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atención: capítulo con escenas +18. (si no les gusta, comiencen a leer luego del aviso)
Mi primer día en Hawaii. Desperté con una sonrisa de oreja a oreja. No podía ocultar lo feliz que me sentía.
Cuando abrí mis ojos lo primero que vi fue a un Hanbin completamente dormido. Lo único que llevaba puesto era unos bóxers, por lo tanto pude deleitarme con su musculosa espalda al desnudo. Por la ventana entraba un leve rayo de luz y podía escuchar las olas de la playa a la perfección. Suspiré. He encontrado mi lugar en el mundo.
Me levanté de la cama y me dirigí al baño a asearme. Hoy pasaríamos todo el día en playa y estaba emocionada por broncearme.
Abrí la regadera y entré en ella. Hacía muchísimo calor, por lo tanto no tuve que esperar a que el agua calentara. Si me bañaba con agua caliente probablemente me hierva, por lo tanto dejé que se entibie solo un poco. Cuando terminé de lavar mi cabello sentí como alguien entraba a la regadera junto a mi. Me giré asustada para encontrarme con Hanbin. Su cabello aún se encontraba despeinado y su cara adormilada. Pero esta vez estaba completamente desnudo.
—¡Hey! Debes tocar antes de entrar al baño —dije levemente sonrojada. Si bien no era la primera vez que nos bañaríamos juntos, aún me avergonzaba. Hanbin me sonrió travieso y mordió su labio inferior.
—Somos pareja hace años, esas formalidades ya no importan —se acercó a mi y me besó apasionadamente.
Colocó ambas manos en mi cintura y me acercó a él. Estaba completamente pegada a su cuerpo, por lo tanto pude sentir como la erección de Hanbin iba creciendo. Nuestras lenguas se unieron a nuestro beso haciéndolo aún más caliente. Acaricié su pecho y comencé a bajar mis manos hasta llegar a su erección. Primero la apreté levemente con una de mis manos y luego comencé a masajearla. Hanbin separó nuestros labios y soltar un gruñido. Sonreí divertida y mordí su labio inferior.
Continué con mi trabajo hasta que Hanbin alejó mis manos de su miembro, el cual ya se encontraba completamente despierto. Me apoyó contra la pared de la regadera bruscamente. Comenzó a dejar besos en mis labios, mandíbula y mejillas. Bajó sus besos hasta mi cuello, el cual mordió y lamió a su antojo. Siguió bajando hasta que llegó a mis pechos. Se metió mi pecho izquierdo a su boca mientras apretaba y acariciaba el otro con su mano y viceversa. Se mantuvo allí, haciéndome jadear y gemir por unos minutos hasta que le rogué.
—Hanbin, por favor —Hanbin separó sus labios de mi pecho derecho y me observó.
—¿Por favor qué, bebé? —su voz se volvió ronca debido a la excitación. Si la voz ronca de Hanbin por las mañanas me encantaba, cuando su voz cambiaba debido a la excitación me volvía aún más loca.
—Ya sabes —dije también observándolo. Él mordió su labio inferior.
—Quiero que me lo digas.
—Fóllame.
Ese fue el punto culmine para él. Agarró mi trasero con ambas manos para ayudarme a rodear su cintura con mis piernas. Colocó sus manos en mi cintura y yo rodee su cuello con las mías. Una vez que logramos la posición correcta, Hanbin entró en mi. Comenzó con embestidas leves para luego aumentar el ritmo de éstas.
Gemidos salían de mi boca sin parar, mientras Hanbin gruñía o soltaba leves gemidos -los cuales me calentaban aún más. Cuando sentí que estaba a punto de correrme Hanbin besó mis labios apasionadamente para evitar que mi gemidos espanten a las demás personas del hotel. Inmersa en sus besos pude llegar al orgasmo.
Unos segundos después, Hanbin salió de dentro mío para correrse fuera. Debido a la excitación no logramos buscar un preservativo, por lo tanto tuvo que correrse fuera de mí. De todas maneras nos encontrábamos en la regadera y el agua se llevaría su semen.
Luego de que ambos llegáramos el orgasmo nos miramos cansados. Teníamos la respiración acelerada y nuestra cara se encontraba roja debido al calor. Hanbin unió sus labios con los míos tiernamente y acarició mi mejilla. Me observó a los ojos y con una sonrisa sincera me dijo:
—Te amo.
—También yo.
fin de la escena +18.
Luego de eso comenzamos a bañarnos. Hanbin colocó jabón en todo mi cuerpo y yo hice lo mismo con él. Mi novio sonrió divertido al ver mi cara de emoción al colocarle jabón en sus abdominales.
—Amor, actúas como si nunca los hubieras visto.
—Lo sé, pero es que me encantan —le saqué la lengua y él rió.
Cuando terminamos de bañarnos nos arreglamos para ir a la playa. Como dije anteriormente, nuestro plan era pasar todo el día allí. Podríamos tomar sol, estar en el mar y demás. Me encantaba la idea de broncearme, pero sinceramente la arena no me agradaba mucho. A pesar de eso, no quería desperdiciar al día en la piscina del hotel. Si bien la piscina era enorme y hermosa, no podía ir a Hawaii y no visitar sus playas.
Estuvimos unos cuantos minutos para encontrar un lugar para asentarnos. No habían muchas personas, pero queríamos encontrar el sitio perfecto.
