Entramos y el cuarto estaba oscuro. Christopher cerró la puerta – ¿Que pretendes hacer Christopher? – Susurré algo desconcertada ya que no veía nada, él no respondió pero sentí su mano en mi cintura, esto me hizo dar pasos hacia atrás, hasta sentir su cuerpo detrás del mío. Con una de sus manos, puso mi cabello en mi hombro derecho, dejando la parte izquierda de mi cuello desnuda, comenzó a dar pequeños besos, haciéndome arquear un poco.
– Christopher, aquí no – Susurré jadeante, este gruño.
– Me encanta cuando haces esa voz – Su respiración se dificultaba, sus manos volvieron a mi cintura, pegando mi trasero a su miembro. Era increíble como este hombre podía volverme loca con solo unas caricias y unos cuantos besos.
– Christopher – Volví a repetir.
– Esto no hace daño, bonita – Me susurró, sus manos vagaron por todo mi vientre, estas levantaron mi blusa un poco, y sin desabrochar mi pantalón, metió su mano dentro de mi pantalón y luego dentro de la fina tela de mis bragas. Gemí en un susurro. Ya que no podía tomarme la gran libertad de gritar como yo quería, por que estábamos en el cuarto de limpieza de la escuela.
– Me encanta que esté tan liso – Volvió a susurrarme, eché mi cabeza hacia atrás, y me estremecí al sentir dos de sus dedos tocar mi feminidad muy apenas.
– ¡Oh! – Jadeé – ¡Oh, Christopher!
Dio pequeños golpecitos en mi feminidad, y luego besó mi cuello. Froté mi trasero, contra su miembro, haciendo que gruñera.
– No, no hagas eso preciosa.
– Oh – Jadeé una vez más. Él siguió dando golpecitos, haciéndome arquear de nuevo. Sacó su mano y me giro bruscamente, haciéndome quedar frente a él.
Me besó, masajeando mi trasero, mordí su labio inferior – Chris... Christopher para... – Le dije separándome de él con la respiración agitada.
– Aquí no, mejor luego ¿Si? Corremos mucho riesgo y... – ¡Me salvó la campana! Christopher gruñó, haciéndome reír por la bajo. Besé sus labios tiernamente.
– Me debes una – Dijo gruñendo, le besé la mejilla y me dispuse a salir, no sin antes decirle.
– Deberías lavarte esos dedos – Le sonreí y el carcajeo.
*
– No doy más – Le susurré a Dany, mientras ocultaba mi cara en mis manos. La clase de Historia, las más aburrida de todas las clases. A duras penas conocía del presente ¡Y querían que conociera del pasado!.
– Este es un anuncio muy importante, así que por favor señorita Brooks, levante su vista – Levanté mi cara y me encontré con la mirada del profesor y con la del resto del grupo.
– Lo siento – Murmuré.
Justo cuando comenzó a hablar, sonó el timbre.
– ¡Al fin! – Grité, haciendo que unos me miraran y otros rieran. Todos comenzaron a salir como locos, mientras Dany y yo nos quedábamos al último. Incluso el profesor se había ido. Miré a todos lados, y antes de tomar mi mochila, me subí arriba del escritorio.
– ¡Oh si! ¡Ajá! ¡Soy _____ y soy sexy, sexy, sexy! ¡Ajá, ajá! – Comencé a cantar, mientras bailaba sin sentido algun. Dany soltó una carcajada.
– ¡Estás loca! – Dijo, y se subió al escritorio conmigo – Pero así te amo y así te acompañare siempre – Reímos y comenzamos a saltar arriba de las bancas.
Luego de unos minutos de baile y estupideces junto a mi mejor amiga, escuchamos unas risas, nos giramos y vimos a Christopher y Zabdiel, quienes nos estaban grabando.
– ¿Que hacen ahí parados? – Les pregunté, moría de la pena, Christopher ladeó su cabeza.
– Observándolas – Me contestó, mientras volvían a reír, de un salto bajé de el escritorio, y lo mismo hizo Dany.
– Tontos – Les dije, riendo.
– Bailan muy bien, chicas – Dijo Zabdiel, caminando hacia Dany y quitándole su mochila.
– Gracias – Dijo Dany, enternecida con el gesto.
– ¡Christopher! ¿Porque Zabdiel es tierno y tú no? – Le dije haciendo un puchero, Zabdiel río con ganas y Christopher se acercó a mi, formando un pico con sus labios.
– Pero si a mi me sobra lo tierno – Dijo tomándome de la cintura, besándome la mejilla.
