P.O.V Jared
Termino de sustentar y sonrío al escuchar los aplausos de mis compañeros, gracias a Dios todo salió bien, él me dio la ruta y pude terminarlo.
—Excelente Jared, te felicito de verdad — me dice y yo sonrío — Chicos, nos vemos la próxima clase y quiero que se preparen los que deben sustentar la próxima, Jared les ha puesto el nivel muy alto así que espero cosas como esas — dice el maestro.
—Sólo tuya es la gloria y la honra señor — digo con una sonrisa.
—Jared, tenemos un semillero, con este semillero durante los semestres más avanzados los enviamos a diferentes empresas para que comiencen a vivir lo que es eso, así que, si continúas cómo vas, espero verte ahí, será un honor para mí — dice y yo le sonrío.
—Muchas gracias maestro, tenga usted un buen día, Dios lo bendiga — le digo y él sonríe para después salir.
Debería llamar a Kattia y contarle que todo esto fue un éxito. Busco mi celular en los bolsillos, pero recuerdo que se lo di a ella buscando no desconcentrarme. Salgo del salón y comienzo a caminar en dirección a mí siguiente clase, esta la comparto con Alilay, me desvío para poder comprar algo de comer porque tengo hambre.
—Hola
—Jared querido — me saluda la mujer. Hay un montón de cafeterías aquí, pero yo siempre vengo a la misma así que ellas rápidamente se aprendieron mi nombre.
—¿Me regalas un picadillo de frutas? — pido y ella asiente, lo toma y me lo entrega, le pago. —Muchas gracias, tengan un bendecido día — digo y camino de regreso al salón.
Alilay está justo fuera de este dándome la espalda así que comienzo a acercarme por la espalda.
—¿Aceptas? — dice y yo la toco por detrás por lo que ella suelta un grito y se gira viéndome impresionada. Yo le sonrío y ella me mira a mí y luego a su celular, a mí y su celular y corta la llamada. —Jared, justo estaba llamándote. ¿Dónde está tu celular? — me pregunta.
—Se lo di a Kattia — digo con la boca llena de frutas. —¿Quieres? — le pregunto y ella toma algo de fruta.
—Oye, hay algo de lo que quiero que hablemos cuando terminemos la clase — me dice y yo asiento con la cabeza.
—Pero será en mi casa porque quedé entregarle algo a un tío y es cuando esta clase termine — le digo y ella me sonríe.
—Si tú quieres puede ser — me dice y yo tomo asiento.
Termino de comer el picadillo y el maestro empieza con la clase.
Anoche fue hermoso, estoy acostumbrado a levantarme entre dos y tres de la mañana a orar, sigo la recomendación que me dio Allen. Y anoche fue algo precioso, el Espíritu estaba en mi cuarto de oración, tan real como sólo él puede serlo, me hizo llorar y me hacía muy feliz, porque me recuerda que soy amado, me recuerda lo importante que soy para él. Yo no puedo cambiar esta vida por nada en el planeta tierra ni fuera de él, la presencia de Dios es tan real, Dios es tan real. Y lo podía sentir ayer cuando me decía que no me preocupara por lo que pudiera pasar, me decía que él tenía el control de todo, dijo que él había oído mis oraciones y además las oraciones e Lilly, que Kattia estaría de este lado sirviéndole. Yo lloré sintiéndome feliz, no sé él qué está haciendo en la vida de mi esposa, pero sé que está haciendo algo y creo, probablemente Allen está trabajando con ella en el hecho de aceptar los planes de Dios.
Salimos del salón en cuanto la clase termina y comenzamos a caminar hacia el edificio.
—¿Qué es eso tan importante que tenías por decirme Alilay? — le pregunto a mi acompañante y ella suelta un suspiro.
—Es mejor si esperamos llegar a tu casa, ahí lo diré más tranquila — me dice, me encojo de hombros.
