El reloj marcaba las 11:00 de la noche, Sana estaba en crisis.
Dahyun tenía turno en la mañana, esta segura de ello, y aunque se hubiera equivocado ya llegaba media hora tarde.
Miedos comenzaron a llenarla, quizás le había pasado algo y ella ni enterada, o quizás la estaba engañando, o quizás la abandonó.
No contestaba sus mensajes ni llamadas, llamó al trabajo y le dijeron que ya se había ido hace mucho, tomó su chaqueta y fue a paso rápido a la puerta, pero esta última se abrió por sí sola dejando ver a una sonriente Dahyun.
Lo primero que quería hacer Sana era abrazarla, se había asustado, pero luego el enojo se fue apoderando de ella haciendola sentir estúpida por preocuparse. Dahyun estaba sonriente y pasó por su lado directo a la habitación, casi sin siquiera reparar en su presencia.
La siguió, le pediría explicaciones.
-¿Dónde estabas? Te estuve llamando
-En el trabajo, mi turno era de tarde, mi celular se descargó
-Llamé a tu trabajo y dijeron que no estabas allí
Ahora sí Dahyun no sabía qué decir ¿Por qué no estaba Momo ahí susurrandole suave en el oido una excusa? Volteó a ver a su novia.
-Fui al centro comercial, quería comprarme algo para distraerme y terminé sin encontrar nada, pasé a comer por ahí también con una amiga
-¿Amiga? ¿Centro comercial? ¿Quién es esa tipa?
-Deberías estar feliz de saber que tengo una amiga
Con su relación se habían aislado de todos, familia, amigos y conocidos, nadie quería presenciar cuando eso estallara, más aún cuando las ciegas chicas insistían en seguir.
La discución terminó y Dahyun se fue a duchar, vio algunas marcas en su piel que le recordaron a Momo haciendola sonreir al instante.
Sana estaba molesta aún, lo malo de esto sería su forma de tratar a su novia y al mundo en general. Sana molesta era un infierno para todos quienes la rodearan.