❝ Swindler ❞ || Michaeng [G!P...

Par _xYoungOnce

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❝ Myoui Mina y su novio, Mark Tuan, tienen una vida casi normal; y digo casi porque la mayoría de las veces s... Plus

Preludio; 종말의 시작
Capítulo 1; 겨횐
Capítulo 2; 만난
Capítulo 3; 저음으로
Capítulo 4; 나랑
Capítulo 5; 제주 pt.1
Capítulo 6; 제주 pt.2
Capítulo 7; 젓사랑
Capítulo 8; 솜는장수
Capítulo 9; 아니
Capítulo 10; 여자
Capítulo 12; 과거의
Capítulo 13; 나는
Capítulo 14; 두개의 아트
Capítulo 15; 너는 너거야
Capítulo 16; 벡치?
Capítulo 17; 탈줄
Capítulo 18; 온명 (Final)

Capítulo 11; 너마을의 마크

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Par _xYoungOnce

Agosto, miércoles 31

— ¿Podrías firmar? — preguntó el señor que dejó un paquete de envío a su puerta.

Era un ramo muy lindo, con rosas de color blanco y otras, color rosa. Él firmó para que el señor se retirara, luego, cerró la puerta. El ramo tenía un hilo y a su extremo una tarjeta; Mark la inspeccionó y lo primero que leyó decía:"de Chaeyoung para Mina"

Sintió algo de rabia y un poco de paranoia, ¿Rosas, en serio? ¡Esa tipa era una idiota!

Mark, enfurecido, sacó su celular y llamó a Mina

— ¿Qué sucede Mark? estoy ocupada —contestó Mina mientras aun tecleaba en la computadora, toda su atención estaba en la pantalla que tenía al frente.

— La idiota te acaba de enviar un ramo de rosas. ¡Eres una tonta Mina! ¡¿Por qué le diste la dirección de nuestro apartamento?! — Mina parpadeó y sus dedos dejaron de tocar el teclado.

— ¿Qué? ¡No! ¡yo no le he dado la dirección!

— ¿Ah no? ¡Entonces explica cómo llegaron estás malditas rosas! ¡Seguro le dijiste cuando estabas borracha!

— ¡Yo no le dí la dirección! Y aunque estaba borracha, recuerdo las cosas que hablamos en aquel lugar — se defendió Mina. No le gustaba cuando Mark se ponía de esa manera.

— Entonces... ¿Cómo explicas que la idiota enviara algo a nuestro apartamento? ¡¿Ah?! —la voz demandante de Mark resonó en sus tímpanos.

— Deja de llamarla "idiota" — pidió Mina cansada de que su novio se dirigiera a la coreana de manera grosera.

Mark tomó una bocanada de aire tratando de tener paciencia. Le pareció que Mina no se lo estaba tomando en serio, ¿acaso no se daba cuenta de la gravedad de todo esto?

— ¡No lo haré! ¿Y explícame cómo supo la dirección? — exigió.

— No lo sé, Mark. Tal vez lo investigó por su cuenta o algo. Déjame llamarla.

— ¿Entiendes que esto es malo? ¿verdad? Porque si ella viene aquí, me va a ver.

— ¿Y qué? Lo único que podría encontrar es que, al igual que ella, también tengo pareja. La diferencia es que ella está casada, yo no —suspiró frustrada —. Escucha Mark, no te alarmes, ¿está bien? Chaeyoung no va a inspeccionar el apartamento, además no es como que tengamos droga.

— Pero, aun así — dijo él calmado y despacio—. Llevas alrededor de dos meses en esto, y precisamente porque ella está casada necesitas apresurarte. Su esposo no puede verte. Sólo falta la contraseña de su tarjeta y habrás terminado.

Mina colgó el teléfono, colocó sus codos en el escritorio y se frotó la cien, debía mantener la compostura. Escuchar que Mark hablara del esposo de Chaeyoung le molestaba mucho, aún no quería entender por qué eso le fastidiaba tanto.

