Iris
Me levante de la cama soltando un largo bostezo mire a mi acompañante y solo volví a tirarme a la cama, tenía tanto tiempo sin sentirme así de bien y no sólo lo decía porque el sexo había sido muy bien sino también su compañía me era agradable.
—No quiero trabajar hoy
—me queje mientras me volvía a levantar —pero tengo que trabajar.
Lo escuché reír, el aún se mantenia acostado boca abajo, se giro un poco para verme.
—Tu ritual de la mañana es interesante.
—No suelo ser muy quejumbrosa pero de tan solo recordar que hoy tendré horas extras me entra la flojera.
—Debe ser difícil ser médico.
—Solo a veces, hay casos donde uno tiene que dejar de lado la empatia y decir con dureza lo cruel que es la situación.
—¿Y por qué decisiste convertirte en médico?
—Eso es una buena pregunta. Sabes la respuesta más común es porque queremos salvar y ayudar a los demás.
—¿Y no es así?
—La verdad es que casi siempre es para demostrar algo.
—¿Y que es lo que quieres demostrar?
—Qué se puede lograr lo imposible.
El sonido de su celular captó la atención de ambos, Browen se levantó para tomar su celular miró la pantalla para después comenzar a buscar su ropa para colocarsela, empezando por el pantalón vaya que tiene un lindo trasero.
—Yo también tengo que ir al trabajo.
—Cierto, escuche de mi padre que estarán muy ocupados con el arreglo de una boda.
—Este tipo de eventos vuelve loca a Ana y alguien debe ayudar a tu hermano.
—Buena suerte con ello y por cierto disfrute mucho del cafe—mencioné con un doble sentido el cual el captó pues giro a verme con una sonrisa cuando terminó de vestirse.
—Podemos volver a hacerlo después, prometo llevarte a un lugar nuevo.
—Seguimos hablando del café, ¿verdad?
—Por supuesto, ¿tu no?
Bromeó antes de salir de la habitacion, bueno supongo que esto me daría mejor libertad de moverme por la situación me levante de la cama para ir a tomar una ducha, si pensaba ir con la misma ropa al menos debía ir aseada, si necesita de un cambio nuevo siempre guardaba uno en el casillero de Raquel aún recuerdo su cara de sorpresa cuando lo encontro por primera vez pero al no tener otro lugar donde colocarlo siempre debo ingeniárselas.
Una vez lista me fui directo al hospital, no tenía tiempo para regresar a casa a tomar un desayuno por lo que me conformaría por algo simple de la cafetería, sin mencionar que primero debía registrar mi llegada en la entrada principal y después regresar al área de oncología.
Entre al hospital divisando a todo el equipo del doctor Carmona incluyendo al nombra registrando también su hora de llegada al igual que Gabriel, quien coqueteaba con la chica del almacén.
—¿Es reunión matutina y no me invitaron? Es mas hasta me cambiaron por Gabriel, me siento tan indiganda —lleve mi mano hacia mi pecho fingiendo dolor, salude a la recepcionista quien solo me extendió mi registro.
—Tenias razón sobre la condición de Melody es esclerosis lateral —me informó el doctor Carmona quien no dejaba de mirar varios informes.
—Por supuesto yo...
—Espera un momento—me interrumpió Gabriel quien se acercó tomando un mechón de mi cabello
—. Cabello húmedo con olor a cítrico, crema corporal de la barata y esa sonrisa pilla.
—Gabriel me estas asustando y si sigues así volveré a golpear tu rostro.
—Parece que alguien se divirtió anoche, no me digas que volviste con Zachary.
—¿Que? No, sólo somos amigos.
—¿Y quien fue el afortunado? Sabes ya tenias tantos años de abstinencia que me estabas preocupado.
—Ja, ja, ja, muy gracioso Díaz, pues lamento informarte que no soy una maquina del sexo como tu.
—Pero sin embargo si tuviste diversión anoche.
—No te confirmaré nada y tampoco lo negare.
—Que Dios se apiade de esa alma porque el día que tú hermano se entere lo hará añicos.
—Y empezará contigo—le recordé pero ahora el rio incómodo y sabía muy bien la razón, después de todo la chica con la cual lo había descubierto en el almacén estaba presente
—. Me encantaría seguir aquí hablando sobre mi intimidad sexual para seguir poniendo a todos incómodos pero debo volver al trabajó. Ahí se ven.