– Si claro – Dije sarcástica.
– ¡Vamos a comer! – Dijo Zabdiel.
– ¡Si! Hace tanto que no salíamos los cuatro juntos – Dijo Dany.
– Por mi esta bien ¿Tu que dices mi amor? – Me preguntó Christopher, lo miré sonriente y asentí.
*
La tarde junto a Dany, Zabdiel y Christopher había sido maravillosa. Se pasó entre risas, juegos, cariños y besos. Hace tanto que no me divertía con los chicos así. En fin eran las 8:30 de la noche, y estaba buscando entre mi ropa, algo que ponerme para la cena de hoy. No tenía muchas ganas de ir, pero ya que era la primera vez en todo el mes, que salía con mis padres, tenia que ir presentable.
Me vestí. Dejé mi cabello suelto en ondas, sonríe al ver que ahora estaba mas largo, suspiré y mi celular comenzó a sonar. Caminé hasta el buró y lo tomé. Sonreí al ver que era él.
– ¿Hola? – Contesté.
– ¿Como esta la persona mas hermosa del mundo?
– Christopher – Dije enternecida.
– Guapa, supongo que Dany te mencionó que iremos a Hot, hoy ¿No?
– Bueno si me dijo que irían, pero no me dijo que tú iras.
– Pues si, si iré ¿Iras? – Preguntó y yo suspiré.
– Que más quisiera, Chris. Pero mis padres me han invitado a una cena familiar y no puedo negarme.
– Joder, nena no me hagas esto.
– Christopher, debo ir.
– Mierda, cariño, ¿Pero porque ahora? ¿No puedes cancelarle a tus padres? – Su voz ahora se escuchaba seria.
– No, y no les cancelare sólo por un capricho tuyo.
– ¿Y desde cuando tus padres son importantes para ti? ¿O tu para ellos? – De acuerdo, eso fue el colmo. ¿Como se atrevía a decirme eso?. No respondí. – _____, _____ yo...
– Vete a la mierda, Christopher – Colgué. Mis lagrimas comenzaron a asomarse por mis ojos. Sentía un nudo en la garganta, no me gustaba pelear con Chris, pero tampoco me había gustado que dijera eso, que no soy importante para mis padres. Lo cual quizás, si era verdad.
– _____, ¿Cariño? ¿Estás lista? – Escuché la voz de mi padre. El gran Germain Brooks.
– Si, papa – Abrí la puerta y él sonrió.
– Ya es hora, me siento tan orgulloso de tener una iba tan hermosa, inteligente y deslumbrante – Sonreí – ¿Nos vamos princesa? – Dijo y asentí.
Christopher's POV
– ¡Ya los vi! – Dijo Zabdiel sonriendo.
– ¿Donde? – Preguntó Dany.
– Ahí, mira es la del vestido rojo. Oye no se ve tan mal – Dijo picaron, Dany y yo lo fulminamos con la mirada y él levantó los brazos.
– Es que en serio se ve bien – Agregó.
– ¿Entraras tú? – Me pregunto Zabdiel, y lo pensé unos segundos.
Nos encontrábamos afuera del restaurante donde _____ y su familia estaban cenando. Habíamos cancelado lo de Hot, ya que yo y mi estupidez la habíamos cagado. Y bien feo. Nunca debí haberle dicho eso a _____. Me sentía un completo imbécil, ¿Que mas quería? Yo solo, la quería para mi. Que fuera mía y de nadie más.
– Yo creo que si – Dije suspirando – Deséenme suerte.
– Suerte – Dijeron al unísono, suspiré y bajé del auto.
Crucé la calle, y observe a través del cristal, estaban sentados en una mesa grande. Estaban los padres de ______ y otra pareja, un chico y.. ¡_____! Ellos se miraban sonrientes, y platicaban cómodamente. El le daba caricias en el hombro, mientras ella sonreía. Esa sonrisa, que sólo me pertenecía a mi. Esa mujer me pertenecía a mi. Pero parecía disfrutar de la compañía de aquel chico. Ganas no me faltaban de entrar y partirle la cara al chico, pero me tuve que controlar. Suspiré furioso. Regresé al auto, donde mis amigo me veían confundidos.
– ¿Que paso? – Preguntó Dany.
– _____, se la esta pasando bien, con un cabrón. Nosotros no tenemos nada que hacer aquí. ¡Mirada arranca el maldito auto y vámonos! – Grité y Dany comenzó a manejar lo más rápido que pudo.