TOUCHDOWN (Kings Of The Game...

Av MariaArcia4

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[T-E-R-M-I-N-A-D-A] ✔️Historia terminada ❤️📚 ✔️Primer libro de la serie Kings of the game. ✔️Historia 💯 ori... Mer

SINOPSIS
EN FISICO - PREVENTA YA DISPONIBLE
CAPITULO 1 🏈
CAPITULO 2 🏈
CAPITULO 3 🏈
CAPITULO 4 🏈
CAPITULO 5 🏈
CAPITULO 6 🏈
CAPITULO 7🏈
CAPITULO 8🏈
CAPITULO 9🏈
CAPITULO 10🏈
CAPITULO 11🏈
CAPITULO 12🏈
CAPITULO 13🏈
CAPITULO 14🏈
CAPITULO 15🏈
CAPITULO 16 🏈
CAPITULO 17 🏈
CAPITULO 18🏈
CAPITULO 19🏈
CAPITULO 20🏈
CAPITULO 21🏈
CAPITULO 22🏈
CAPITULO 23🏈
CAPITULO 24🏈
CAPITULO 25🏈
CAPITULO 26🏈
CAPITULO 27🏈
CAPITULO 28🏈
CAPITULO 29🏈
CAPITULO 30🏈
CAPITULO 31🏈
CAPITULO 32🏈
CAPITULO 33🏈
CAPITULO 34 🏈
CAPITULO 35🏈
CAPITULO 36🏈
CAPITULO 38🏈
CAPITULO 39🏈
CAPITULO 40🏈
CAPITULO 41🏈
CAPITULO 42🏈
CAPITULO 43🏈
EPÍLOGO🏈
SOBRE LA SERIE KOTG🏈
¡TOUCHDOWN PROXIMAMENTE EN FISICO!🏈

CAPITULO 37🏈

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Av MariaArcia4

Erick.

Escaneé con incredulidad el anillo que acababa de comprar en la cajita de terciopelo sin atreverme a sacarlo. El nerviosismo me invadió, ¿y si decía que no? Sí, era pronto, pero no es como si pensara en alguien mas con quien pasar mi vida. Me quería casar con ella porque la amaba, porque no había nadie más para mí después de ella. Anhelaba formar una familia de la manera adecuada con ella, tal y como siempre lo soñamos.

La sentí tensarse en mis brazos hace una semana cuando me atreví a soltarle esas palabras en el pasillo de la sala de urgencias del hospital, pero no sabía a ciencia cierta si era porque su respuesta era una negativa o si era porque la tomé por sorpresa. Le había rezado a Dios para que se tratara de la segunda, porque no creía poder sobre llevar que ella siguiera adelante con alguien más.

En las idas y venidas de los últimos días ninguno sacó el tema, y en parte lo agradecía. Sabía que debía arriesgarme, pero Verónica se merecía mucho más que una simple propuesta en un hospital y se lo daría así la respuesta fuese un "no". Ella estuvo perdida entre el cuidado de Jake y de Alaia junto a su madre por lo que no me detuve a pensar mucho en ello, concentrándome en ayudar a mis dos amigos acoplándose a su nueva vida sin Maia.

Ahora, sentado en el jardín de mi antiguo hogar luego de seis años, no sabía muy bien cual era el camino a seguir para mí. —Así que estoy enfermo. —apreté los ojos escuchando los pasos de papá acercarse.

Bufé, recordando la mentira que le solté a Verónica esta mañana antes de tomar mi bolsa de viaje y salir corriendo. Aproveché que mamá no estaría en casa en todo el día para tomar un avión y venir a hablar con papá y de paso con Henry, el segundo afectándome mucho más que el primero.

— ¿Me tiraste a los lobos?

—Hice mi mejor actuación y no sospechó nada, pero llega mañana a primera hora con Jake así que lo que sea que vayas a hacer tienes que hacerlo hoy. —Asentí, viendo como sus ojos no se apartaban de la sortija en mi mano—. ¿Es oficial?