—¿Cómo está Harley? — le pregunto. Harley es la hermana mayor de Allen, la misma que me dio esa palabra de parte de Dios cuando Kattia y yo íbamos a la luna de miel. La misma que junto a su esposo es pastora juvenil en la iglesia de sus padres, la misma que está preparándose para un impacto en nuestra zona, así que los demás la estamos cubriendo en oración porque sabemos que el enemigo va a atacarla.
Aunque ella hizo una petición extraña, dijo que no sólo orasemos por ella y su esposo sino también por Allen, que él está en una batalla muy dura. Eso me hizo convencerme aún más de que Dios lo está usando para traer a Kattia a este lado, sé lo difícil que puede llegar a ser mi esposa.
—Ella está muy bien, sigue estando en ayuno en esa montaña, creemos que cuando baje traerá mucha bendición consigo — dice y yo sonrío. Algún día me gustaría hacer eso de irme a una montaña a ayunar para estar en la presencia de Dios.
—También lo creo — abro la puerta del edificio y ella entra, caminamos hasta el ascensor y subimos hasta el piso veinte dónde está nuestra casa.
Nos bajamos y yo abro la puerta de la casa.
—Vaya Jared, este lugar es hermoso — dice ella y yo me río.
—Mamá se encargó de la decoración y todo, yo sólo vivo aquí, nunca decoro nada — digo y abro la nevera. —¿Quieres helado? — le pregunto y ella asiente con la cabeza a la vez que se sienta en el sillón. Yo tomo dos copas y las sirvo con helado, luego camino hasta dónde ella se encuentra y le doy una.
—Sigo sin entender por qué vives aquí y no en la universidad, de igual vives solo — dice y yo me rasco la cabeza. No sabe la verdad y no sé si decirla aún.
—¿Qué es lo que me tienes que decir? — le pregunto y ella toma algo de helado para luego verme directo a los ojos.
—Esa vez cuando te vi entrar al salón al lado de Kattia, me pareció que eras uno de los hombres más bellos del jodido planeta — se ríe y yo le enseño una sonrisa.
—Gracias — digo.
—Pero a la vez me parecías alguien muy falso, quiero decir, te hiciste amigo de muchos en un día, para mí no eras más que el típico cliché — dice y yo levanto una ceja. —Luego nos chocamos en la entrada y comenzaste a hablar conmigo, si eras un cliché — dice y yo me río.
No, no lo soy.
—Pero un cliché que me agradaba mucho, me gustaba pasar tiempo contigo y siempre quería hacerlo — toma aire — poco después me di cuenta que... — Ella es interrumpida porque tocan la puerta.
No puede ser Kattia porque ella siempre sale con llaves.
Me disculpo y me levanto de la silla a abrir la puerta encontrándome con Arnold y una mujer castaña muy bonita.
—Hola tío, entren — digo abriendo más la puerta y ellos entran.
—Hola sobrino — me responde y me da un abrazo. —Ella es Wendy — me presenta a la mujer y yo le doy la mano.
—Mucho gusto Wendy, soy Jared Blackwell— le digo y ella sonríe.
—¿Blackwell? ¿Eres tú el esposo de la hija de Arnold? — me pregunta.
—Ese soy yo, usted debe ser la novia del padre de Kattia — dice y ella bufa.
—No sé si somos novios...
—Kattia dijo que su padre era un imbécil con usted — digo y ella sonríe.
—Ya, ya, sigo aquí. ¿Dónde está mi hija? — me pregunta y yo me encojo de hombros.
—Aún no llega de la universidad — respondo.
—Quería verla, Jared, por favor dale esto cuando ella llegue — me da una caja envuelta y yo la recibo.
—Aquí está lo que me pediste — digo y le doy el reproductor que me había pedido.
—Gracias sobrino — él levanta la vista —¿Quién es ella? — me pregunta y yo giro viendo a Alilay. Olvidé que ella estaba ahí.
—Es una amiga, Alilay, él es el padre de Kattia y ella su novia — digo y los mencionados la saludan con la mano.