Respiró hondo y lento para calmarse, ¿exactamente cómo Chaeyoung sabía dónde vivía?. Por lo general, siempre trata de que sus conversaciones no impliquen cosas de su vida personal.

Con calma marcó el número de Chaeyoung, cerró los ojos mientras escuchó el timbre de espera y cuando contestó, oyó su voz.

— ¡Mina! ¡Qué sorpresa! ¿Estás bien? —habló la coreana con su melodiosa voz, la cual se escuchó un poco más grave de lo que sonaba en persona, causando que Mina se estremeciera—. Casi nunca me llamas entre semana.

— Sí, estoy bien — toda la preocupación y el enojo que Mina tenía, se desvaneció al escuchar la agradable voz de Chaeyoung—. ¿Y tú Chaeng, estás bien?

— Lo estoy, pero ahora que hablo contigo me siento... un poco mejor — Mina apreció el tono juguetón de la baja, seguido de una risa coqueta y corta. Sin darse cuenta, Mina estaba sonriendo como tonta.

Y aunque no podía verla, al otro lado de la línea, Chaeyoung también estaba sonriendo, feliz porque la chica que quería le había llamado.

— Mmmm, en realidad... yo quería hacerte una pregunta.

— Oh... Adelante.

— Bueno... — se rascó el cuello. Normalmente las excusas le sobraban, no se trataba al hablar, pero últimamente cuando se trataba de la coreana, su corazón se aceleraba y sus nervios aumentaban—, uno de mis vecinos me dijo que llegó un paquete a mi casa; me preguntaba cómo supiste mi dirección.

Chaeyoung maldijo por lo bajo.

— Se supone que el ramo llegaría más tarde, cuando tú estuvieras en casa. Voy a joder a ese tipo por no seguir mis órdenes —hubo un breve silencio, a través del celular Mina escuchó papeles moverse sobre una mesa. En unos segundos la menor siguió hablando—. Investigué un poco sobre ti — afirmó—. Espero que no te asustes. Prometo que fue con una buena intención, Mina.

— Te creo — fue sincera. Sonrió sin poder evitarlo.

— De verdad te digo, Mina, voy muy en serio contigo. Voy a conquistarte y no te dejaré ir tan fácil.

En realidad, Chaeng... Ya lo estás haciendo...

— Lo sé Chae, me lo has dicho antes — su voz ahora estaba algo apenada, casi cohibida.

En su mente habitaba el miedo.

Miedo porque con escuchar la voz de la menor, tenía unas ganas inmensas de verla.

Por otro lado, también estaba lo que Mark podría decir; él últimamente había estado un poco molesto, y tenía razón, Mina sólo se juntaba con Chaeyoung sin intención de avanzar con el maldito plan. Por supuesto que Mark no sabía eso, Mina le decía que aún no podía averiguar la clave de Chaeyoung.

Eliminó cualquier pensamiento de temor y en una manifestación de avidez preguntó—: ¿Puedo ir hoy a tu casa? Sino está tu esposo, claro... — Mina se mordió el labio y agachó la mirada, había momentos donde olvidaba la verdadera situación de ambas.

— Él está de viaje ¿Recuerdas? Si vienes, sabes que no tengo problema. Me gusta tu compañía.

— Gracias... —sintió ganas de bromear—. Mi compañía es lujosa y la fundé hace una semana, está en un edificio grande y trata sobre-

— Tonta —le interrumpió Chaeyoung y comenzó a reír al igual que Mina. Cuando la risa terminó, la menor se aclaró la garganta—. ¿Te espero más tarde o quieres que pase por ti?

— Yo puedo llegar Chaeng, no te canses más de la cuenta.

Mucho tiempo después de esa fiesta, su padre descubrió el vestido de Mina, el regalo más valioso que le habían dado.

