillas.


—Cálmate, ¿Si? Te prometo que todo estará bien.


— ¿Cómo puedes decir eso GeGe? ¿Qué se supone que haga sin ti?


—Vivir Tao, hazlo por mí. Se feliz, enamórate, toma mucho café sabes que me encanta, baila, canta, vive una vida plena, haz todo lo que yo no pude hacer y por supuesto haz todo lo que tú quieras.


Tao se lanza a abrazar a su querido amigo y este lo recibe gustoso dándole palmaditas de aliento sobre su espalda. —Shhhh tranquilo, todo estará bien Tao —coloca los papeles a su lado para tomar el rostro de su amigo y limpiar sus lágrimas—, te prometo que todo estará bien — en ese instante nota como su ángel habla con alguien y a los pocos segundos Tao ya está mucho mejor.


Tao sorbe sus fluidos por la nariz y Xiao ríe por el acto tan infantil de su amigo. —Perdóname Zhan Ge, me deje llevar por mis emociones.


—Está bien, al menos sé que alguien me llorará y extrañará.


Eso fue un error porque Tao comienza a llorar con más fuerza e intensidad. — ¡Zhan GeGe! No me dejes.


—Ya...ya... tranquilo, tienes que estar calmado para que podamos hablar Tao —Xiao deja a su amigo desahogarse hasta que este se calma.


—Lo siento GeGe, sé que tienes algo que pedirme y yo aquí llorándote antes de tiempo.


Xiao sonríe al ver a su amigo más calmado, toma los papeles y se los entrega. —Aquí están todos los documentos que necesitaras para cerrar —suspira—, no sé cómo llamarlo, ¿mi ciclo tal vez? Ya tengo arreglado los gastos funerarios y cuando el momento llegue solo busca el número del ejecutivo que me atendió, él sabrá que hacer. También está toda la documentación de mi familia y cuando tengas la mía por favor ponla junto a la de ellos, luego si tú quieres las quemas, tiras o lo que prefieras.


Tao mira con incredulidad lo que su amigo le dice y sujeta contra su pecho los papeles entregados por Xiao. — ¿Cómo crees que haré eso GeGe? Los guardaré para siempre.


Xiao se ríe y agrega: —Para siempre es demasiado tiempo —con un suspiro continua: —, también está el contrato de compra del apartamento el cual como podrás leer ahora es tuyo mi amigo, solo que aún no me corras —le dice en broma para tratar de aligerar el ambiente.


Tao asiente fervientemente mientras que presiona sus labios con fuerza para evitar que los sollozos exploten. —Haré...—sollozo—, lo que —sollozo —, me pidas GeGe.


—Gracias Tao.


Xiao se levanta para dirigirse a la cocina y llevar un par de bebidas para desviar la atención de su amigo, está a mitad de camino cuando siente su cuerpo desfallecer, su vista se vuelve borrosa y después todo negro. Xiao cae temblando al suelo, tiene un ataque, Tao se levanta de golpe y se acerca a su amigo que yace en el suelo temblando con sus ojos completamente blancos, Tao inmediatamente toma un lapicero de la mesa y lo lleva a la boca de Xiao para que este pueda morder el objeto, luego a toda prisa busca el número telefónico del médico de Xiao y cuando se comunica con él le explica apresurado la situación, el médico le dice que enviará inmediatamente una ambulancia.


Ya en el hospital Tao habla con el médico que le explica que esos ataques según la condición de Xiao son normales, y que uno de ellos en algún momento será el último.


Rehael o Yu Bin como Xiao lo llama, está parado dentro de la habitación con "su" humano, viéndolo conectado a toda clase de aparatos que hacen sonidos que según dijo el médico, indican que Xiao aún sigue con vida. Yu Bin no niega estar preocupado en este preciso momento, porque es cuando la mente de Xiao está más vulnerable, y si él lo sabe los demonios también lo saben, y está seguro que pronto empezaran a movilizarse para tratar de tomar el alma de Xiao; un alma tan pura que aunque su portador perdió la fe en un punto de su vida, la fuerza celestial jamás lo abandonó y mantuvieron a Yu Bin a su lado para su protección, pero ahora, con el estado de Xiao Yu Bin sabía que los rangos más altos del inframundo se harían presente para tentar a Xiao y tratar de apoderarse de su alma, y Rehael sabía que su fuerza no sería suficiente si un duque o un príncipe del infierno se hacía presente.


Esos eran sus pensamientos cuando su agudo oído captó un estruendo y aleteos acercarse a la habitación de Xiao, había sido el sonido de una trompeta que avisaba el arribo de alguien poderoso, Rehael se alegra de saber que el cielo ya había destinado a un protector más poderoso para "su" humano: Un Arcángel.

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