Me despedí con un gesto para poder marcharme hacia mí motocicleta para conducir hasta el edificio de oncología. Al entrar la primera persona que divisé fue a Raquel, que me miró con una enorme sonrisa antes de poner un rostro serio.
—Llegas tarde—mencionó y yo mire la hora, solo había llegado dos minutos tarde.
—Tuve que pasar a la recepción principal del hospital para registrar mi llegada y luego volver aqui.
—Segura que fue por ello y no porque te entretuviste anoche.
—¿Que? ¿Enserio? Es tan obvio que... —mire alrededor para acercarme con cautela al observa a los niños que pasaban—acaso ya nadie puede tener sexo con tranquilidad.
—Iris, usas el mismo shampoo desde los cinco años al igual que la misma loción. Además te vi salir con ese chico anoche y doy a advertirte jovencita que no te involucres demasiado con los familiares de tu paciente.
—Ya lo conocía de antes así que no cuenta, además fue algo casual.
—¿Estas segura?
—Totalmente, ese fue el acuerdo.
—Normalmente te reprenderia pero de todos modos haces lo que quieres. Sin mencionar que esto parece ser hereditario, tu hermano solía ser igual a tu padre.
Ya cambiaras cuando encuentres a la persona correcta.
—Alto ahí, ¿mi padre? De Leslie estoy muy consciente, demaciado en realidad pero, ¿mi padre? Él que le canta a las flores todas las mañanas y le encanta jugar con el gato gordo de nuestro vecino, ¿fue un ligon?
—También pasó por sus etapas, aunque era un ligon con clase.
—¿Algo me dice que pasaste por esa lista?
—El pasado no importa, si no el presente, tu madre era y será siempre el amor eterno de tu padre.
—Oh paracetamol y ibupofreno, estuviste enrollada con mi padre en el pasado. Esto si que no me lo esperaba, pudiste ser mi madre Raquel.
—No lo fui y no lo seré, ahora vuelve al trabajo.
Mencionó con un leve sonrojo en su rostro mientras me extendía un par de expediente, yo lleve mi mano hacia mi cabeza mientras hacía el gesto de una explosión, esto me habría tomado con más impacto si no fuese porque ya había notado cierto cercanía en ambos varios años atrás pero aparentemente ninguno de los dos quería hacer nada, vaya que eso era desperdiciar el tiempo.
Sentí como alguien jalo de mi bata gire para observar a la pequeña Cass quien me sonreía.
—Hoy tengo sesión de quimioterapia, ¿bailarinas para mi?
—Como decirle que no a esa bella carita—acune su rostro entre mis manos antes de besar su frente con un sonoro beso.
Aunque me gustaba tener un trato armonioso y simpático con los pacientes sabía que debía tener ciertos límites con ellos y no involucrarme demaciado con ellos puesto que puede causar demaciados sentimientos innecesarios que pueden afectar de manera laboral pero Cass tenía algo que hacía que me inclina demaciado a ella, no sólo era su inocencia de alguna forma me hacía recordar a Ilan de pequeño, me hacía recordarlo lo lindo y adorable que era, me hacía querer volver al pasado para arreglarlo todo.
Cante siguiendo la letra de la canción mientras bailaba al ritmo ochentero de la música, aunque de niña no era muy fanática a este tipo de estilo musical le agarre un gran gusto gracias al matrimonio Coxx, la mayor parte de mi tiempo siempre fue junto a Dominic y su familia los cuales siempre bailaba con este estilo de música y no voy a negar que es bastante pegajoso.
—Vamos Iris, vamos Iris
—me animaron todos los de la sala mientras bailaba dando una vuelta, me detuve al observar en la puerta al doctor Carmona, realmente este tipo tiene que verme en este tipo de situaciones, me acerque para cerrar la puerta y continuar bailando.
—Doctora Shuster—dijo casi en un grito el doctor Carmona mientras volvía a abrir la puerta —Esta área debe ser tranquila no un espectáculo ochentero.
La canción volvió a cambiar dejando la tonada de Gloria Gaynor, mire al doctor Carmona indicándole con un gesto que se acercara pero él solo hizo su típica mueca, me acerque a él sin perder el ritmo de mis caderas que más daba si bailaba con él ya me había visto hacer el ridículo muchas veces, lo tomé entre mis brazos haciéndolo girar.
