Todo teñido de rojo.
Era lo único que un joven rubio podía observar, mientras llorando pedía que solo no quería estar.
Abrazando un cuerpo que poco a poco perdía calor y color, solo pudo gritar de forma desgarradora en el silencio que dominaba aquella habitación...
—¡Ne-Neee~, vieja bruja!¡No te atrevas a dejarme solo!.
...
Faltaban quince minutos para el anochecer, eso era lo que indicaba su reloj mientras abría la puerta de la azotea de aquél edificio de veinte plantas. Un suspiro se escapo de sus labios, sintiendo como la brisa movía su alborotado cabello rubio, se dispuso a quitarse sus zapatos mientras se acercaba a la orilla del lugar.
Sin embargo antes de poder hacerlo, noto la presencia de un pelirrojo que se encontraba sentando al otro lado de la baranda de la azotea e inconscientemente dijo —Hey, no lo hagas— las palabras simplemente salieron de su boca, no era como si realmente le importara lo que estaba apunto de hacer aquel joven, solamente le molesta el hecho que llego antes que el.
Un poco asustado el pelirrojo poso sus orbes, del mismo color que su cabello, sobre el mientras una triste sonrisa se formaba en su rostro y sin que el rubio lo pidiera comenzó a contar el motivo de su presencia en aquel a tardecer, el cual no resulto ser nada mas la típica historia que uno suele escuchar entre las personas de su edad.
—Pensé que estábamos hechos el uno para el otro, solamente quería gustarle también— fue lo ultimo que soporto escuchar el rubio antes de explotar en un fuerte grito de rabia, mientras le dirigía una mirada carmesí brillante del sentimiento que trasmitía en su voz.
—¡¿Me estas jodiendo?!¡Tienes el maldito descaro de llegar antes que yo por una razón tan estúpida!— se acerco peligrosamente al pelirrojo, que ya no se encontraba al otro lado de la baranda, y lo tomo con fuerza del cuello de su camisa —¿Estas deprimido porque no puedes tener lo que quieres?¡Tienes suerte de que nunca te ha sido arrebatado nada!¡Asi que mejor largate de mi vista!— soltó al pelirrojo que con un leve temblor en su cuerpo y una mirada rebosante de lágrimas antes de irse le dijo.
—Me siento mejor ahora que e hablado de ello, gracias— le sonrió para con simpleza, revolver sus propios cabellos rojos e irse del lugar ignorando la respuesta que grito con rabia el rubio.
—¡No me agradezcas imbécil!—
Pateo con fuerza la baranda para poder relajarse mientras observaba el cielo que poco a poco era cubierto por una densa capa de oscuridad. Acarició su frente y suspiro cansado, por culpa del pelirrojo no iba a poder cumplir la razón por la cual se encontraba en la azotea de aquel edificio. Así que observó unos minutos mas el cielo y decidió que mañana volvería a la misma hora.
Al bajar del edificio, no contó con que aquel pelirrojo se encontraba apoyado en una de las paredes cercana a la puerta, secándose los rastros de lágrimas y sonriendole con gran alegría al verlo salir. Una clara mueca de disgusto se formo en su rostro al saber que lo había estado esperando.
—¿Que demonios quieres?— cuestiono cortante, pero eso no borro la sonrisa del otro ojirojo.
—Eijiro Kirishima, me gustaría que comiéramos juntos para poder ser amigos ¡Despues de todo me salvaste cometer un gran error!— contesto llamando la atención de alguna de las personas que pasaban por el lugar, provocando la irritación del rubio que rápidamente se dio cuenta que ese pelirrojo era la clase de personas que por mas que dijeras que no, no iba a parar de insistir hasta obtener lo que quería.
—Esta bien imbécil...— acepto entre dientes, después de todo tampoco es como si hubiera alguien esperándolo en su hogar, con una cena lista. Y mucho menos como si fuera a volver a ver al tal Kirishima que parecía querer ser su amigo.
Claro que no, después de todo Katsuki Bakugo al día siguiente cumpliría lo que el pelirrojo le había interrumpido esa noche.
...
Quince minutos para el anochecer volvía a marcar su reloj, cerraba la puerta de la azotea, dispuesto a encaminarse hacia la orilla mas se vio interrumpido por un mensaje que cayo en su celular, seguramente seria del pelirrojo del día anterior.
Simplemente lo ignoro.
"Muy bien, voy hacerlo hoy" pensó, pero cuando estaba a punto de quitarse los zapatos pudo observar a una chica bajita en el mismo lugar que el pelirrojo. Un suspiro se escapo de sus labios y termino hablándole otra vez, esta comenzó a contarle sobre lo solitaria que se sentía en clases.
–Todos me ignoran. Me han arrebatado todo. No pertenezco a ninguna parte— fue lo ultimo que dejo el rubio que dijera la chica de cabellos verdes, antes de interrumpirla y gritarle con rabia.
—¡¿Me estas jodiendo?!¡Tienes el maldito descaro de llegar antes que yo por una razón tan estúpida!— con rabia le dijo lo mismo que al pelirrojo de ayer, mientras al igual la tomaba del cuello de la camisa con igual fuerza que a Kirishima sin importarle que fuera chica —A pesar de eso, en tu hogar aun te aman, y siempre hay una deliciosa cena esperando por ti ¿Verdad idiota?— la soltó ante las lágrimas comenzaban a bajar por sus mejillas.
—Estoy hambrienta— sollozo la chica, mientras al igual que ayer, le agradecía por lo hecho y se marchaba de la azotea dejándolo completamente solo.
Un bufido de frustración se escapó de sus labios, en definitiva esa noche tampoco lo haría. Así que sin perder mas tiempo decidió salir del edificio, para volver a encontrarse con la mala sorpresa de que la chica lo seguía esperando. Esta vez no pensaba preguntar porque seguía ahí, así que asiendo como que la ignoraba comenzó a caminar, pero el agarré en una de sus manos lo detuvo.
—Tsuyu Asui— dijo con tranquilidad la chica —Como muestra de agradecimiento me gustaría invitarte a cenar a mi casa— siguió hablando sin soltar el agarre sobre su mano, realmente se sentía frustrado. En esos últimos meses su carácter se había hecho mas dócil, porque anterior mente no hubiera dudado en soltarse de mala manera de la mano de la chica y mandarla al diablo.
—Esta bien— volvió a aceptar entre dientes, mientras observaba la diminuta sonrisa que se formaba en lo labios de la mas baja para comenzar a encaminarlo hacia su casa.
Por lo menos esa noche no tenía que preocuparse por cocinar algo de comer, y la noche siguiente tampoco porque estaba seguro que mañana lograría el propósito por el cual subía a la azote del edificio.
...
¡Hola!
Pues como explicarme...
Esta es la primera historia que escribió, y es que la verdad no pude resistirme hacerlo. No después de amar tanto el KatsuDeku y escuchar esa canción que me inspiró a escribirla.
Así que, quería pedir disculpas si no logro captar en su totalidad el carácter de Katsuki, pero de igual forma espero que les guste ^_^.
Como esta inspirada en un canción no tendrá máximo de tres a cuatro partes, esta es la primera y muy pronto subiré la segunda. Además de que tendrá cosas agregadas que no tienen que ver con la ¿Historia? Que te cuenta la canción.
Antes de despedirme quería disculparme por si alguna falta de ortografía.