En un momento el señor Myoui pensó que podría venderlo ya que se veía costoso y así poder conseguir algo de dinero para gastarlo en alcohol. Y lo habría hecho, de no ser porque su esposa se lo impidió. No lo vendería, pero a cambio le dió un buen par de golpes a su mujer por contradecirlo.

Cuando su hija llegó a casa, escuchó los sollozos de su madre y entró a su cuarto rápidamente. Vió el vestido que le había regalado Mark en su cama. Ella no había dejado eso ahí y sintió temor al ver a su padre con esa expresión en el rostro, sólo había furia.

— ¿Qué pasó?

— ¿De dónde sacaste este vestido? —gritó—. Es caro.

— Ah y-yo...— las palabras no le salían, estaba asustada por la ira de su padre, y más ahora que estaba borracho; cuando tenía alcohol en la sangre se asemejaba a un salvaje. Su madre entre sollozos suplicó a su esposo que no le hiciera daño.

— ¿Cómo lo conseguiste? — gritó exigiendo una respuesta de parte de su unigénita.

— Fue un regalo — dijo la verdad y agachó la cabeza.

— ¿Un regalo de quién? ¿Tienes novio? ¿Andas de zorra con un hombre? Porque eres muy joven para eso.

— ¡No! Yo n-no —sintió su mejilla caliente cuando su mente asimiló que su padre le había dado una bofetada.

Ella lo miró con ojos asustados.

— ¡Eres una puta!

— Pero yo no he hecho nada.

— ¿Me estás contradiciendo igual que tu madre? — él levantó la mano y su hija retrocedió un par de pasos.— No sabía que también eras mentirosa. Ya no estás estudiando ¿Cierto? ¿Qué hacías afuera? —interrogó. Su voz amenazante estaba acompañada con algo de calma, lo cual, era sumamente extraño.

En realidad, sólo había salido a caminar.

No tenía amigos con los cuales salir, bueno, Mark y ella eran más cercanos de lo usual, pero ese día en particular él no estaba contestando sus mensajes.

— Lo sabía —siguió hablando su padre—. Eres una puta. ¡Lárgate de aquí! no estás aportando nada a la casa, sólo me estás haciendo gastar mi dinero.

— Pero papá... Yo he tratado de conseguir trabajo y no encue-

— Me importa una mierda. Voy a vender esto —fue a una gaveta del armario de su hija, saco y alzó la joyería que Mark le había regalado.

— ¡No puedes hacerlo! ¡Fue un regalo! ¡Es mío! — reclamó al borde de las lágrimas.

— ¿Ves cómo no quieres compartir, Mina? Eres una malagradecida, después de todo lo que te he dado.

— ¡Tu no me has dado nada! —objetó furiosa—. Todo lo que he logrado es gracias a la tía YoonMi

— No menciones a esa zorra. ¡lárgate ahora si no quieres que te pegue! —la cara de su padre se había puesto roja de la cólera, tomó un sorbo de su botella—. Nunca quiero volver a verte.

— ¡Bien! —aceptó ella enfurecida. Se fue a empacar sus cosas, no tenía mucho, apenas algo de ropa y el vestido que Mark le regaló, pues su padre se quedó con lo demás; también tomó algún que otro objeto personal y salió.

Escuchaba los lamentos de su madre, rogándole que no se fuera y luego escuchó una nueva pelea entre sus padres. Una injusta, pues su madre siempre terminaba perdiendo. Lo único que le dolía de irse, era dejar a su madre ahí sola con ese hombre que se hacía llamar esposo y padre.

— Mark ¿Has visto mi tarjeta de crédito?

— Sí. Yo la tengo. La usé para comprar un vestido.

Su padre hizo una mueca sin entender por qué su hijo había comprado un vestido.

— ¿Tienes una novia? —preguntó lo primero que se cruzó por su cabeza.

— No —respondió sin importancia—. Aún no.