—Ten mucho cuidado Jared, no quiero errores con mi hija — dice y yo ruedo los ojos
—Adiós — le digo y él se da la vuelta. —Fue un gusto conocerte Wendy
—Igualmente Jared, saluda a Kattia de mi parte — me dice y yo asiento y cierro la puerta.
Me giro y camino hasta Alilay quién tiene los ojos clavados en el helado.
—Discúlpame ¿Qué decías? — le pregunto.
—¿Kattia y tú están casados? — me pregunta y yo suelto un suspiro.
—Así es...
—¿Por qué no me lo habías dicho? — dice subiendo un poco la voz
— No era mi responsabilidad, le dije a Kattia que podía decir lo que quisiera y dijo que éramos mejores amigos, lo acepté — le digo y ella niega con la cabeza.
—Jared, eres cristiano, eso es engañar — me dice.
—Lo sé pero no creí que fuera relevante — le digo siendo sincero, no haría una diferencia, porque Kattia aún no es cristiana.
—¿Creíste que no era relevante? — dice con las mejillas rojas. — Ahora todo tiene sentido, es por eso que siempre haces lo que ella quiere, por eso tiene el mismo apellido, por eso viven en el mismo edificio, soy una estúpida. ¿Cómo no pude verlo? — dice y yo arrugo la cara.
—¿Por qué armas un show por ello? Eso no hace ninguna diferencia en mi Alilay, sigo siendo yo — digo y ella niega con la cabeza mientras una lágrima le corre por el rostro.
—¡Yo me enamoré de ti idiota! — me grita. ¿Qué cosa? —Estoy enamorada de ti y creí que... Creí que habría algo de oportunidad, me dije que no tenías pareja, me dije ahora... Podríamos tener — solloza — Soy una idiota — me ve a los ojos y una lágrima se desliza por su rostro.
¿Ella en serio dijo eso? ¿Que estaba enamorada de mí? Estoy acostumbrado a que las chicas me digan cosas como esas, pero no Alilay, ella no es como las chicas de mi instituto, tampoco es como Kattia, pero no esperé que se hubiese enamorado de mí.
—Alilay lo siento mucho — le digo.
—Todas tus atenciones, tus sonrisas, me escribías buenos días en la mañana Jared — dice. ¿Por qué creyó que eso era algo relevante? Le envío el mismo saludo a mis amigos y mis padres, es una forma de notificarles que sigo con vida y que ellos me notifiquen que siguen con vida, eso no es algo especial.
—Lamento si hice que mal interpretaras todo, yo soy así Alilay, no soy especial con nadie, me ves siendo atento con todos, les escribo el mismo mensaje a los amigos y familia en la mañana, le sonrío a la mayoría de las personas — digo siendo sincero. — Lo siento— le digo y ella se limpia las lágrimas.
—Kattia está saliendo con Allen — me dice y yo arrugo la frente.
—Si, sé que ellos se están viendo, creo que Dios está actuando con ella — le digo y ella se ríe.
—No así Jared, están saliendo de verdad, tu esposa le coqueteaba a Allen, fueron al cine, se besaron, vaya ahora entiendo por qué le pidió guardarlo como secreto — me ve a los ojos — Y por lo que Allen me escribió puedo jurar que están juntos justo ahora — dice y yo me quedo viéndola a los ojos.
—¿De qué hablas Alilay? — le pregunto — Sé que estás molesta, pero no tienes que inventar algo así, difamas a tu propio amigo — le digo y ella ríe.
—No soy tan rencorosa como para inventar algo así — dice
—Si lo fuiste para golpear a Kattia — le digo y ella me ve ofendida.
—Eso fue diferente y debí haberla golpeado más fuerte — me dice — Pero no miento Jared, no miento nada, puedes llamarla y te dirá dónde está o puedes llamar a Allen, como quieras, pero es cierto, es tu problema si te quedas como un ciego y no lo ves — dice y toma su bolso.
—Alilay — la llamo cuando está en la puerta.
—Ten un buen matrimonio Jared Blackwell — dice con lágrimas en los ojos y cierra la puerta.
Carajo
—¿Dios qué es todo esto? — pregunto y me siento en el sillón.