—Baila conmigo—le pedí pero el solo tomó mis manos para quitarlas de su alrededor, tomó mi celular y apago la música.
—Necesitamos hablar.
Me dio la espalda y yo fingi nalguearlo provocando varias risas a los presentes quienes guardaron silencio cuando él giro a verme nuevamente, lo seguí en silencio tratando de contener la gracia. Antes de salir al pasillo cerre la puerta detrás de mi, lo mire para ver como me extendía una invitación de boda.
—¿Me esta invitando a una cita? —pregunté confundida.
—Esta invitación de boda venía con una tarjeta de afirmación la cual ya fue enviada pero lo curioso es que yo no la envié.
—¿Y yo que culpa tengo en todo esto?
—Esta invitación solo paso a manos de tres personas y de entre ellas esta usted.
—Vamos a aclarar yo jamás me entrometeria en su extraña relación con la rubia, es cierto que hice aquello en el pasillo pero yo solo quería informarle lo que su gato había hecho y nada más, además le devolví la invitación, ¿en que momento pude haber hecho tal maldad?
—Escuche doctora Shuster...
—No,escucheme usted a mi, no puede culparme de todo, ¿realmente esta seguro que la invitación no pudo haberse perdido en algún otro lugar y que alguien la enviara por equivocación?
—No, la invitacion solo...
—el doctor Carmona guardo silencio como si estuviese recordando algo para después mirarme nuevamente
—Tu padre debió haberla enviado por equivocación.
—¿Que? ¿Ahora culpara a mi padre?
—Ese día yo me quede un momento a conversar con tu padre y deje la invitación en la mesa, debí haber olvidado la tarjeta de confirmación y tu padre debió haber pensado que era tuya y la envío.
Pensaba decirle que eso era imposible pero entonces recordé que durante medio partió él me llamó diciendo que si tenía correo para enviar a lo cual dije que si debido a que tendía que enviar algunas cartas a la abuela. Mire al doctor Carmona y quise reírme en su cara por su mala suerte pero aún no tenía ese nivel de confianza con él.
—Una verdadera pena tu caso—mencioné dando la media vuelta para marcharme pero él me detuvo—¿Que sucede?
—Mi madre no deja de molestar sobre la chica de la cual Charlotte no deja de mencionar sin parar.
—¿Y yo que culpa tengo que Charlotte se haya obsesionado conmigo?
—Tu fuiste quien creó el mal entendido.
—Lleva a alguien más a esa boda.
—No puedo llevar a alguien a esa boda, mi madre especifico que llevara la chica que me adentro a su departamento frente a los ojos de Charlotte.
— Bueno parece que será una boda interesante, y dime, ¿dejo ir en vestido de día o de noche?
Le pregunté al percatarme de su preocupación era como si fuese a explotar de estrés en cualquier momento, me miró con cierta amargura y es que podía notar que no estaba del todo feliz por cómo se había tornado la situación, soltó un largo suspiro mientras sonaba su cien.
—La boda es a las cuatro y espero que te comportes.
—¿Cuando e sido una grosera? Espera, no me contestes—dije al ver su mirada con recriminación.
—Es una boda de alta sofisticacion, solo no vayas a causar problemas.
—Creeme que voy a sorprenderte.
Le asegure mientras le guiñaba el ojos, el simple hecho de ver su rostro pálido podía deducir a ciencia cierta que esto no era para nada de su agrado, creo que le preocupaba más el hecho de que yo asistiera a la boda que la situación en sí,creo que sería una buena situación para hacerlo tragarse sus palabras.
Saque mi celular para marcar el número de Scsrlett.
—¿Que hay de nuevo florecilla?
—Necesito tu ayuda para un vestido.
—Esto si que suena muy comprometedor, y dime, ¿que impresión quieres ocasionar?
—Todas las posibles. Será una boda de la alta sociedad.
—Suena a que te divertiras.
—Claro que lo haré, seráa sensación de la fiesta.
—Esa es mi florecilla, tengo el atuendo perfecto para ti.
Ya verá ese doctor que puedo ser todo un espectáculo y al mismo tiempo nada.
Capítulo dedicado a:
JC_Rivers