— Ya... ¿me la das? — Mark se levantó del sofá donde se encontraba echado, caminó hacia su padre y le devolvió la tarjeta.

No tenía la mejor relación con él. Su padre era bueno, pero no le gustaba que le fuera infiel a su madre. Parecía que con el tiempo su familia se separaba un poco más, cada año lo veía menos, pues su padre, solía pasar más tiempo con su amante.

Un día su padre se fue de casa, dejándolos solos a su madre y él. Su padre sólo esperó hasta que cumpliera los 18 años. Y justo antes de marcharse le dijo: "ahora puedes trabajar y cuidarte solo, tu madre no te abandonará. Puedes buscarme cuando lo necesites, te estaré enviando algo de dinero para que te ayudes, lo prometo".

En su momento creyó en las palabras de su padre...

El día que su padre se fue, en la madrugada, cerca de las 2am recibió una llamada de Mina, una más del montón que había recibido.

No quería contestar por lo que le había sucedido en la mañana con su padre, además, tenía que consolar a su madre que no paraba de llorar. Pero viendo la cantidad de llamadas, decidió contestar.

— ¿Qué pasó?

— Mark... —ella trató de hablar normal, pero la tristeza en su voz no se podía ocultar—. Me pasó algo horrible... Necesito tu ayuda, no tengo a nadie más quién pueda llamar.

— ¿Qué sucede?

Mina le explicó que su padre la había echado de casa por una estupidez. Qué su tía podía ayudarla, pero no podía venir inmediatamente porque estaba en el extranjero, y necesitaba al menos un lugar donde dormir un par de días.

A pesar de la hora, Mark corrió hacia donde Mina le había dicho que se encontraba, llegó a la estación de tren casi dos horas después y la vió sentada en una banca llorando y muerta de frío.

Era cuatro de septiembre y el clima empezaba a enfriarse.

Mark caminó hasta la banca y se sentó junto a ella.

— ¿Tú también tuviste un mal día? ¿eh? — le dijo Mark tranquilo, pero con un claro desánimo.

— ¿Qué te pasó? — le preguntó ella al escuchar las palabras del pelinegro.

— Mi padre se fue de la casa — no estaba llorando, pero su mirada seguía perdida—. Parece que olvidó que hoy era mi cumpleaños.. O tal vez su regalo hacia mí era...¿lrse? Vaya regalo.. — ironizó.

— ¿Se fue con su amante? — preguntó Mina cuidadosamente y Mark asintió—. Lo siento mucho.

— No te disculpes, tu padre también hizo algo horrible hoy. Y tú... no te mereces eso— el pelinegro la rodeó con un brazo y la atrajo hacía él, abrazándola— . Vamos a mi casa, a mi madre no le molestará tenerte ahí.

— Será poco tiempo... Lo prometo.

Con el tiempo, él se dio cuenta que las palabras de su padre fueron una mentira. Al principio le enviaba algo de dinero para ayudarse, luego desapareció. Por otro lado, su madre estuvo deprimida cuando su esposo la dejó, trató de trabajar como lo hizo toda su vida, pero el divorcio la arruinó.

Mark pensó que era injusto porque también tuvo que lidiar con los comentarios de una sociedad atrasada. Criticaron a su padre y criticaron sin compasión a su madre, aunque era su padre el que tuvo la culpa, su familia y vecinos todos hablaron cuando no los habían llamado.

Tratando de ignorar sus asuntos familiares, ahora Mina era su novia y cuando pasaba tiempo con ella podía sonreír al igual que la nipona.

Sin embargo, las cosas se pusieron difíciles. Ya no tenía ayuda de su padre, tampoco encontraba trabajo, había mucha competencia ahí afuera y, Mina y él sólo eran dos jovencitos que habían terminado el colegio. Sin más estudios de nada. Ambos tenían el deseo de ir a la universidad, pero... simplemente era muy costoso.