¿Kattia de verdad es capaz de hacerme algo así? ¿Engañarme?
Me levanto del sillón y tomo mi computadora, busco localizar mi celular y veo que este se encuentra en la universidad. ¿En qué lugar? Edificio de dormitorios. ¿Casualidad? Nada en esta vida es casualidad.
"Yo si podría engañarte, no me importa el amor que te tengo"
Las palabras de Kattia suenan como un eco en mi cabeza y sé que ella puede hacerlo, la conozco demasiado y para lo inteligente que es hay ocasiones en las que ella no razona. Ella lo haría si está muy enojada conmigo, pero ¿Qué hice? Hasta dónde yo sé no he hecho nada que pueda enojarla.
—Dios mío ¿Qué está pasando? — le pregunto. —No entiendo nada — le digo.
No sé cuánto tiempo me quedo viendo la computadora como un idiota, está apagada y yo no le quito los ojos de encima. La puerta se abre y veo a Kattia ingresar, trae el cabello recogido en un moño desordenado.
—Hola CJ — me saluda y se acerca hasta el sillón y yo corro la cara cuando intenta darme un beso. —¿Sucede algo? — me pregunta.
—Siéntate, necesito preguntarte algo — le digo y ella se sienta a mí lado. — Kattia, esto necesito que me lo respondas con toda la sinceridad de tu corazón — le digo y ella asiente con la cabeza mientras arruga la cara. —¿El día que fuiste al cine no fuiste con Malcom? — pregunto y ella abre los ojos impresionada — La verdad Kattia
—No lo hice — me responde, yo trago duro.
—¿Fuiste con Allen? — ella cierra los ojos —Respóndeme por favor — le digo
—Si
—Lo besaste y le pediste guardar el secreto, le pediste una relación en secreto quiero decir — digo y una lágrima se desliza por su mejilla mientras no abre los ojos — Respóndeme — le exijo de nuevo.
—Si — dice
—¿Estabas hoy con él? — ella abre los ojos.
—Jared lo siento — dice y yo me levanto del sillón dejando que la computadora de contra el piso.
—Sólo dime por qué. ¿Lo amas? ¿Es eso? — le pregunto.
—No, claro que no, yo estoy enamorada de ti.
No puedo pensar correctamente.
—¿Enamorada de mí? — digo y me río — No Kattia, no lo estás — le digo.
¿Por qué? ¿Por qué Dios?
—¿Estabas molesta conmigo? — le pregunto —¡Tenías que hablarlo conmigo Kattia! Eso tenías que hacer — digo molesto. —No tenías que meterte con Allen, o con nadie, pero a él, él es cristiano. ¿Tienes una idea de lo mucho que le va a costar recuperase de eso? — le digo furioso —¿No verdad? — digo sintiendo decepción, más de la que puedo contener.
—Jared lo siento — le escucho decir y me giro a verla, tiene el rostro lleno de lágrimas
—No seas tan egoísta, pensaste sólo en ti y en tu rabia hacia mí, no pensante en él, no pensaste en mi Kattia. Deja de ser tan egoísta, tú madre tenía razón — le digo y me encojo de hombros, limpio la lágrima lo más rápido que puedo — En tu mundo sólo importas tú, pero no es así Kattia Blackwell, no es así, hay personas a las que les causarás daño, acabas de hacer adulterar a un hombre, lo hiciste tú. Me mentiste, yo confíe en ti y me mentiste — tomo aire y cierro los ojos — Creí que estabas cambiando Kattia, por un momento creí que este matrimonio te hacía bien...
—Lo hace Jared, en serio lo hace — dice y yo niego con la cabeza.
—Sólo te pido una cosa Kattia, una — digo y ella me ve — Acaba con esto, detente, deja de hacerle daño a ese hombre, deja de hacerte daño a ti, detente... Kat — la veo a los ojos — No hagas más esto por favor — digo
Ella baja la cabeza y yo entro al cuarto de huéspedes, le pongo seguro a la puerta.
¿Dios qué está pasando?