—Lo haré una vez tenga la bendición de Henry. —Mi padre sonrió ampliamente—. ¿Qué?

— Tú y yo sabemos que incluso si él te llega a decir que no tú harás lo posible por casarte con ella. —esta vez fui yo quien sonrió. —¿No crees que es pronto?

— ¿Creíste que era pronto cuando se lo propusiste a mamá? —le recordé como se habían escapado de mis abuelos a los dieciocho a escondidas. Eso si había sido pronto, y yo llegué cinco años después así que prisas no tenían.

— Listillo como tú madre.

— Estoy muy nervioso, todo lo que ha pasado...

— Ella no te dirá que no.

—No puedes estar seguro de eso —anoté, cerrando la caja y dejándola a un lado con la vista puesta en la casa de la señora Risso.

— Pero lo estoy. —puso su mano sobre mi hombro, atrayendo mi atención. —Te ama y tu a ella. Es lo que siempre soñaron los dos y la vida les está dando una segunda oportunidad, no creo que sean tan idiotas como para dejarla pasar. Jake tendría una familia estable y ustedes serían felices juntos dándome muchos mas nietos.

— No sucederá pronto. —reí, aunque la idea de verla embarazada de otro de nuestros hijos era demasiado tentadora. —No puedo creer que luego de todos estos años yo...

— ¿Sigas amándola? —terminó por mí. Asentí solamente, jugando con mis dedos—. Me alegra ver que aún luego de todo lo que sucedió con ustedes dos no hayas perdido ese deseo de formar una familia, sé que fueron tiempos difíciles para ti y que encontraste refugio en mujeres y alcohol, pero siempre estuve seguro de que mi hijo seguía allí.

—Luché contra ello. 

En vano, porque no pude simplemente volverme un hijo de perra por completo. Mamá me educó para algo más que eso.

— Lo sabemos, tú madre estuvo a punto de ir y traerte de vuelta pensando que estabas dejando embarazada a cada mujer que metías en tu cama. —reí por lo bajo. —Pero sé que fuiste el más atento en la clase de educación sexual. —se burló.

— Me gustaba aprender.

— ¿Robarte los condones era aprender? —solté una carcajada. —Todos lo sabían, Erick.

— Nunca me dijeron nada, y no que me importara mucho. Justo ahora tengo el alivio de decir que no hay un niño por ahí esperando ser reconocido por mí. —me encogí de hombros. —Aunque si Verónica me dice que si lo siguiente que haré será agujerear todos y cada uno de esos condones en busca del hermanito para Jake. —bromeé.

—Que no te escuche diciendo eso —su voz sonó graciosa—. Me alegro que estés de vuelta en casa, hijo.

—Se siente bien volver. —Me puse de pie—. ¿Sabes si Henry sigue viviendo en el mismo lugar?

Asintió. 

—El mismo. —Sonrió—. El matrimonio no es fácil, Erick. La vida de novios es muy distinta a la vida de casados. Sé que amas a Verónica y que lo harán funcionar, pero no la presiones si no se siente preparada.

— Sé eso. —me removí incómodo. — Pero la amo, sé que ella es lo que quiero y no quiero esperar más. Si ella decide hacerlo le daré su tiempo, pero quiero arriesgarme. He esperado seis años con la felicidad al aire, puedo esperarla toda la vida, pero asumiré el control de esto por lo menos.

— Bueno, Henry mandó a limpiar a Glenda ayer así que buena suerte. —rodé los ojos, recibiendo las llaves de su camioneta.

Me alejé con paso firme, subiéndome en el auto y dirigiéndome al antiguo lugar de Verónica. No había estado aquí en un tiempo, pero esto lucía igual que la ultima vez que vine.