Un día hablando sobre qué diablos harían, Mark hizo un comentario sobre ¿Qué pasaría si las personas en el mundo que tienen dinero ayudaran a los pobres?

Y no se refería a ellos, sino a los niños que morían de hambre en otros países, pues vio un anuncio sobre ello.

Mina tuvo una idea, una un poco descabellada, pero una idea al fin y al cabo. Mark se río de lo absurdo que era.

— ¿Y si nos descubren? Terminaremos en prisión, ¡yo no quiero terminar en prisión, Mina!

— Por eso... Debe ser algo sencillo, algo que podamos realizar sin ser expertos o una cosa de esas.

Esa noche no durmió pensando que podrían hacer porque se estaban quedando en la miseria. Investigó un poco y cuando por fin tuvo listo el plan, se lo contó a Mark, era el único que podía ayudarla.

— ¿Estás loca? Mina eso es... como prostitución. No me gusta. Debe haber otra forma.

— No, escucha. Es sencillo, sólo debemos tener tres cosas, el número de tarjeta, la contraseña y tal vez algunas fotos para defendernos si planean hacer algo.

— No te entiendo... ¿y a quién se supone que le haremos eso? Si es gente con dinero probablemente acabemos muertos. Te lo dije una vez y lo volveré a repetir; el dinero da poder.

— Exacto, tiene que haber una condición sobre las personas que vayamos a engañar. Las personas con dinero tienen algo igual de importante... Y eso es su estatus social, lo que la sociedad piense de ellos lo es todo al igual que su dinero. Y para que tengan eso, tienen que ser mujeres u hombres casados, mejor si tienen hijos.

— ¿A qué quieres llegar con esto?

— Bueno — Mina siguió explicando—. En la sociedad el divorcio es mal visto y más si es por infidelidad, como le pasó a tu padre. Ningún hombre o mujer con una buena posición social quiere que sus errores salgan a la luz, tiene mucho que perder. Además, tampoco es que los dejaremos en la quiebra, sólo tomaremos un poco del montón de dinero que tienen. Las fotos serían para amenazar si sospechan que fuimos nosotros. Pero no lo creo.

— Es arriesgado ¿Crees que funcione? — Mark consideró el plan.

— No tengas miedo, puedes hacerlo. No te descubrirán porque no lo haremos de inmediato. Tú sólo vas a fingir una relación a escondidas, eres atractivo, guapo y joven, no se negarán. No pedirás dinero. Recolectarás la información que necesito. Dejas de ver al tipo o tipa y terminas con todo, dejándolo en el olvido. Dos o tres meses después yo haré la magia.

— ¿Qué cocinarás esta vez? — preguntó Chaeyoung abrazando por la cintura a Mina mientras se preparaba para cocinar la cena.

Cada vez que Mina cocinaba para ella, de verdad lo agradecía al igual que su estómago.

— Ahh, no tienes todo lo que necesito — se quejó— . Iré a comprar las cosas que faltan.

— Voy contigo — avisó la coreana yendo a tomar un abrigo más rápido que la luz, abrió la puerta y esperó a que Mina viniera con ella para ir a comprar juntas.

Cuando llegaron al supermercado, caminando hombro a hombro, con sus manos entrelazadas ocultas en el bolsillo del gran abrigo de Chaeyoung, esta se detuvo y dejó de contar una anécdota que le había sucedido.

Mina miró atentamente con una sonrisa para preguntar si había pasado algo, pero inmediatamente notó que Chaeyoung miraba unos cajeros y caminó hacia ellos, inevitablemente, con su agarre, la obligó a caminar junto a ella.

La sonrisa del rostro de Mina se borró y observó con disimulada preocupación como la menor sacaba su billetera con intención de sacar su tarjeta para obtener algo de efectivo.

La clave era lo único que le faltaba y estaba sorprendida de ver que Chaeyoung la había dejado estar a su lado cuando digitó los cuatro números.