—Amor, ¿me pasas el bloqueador? —dijo Hanbin luego de sentarnos en nuestras reposeras/tumbonas.
—Esta bien —asentí para luego buscar el bloqueador solar. Cuando voltee a observar a Hanbin me sentí la mujer más afortunada del mundo. Utilizaba unos lentes de sol junto a su traje de baño -el cual consistía en sólo una bermuda-. Usualmente, si nos encontráramos en Corea, él utilizaría una playera para tapar más su cuerpo. Pero como nos encontrábamos en un país extranjero no sería necesario. Y agradecía eso ya que podría observar descaradamente el físico de mi novio. Realmente parecía un modelo de Vogue.
—Se te caerá la saliva —bromeó Hanbin. Lo fulminé con la mirada, lo cual provocó una carcajada en él.
—Y yo que pensaba en colocarte el bloqueador por mi cuenta, pero ya no. Hazlo solo —le lancé suavemente el bloqueador. Él rió aún más fuerte y decidí ignorarlo.
—Vamos bebé, era broma —dijo divertido pero hice oídos sordos y ni siquiera lo observé. Hanbin suspiró y utilizó su última defensa. —Por favor, ayúdame a colocarme el bloqueador —dijo con aegyo. Solté un grito entre asqueada y enternecida. Si bien me causaba ternura y gracia ver a Hanbin haciendo aegyo, también me causaba mucho cringe. —Vamos, me he humillado para que me perdones —lo observé y reí al verlo colocar un mini puchero.
—Esta bien —suspiré y me acerqué a él. Coloqué un poco de bloqueador en mi mano para luego untársela en su cuerpo. De nuevo aproveché a comerme su cuerpo con la mirada. Adoraba tocar el cuerpo de Hanbin, en especial sus brazos, espalda y abdomen. Cuando llegué el rostro, decidí hacer una pequeña maldad y coloqué demasiado bloqueador, dejando su rostro completamente blanco. Al terminar me alejé de él y observé orgullosa mi trabajo.
—¿Por qué me miras así? —preguntó extrañado.
—Solo admiro lo bello que es mi novio —dije y comencé a aplicarme bloqueador para dejar el tema allí. Él me miró desconfiado pero lo dejó pasar.
Pasamos una mañana muy agradable en la playa. La mejor parte fue ver a Hanbin con el rostro completamente blanco. Me recordaba a Kaonashi del Viaje de Chihiro. Debido a eso, me reí de él por un largo rato sin que lo note.
A la hora de almorzar nos dirigimos a un pequeño restaurante que se encontraba en la playa. En él solo servían mariscos pero no era algo que nos molestara ya que en Corea estábamos acostumbrados a ellos.
Hanbin se encontraba demasiado molesto pero realmente no sabía porqué. El almuerzo fue en silencio ya que él a penas hablaba y yo no quería molestarlo. Cuando estábamos a punto de terminar, decidí preguntarle qué le ocurría. No quería que el día se fuese a la basura solo por la bipolaridad de mi novio.
—Hanbin, ¿qué te ocurre? —estaba segura que él no tenía planeado responder, pero al observar la seriedad de mi rostro decidió hacerlo.
—Actúas como si no te dieras cuenta —fruncí el ceño.
—¿Qué? —estaba a punto de responderme pero llegó el mesero. Dejó otro plato con comida, me sonrió levemente y se marchó de allÍ. Hanbin gruñó molesto.
—¡Ves! Desde que llegamos no deja de comerte con la mirada. ¿Acaso es idiota? ¿no se da cuenta que eres mi novia? —lo miré atónita por unos segundos para luego soltar una gran carcajada. Él me fulminó con su mirada —¿Y ahora por qué te ríes?
—¿Bromeas? ¿te has enojado conmigo hasta el punto de no hablarme solo por celos? Hanbin, ¿desde cuándo te has transformado en un niño mañoso?
—Desde que quieren quitarme a mi novia —murmuró avergonzado. Solté un "aw" enternecida. Hanbin me observó apenado —Lo siento, sé que no es tu culpa que el idiota te observe tanto pero me molesta.
—Bebé, tranquilo —me estiré levemente para acariciar su mejilla. —Pero la próxima vez por lo menos avísame porqué te enojaste —el asintió. —Siendo sincera ni siquiera me di cuenta que me miraba.
—Nunca te das cuenta porque estás acostumbrada —lo miré confundida, por lo tanto Hanbin volvió a hablar —Muchos hombres te miran con deseo pero nunca los notas, es por eso que te amo aún más —reí.
—Eres un idiota, ¿para qué le prestaría atención a otros hombres si el único que me importa está en frente mío.
—Eso es exactamente lo mismo que me ocurre a mí.
El resto del día lo pasamos en la playa, tal y como lo habíamos planeado. De hecho, ese era nuestro plan en estos días. No queríamos desperdiciar ni un solo día sin ir a la playa. Y si bien tal vez vayamos a excursiones o de compras, lo ideal era estar en el mar. ¿Quién iba a Hawaii sin estar el 90% de su tiempo en las bellas playas de ese país? Nuestro plan era llegar bronceados a Corea para sentir la envidia de los demás. Nuestra inmadurez sobrepasaba los límites.
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Si, haré publicidad de mi nueva bebé hasta que muera (o hasta que todxs ustedes vayan a darle amor) SGXHFGZCS. Perdónenme por ser tan molesta :( ¡lxs adoro!