Los ojos de Henry se encontraron con los míos nada más abrir la puerta al escucharme tocar. Sus ojos escanearon el jardín notando que estaba solo. —No hay manera en esta vida. —se pasó la mano derecha por el cabello. —Necesito café para esto. —me hizo un ademán para que pasara mientras él se dirigía a la cocina.

— ¿Cómo está todo?

— Estaba bien hasta que llegaste a ponerme los nervios al borde. —reí junto a él al momento que presionaba un par de botones en la cafetera. —¿Cerveza o café?

— ¿Pregunta capciosa?

Rodó los ojos ante mis palabras. 

—No eres un crío, Erick. Toma una cerveza del refrigerador y vamos a la sala, tengo turno en dos horas y me tengo que conformar con esta mierda que no sabe a nada.

Solté una carcajada, Verónica me contó lo del azúcar del hombre y desde entonces su vida se volvió un completo caos. Si había alguien que adoraba su dosis diaria de dulces era este hombre.

— ¿Y bien? —Se sentó en el sofá individual invitándome a sentarme frente a él—. ¿Debo suponer que no vienes a decir hola?

— Supones bien. —tragué en seco, armándome de valor. Me sentía prácticamente igual que como me sentí cuando tuve que enfrentarme a él hace años para decirle que estaba saliendo con su niñita de dieciséis. No estuvo feliz y me amenazó, pero al ver la mirada esperanzada en los ojos de su pequeña cedió un poco.

Las visitas eran en la sala y nunca "podía subir a la habitación de su hija", no que me importara, me colaba por las noches una vez encontré la manera al cumplir diecisiete ella. Aprendí a trepar arboles y mi resistencia aumentó un poco más.

Si tenía una hija con esa mujer algún día, el idiota que quisiera meterse en su cama lo pensaría dos veces porque me sabía cada uno de los trucos y no la tendría fácil.

— Voy a pedirle matrimonio. —allí está, lo dije.

Permaneció en silencio sin inmutarse, solo me miraba fijamente como si estuviera viendo a través de mí lo nervioso que estaba. Su mano llevó a su boca la taza de café tomando varios sorbos tal y como si no hubiese dicho nada. —¿Cómo estuvo el juego de la semana pasada?

Enarqué una ceja, ¿de verdad?

— Henry...

— Lo vi, pero solo tuve cabeza para pensar en como Tyson se tiró al campo y entraste. No pude ver el final. —se hizo el pensativo, sabiendo que me estaba poniendo mucho más nervioso. —Tal vez vaya al próximo y lo vea con Jake...

— ¿Me estás jodiendo?

— ¿Por?

— Acabo de decirte que le voy a pedir matrimonio a tu hija, ¿y lo único que dices es sobre el juego?

Sonrió, dejando el café de lado. —¿Qué esperas que te diga? ¿Quieres mi bendición? —me encogí de hombros. —La tienes, Erick. No desde ahora, sino desde hace casi diez años que te atreviste a enfrentarme por ella. Supe que eras la persona correcta porque vi en tus ojos lo mucho que la querías, vi esa chispa que en un momento yo tuve al comenzar con Anne, y no me arrepiento de haberte dado permiso de estar con ella.

— No que me hubiese importado tampoco. —dije por lo bajo.

— ¿Me crees tonto? —sacudí la cabeza. —No voy a ponerte en una situación difícil porque sé que te está carcomiendo no saber que dirá ella, eso es sufrimiento suficiente.

— Me conoces bien.

— Eres el hijo que nunca tuve, lo sabes. —asentí, desde que entré a esta casa siempre me trató como tal. —Estoy orgulloso de los dos, me dieron un nieto maravilloso y se los agradeceré toda la vida. Tú y ella han logrado lo que muchos pensamos que no, encontraron el camino de vuelta y no hay otra persona a la cual estaría aliviado de darle en matrimonio a mi pequeña.

— Gracias.

— Gracias a ti. —lo miré confundido. —Por devolverle la felicidad, pero eso sí, lo de quebrarte los huevos sigue en pie si le llegas a hacer daño. —asentí con una sonrisa viendo como se colocaba de pie y tiraba de mi mano para abrazarme. —Hazla feliz. Si te dice que sí claro está. —se burló.