7 4 3 5

Ahí estaban los números que le darían muchos más a cambio, pero...¿realmente quería hacerlo? ¿realmente quería dañar a Chaeyoung?

No.

— Listo — dijo la baja, alegre cuando sacó el dinero—, hay una señora por aquí, en esta calle, que vende unos deliciosos panes de avena. Suelo comprarlos cuando vengo al supermercado — explicó Chaeyoung sumamente ansiosa por compartir algo que siempre hacía en soledad. Esperaba que la joven pelinegra gustara y saboreara esos deliciosos panes mientras compartían un poco de esa fría noche juntas. Compartiendo tiempo y compañía bajo las estrellas imperceptibles por las luces de la ciudad.

A pesar que lo que la coreana dijo no fue mucho, Mina supo lo que Chaeyoung pretendía, era algo completamente inocente y dulce, muy simple también. Cualquier rastro de malicia podía sumergirse en las dulces intenciones de la menor y convertirse en algo nuevo y puro.

Por otro lado, Mina tenía a su disposición un acto de maldad a costa de una buena intención, por supuesto que, por donde mirara era injusto. No quería ser así... pronto debería tomar una decisión.

— ¿Por qué eres así? — susurró Mina y Chaeyoung se puso frente a ella, cara a cara, inspeccionando sus expresiones con una pequeña sonrisa y ojos juguetones. Mina continúo hablando—. Eres tan dulce que parece mentira, nunca había conocido a alguien como tú y a pesar de todo... yo... no te merezco Chaeyoung.

Dijo lo que sentía... así de sencillo.

— No digas eso — negó la coreana con su cabeza y colocó sus manos en los hombros de Mina. Esta se tensó, su respiración comenzaba a acelerarse—. Tú también eres dulce, a tu manera lo eres. Vas a cocinar para mí, me haces compañía... eso vale mucho, más que ninguna otra cosa. Incluso las palabras que acabas de decir tienen significado y espero, Mina, que seas consciente de lo que tus palabras implican — ahora llevó sus manos a ambas mejillas de la mayor, teniendo su rostro entre sus manos—. Yo sé que sientes algo por mí, aunque lo niegues o no lo digas, para mí eso te hace muy tierna, ¿lo sabías?

— No, no lo soy, no sabes lo qu-

— ¿Ah no? — le interrumpió Chaeyoung con un tono de voz potente y juguetón—. ¿Entonces por qué te sonrojas cada vez que toco? Ahora mismo estas sonrojada Mina, si pudieras ver tu rostro...— sonrió de manera sexy.

— ¡Ya basta, Chaeyoung! — Mina desvió su mirada hacia las demás personas que caminaban con prisa por la calle.

— Voy a darte un beso — le informó Chaeyoung y Mina abrió los ojos, estaban en la calle ¿qué diría la gente?. Podía quitar las perfectas manos de la coreana y seguir con las compras, pero... una parte de ella no quería hacerlo, no quería que eso terminara.

— No puedes hacerlo aquí... hay mucha gente — trató de excusar.

— No me importa, ya no me importa — Chaeyoung acercó su rostro a la mayor, sintiendo su cálido aliento rosar contra sus labios. Le parecía algo gracioso porque, a pesar de que Mina "no quería", no hacia nada por impedirlo, sólo cerró los ojos esperando un casto beso que Chaeyoung le dió gustosa.

Apenas unos segundos fueron los que saboreó esos dulces labios de linda forma, para luego separarse y sonreírle burlonamente

— ¿Lo ves?... nadie nos ha dicho nada — tomó la mano de Mina nuevamente para continuar con lo que tenían planeado.

Mark Tuan
Aún no has llegado a
casa, supongo que
pensaste en lo que te
dije y decidiste ir con
Son para sacar la
contraseña de su
tarjeta. Mucha suerte.
10:00pm

Mark Tuan
Te amo
10:01pm

Myoui Mina
No pude conseguirla.
Buenas noches.
10:34pm

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