— Lo haré.

♣ ♣ ♣

Los brazos de Verónica se aferraron a mí cuando llegué a ellos. Jake saltó emocionado al verme en el jardín de la casa de Henry. 

— ¿Todo bien? —Asentí, plantando un beso en la cabeza de nuestro hijo, quien corrió dentro de la casa luego de saludar—. Papá tiene un perro, Jake está casi a punto de decir que se quedará de forma permanente.

— Puede quedarse esta noche, ¿no? Para que juegue con el animal.

— ¿Dónde más nos quedaríamos? —se alejó de mí.

— ¿Por qué no dejamos aquí a Jake y nos vamos tu y yo?

— ¿A dónde?

— Haces muchas preguntas.

—Sabes eso —atinó a decir, colocando un beso en mis labios. Miré a la puerta esperando encontrarme con el rostro impasible de Henry, pero ya no estaba—. Pero está bien, Jake no nos prestará atención a nosotros justo ahora, demasiado concentrado en el perro como para pensar en sus padres.

—Sus padres pueden salir a caminar entonces. —La atraje de vuelta a mí—. Ve por tu bolso si quieres, vamos a un lugar.

—¿No te quedarás en casa de tus padres?

—No nos quedaremos aquí ni en casa de mis padres —admití con una sonrisa—. Apúrate.

Rodó los ojos, pero entró a la casa, saliendo dos minutos después con una bolsa de viaje pequeña directo a mi encuentro. 

—¿Lista?

—No. 

Soltó una risita. 

♣ ♣ ♣

—Erick, mueve los azules —pidió Verónica mirando la pantalla de mi celular—. Te están pidiendo que recolectes las fichas azules y explotas todas menos esas —se quejó, frustrada. 

—Si pierdo, te lo doy —me burlé, perdiendo a propósito en Candy Crush, escuchando el gemido enojado que lanzó porque me quedé sin movimientos. 

—¿Por qué no puedes tomar consejo? Eres muy terco. 

Reí, besando sus labios. Ella no me correspondió, pero una sonrisa figuró en su boca antes de que me arrebatara el celular e intentara pasar el nivel del juego que nos había mantenido entretenidos durante las últimas dos horas. 

—¿Crees que debamos conseguirle el perro a Jake?

—No tienes forma de tenerlo en tu casa y en la nuestra, mamá no aceptará un perro —respondió sin mirarme. 

—Siempre puedo pensar en mudarme. 

—¿Te mudarías solo para que tu hijo pueda tener un perro? 

Sus ojos incrédulos se posaron en mí. 

—Claro que sí. 

Dejando el teléfono a un lado, me sonrió, inclinándose hacia mí. Besó mi boca suavemente, con sus manos sobre mi pecho. 

—¿Hasta cuándo nos quedaremos?

— Shay me dijo que tienes entrevista en dos días así que podemos viajar pasado mañana. Jake no tiene clases por reparaciones en la escuela, pero tiene tareas que hacer.

— Claro. —mis manos vagaron por su espalda. —Te amo.

Entrecerró sus ojos en mi dirección. —¿Vemos una película?

— No titanic por favor. —me burlé al verla hacer un puchero.

— Me gusta.

— Te gusta DiCaprio. —la corregí. —No quiero ver a mi novia babeando por un actor mientras está en mis brazos.

— ¿Soy tu novia?

— Más que eso, hermosa. —mis dedos apartaron el cabello de su frente, escaneando su postura relajada. —Vamos a ver que encontramos, voy a pedir algo para almorzar, muero de hambre.

— Claro, llamaré a Jake mientras.

Asentí y la vi alejarse directo a sus cosas, sus manos tecleando en su teléfono para luego irse a un rincón con una sonrisa. Era hermosa y mía. 

Fortsett å les

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